La polic¨ªa vuelve a detener al ¡®violador del ascensor¡¯ por cuatro agresiones
Se le acusa de dos violaciones consumadas y dos en grado de tentativa en Madrid tras tres a?os fuera de prisi¨®n
Antes de saber qui¨¦n era, las investigadoras de la unidad de delitos contra la liberta sexual de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid, le ten¨ªan identificado como el violador del antifaz. En ning¨²n momento se les pas¨® por la cabeza que ser¨ªa quien finalmente result¨® ser. Ese hombre, ¡°bajito y fuerte¡±, descrito por las v¨ªctimas, hab¨ªa empezado a alterar la vida del madrile?o barrio de la Paz la pasada primavera: ¡°El violador de La Paz: p¨¢nico por el encapuchado que secuestra a punta de pistola¡±, rezaba un titular el pasado 5 de mayo. ¡°La polic¨ªa busca al presunto violador de dos mujeres en el Barrio del Pilar¡±, rezaba otro el pasado 17 de mayo. Este mi¨¦rcoles la polic¨ªa deten¨ªa en Segovia a Pedro Luis Gallego, m¨¢s conocido como?el violador del ascensor, que sali¨® de la c¨¢rcel en noviembre de 2013 tras pasar 21 a?os entre rejas por asesinar a dos chicas y violar a 18. Ahora le acusan de ser el presunto autor de dos brutales violaciones y otras dos en grado de tentativa. Las cuatro v¨ªctimas tienen entre 17 y 24 a?os.
Las intimidaba en un aparcamiento cercano a un parque. Las acechaba por detr¨¢s, bien entrada la noche, les pon¨ªa una pistola en la cabeza y las obligaba a ponerse un antifaz para que apenas pudieran verle ni saber ad¨®nde las llevaba despu¨¦s. Las met¨ªa maniatadas con unas bridas en la parte trasera de un coche y las conduc¨ªa durante aproximadamente dos horas hasta su guarida, que result¨® ser finalmente un piso de Segovia. Horas despu¨¦s las soltaba en la misma zona donde las hab¨ªa secuestrado. Al menos as¨ª sucedi¨® en dos ocasiones, seg¨²n describieron las v¨ªctimas.
La crueldad de un hombre "arrepentido"
Pedro Luis Gallego pas¨® a la historia del crimen como ¡°El violador del ascensor¡±, ya que se hac¨ªa pasar por t¨¦cnico para cometer sus agresiones. A los 19 a?os, en 1976, cometi¨® su primera agresi¨®n pero no ingres¨® en prisi¨®n hasta el 20 de junio de 1979. Sali¨® de la c¨¢rcel y volvi¨® entrar en varias ocasiones tras reincidir en sus delitos hasta principios de los a?os 90, cuando fue condenado y encarcelado por ¨²ltima vez.
Fue condenado a 273 a?os de c¨¢rcel por matar a las j¨®venes Leticia Lebrato y Marta Obreg¨®n en 1992. Entonces ten¨ªa ya 33 a?os y ya hab¨ªa violado antes a 18 chicas m¨¢s, casi todas entre 17 y 25 a?os en Valladolid. Consigui¨® reducir su condena a 21 a?os siendo un recluso ejemplar: limpiaba zonas de la prisi¨®n, asist¨ªa a clases de Ense?anza Secundaria Obligatoria, hasta haciendo aerobic.
La pen¨²ltima vez que sali¨® de la c¨¢rcel, antes de cometer los dos asesinatos por los que fue condenado, hasta tres psic¨®logas penitenciarias firmaron informes en los que aseguraban que estaba arrepentido y preparado para volver a vivir en libertad, pese a haberse advertido de su psicopat¨ªa en estudios previos. Recuper¨® su libertad. Y un a?o despu¨¦s, en 1992, intent¨® cometer dos violaciones y finalmente mat¨® a dos chicas.
La primera fue Marta Obregon, estudiante de periodismo de Burgos, a la que intent¨® violar en enero de 1992 y acabo matando a pu?aladas. Seis meses despu¨¦s, el 19 de julio de ese mismo a?o, se fue en coche hasta un pueblecito de Valladolid llamado Viana de Cega. Merode¨® por all¨ª hasta que dio con Leticia Lebrato, de 17 a?os, que iba andando a casa de una amiga. La asalt¨® con un cuchillo y la meti¨® en el coche. Ella se resisti¨® y ¨¦l le asest¨® 19 pu?aladas. Huy¨® a tiros de la Guardia Civil y finalmente fue detenido en La Coru?a.
¡°Estoy angustiado por todo lo que he hecho¡±, confes¨® ante el juez de Valladolid. ¡°Necesito ayuda psiqui¨¢trica porque estoy enfermo de la cabeza desde hace bastante tiempo. Lo ¨²nico que quiero es que me curen. En situaciones como la que se dio con esta chica no me puedo controlar¡±, dijo. Pero se le olvid¨® confesar que meses antes hab¨ªa matado a Marta Obreg¨®n, cuyo crimen segu¨ªa sin resolver.
Un violador en serie
La coincidencia en las versiones de las ¡ªhasta ahora¡ª cuatro denunciantes fue lo que puso a los investigadores ante la idea de que se trataba de un violador en serie y as¨ª pudieron comenzar a acotar su b¨²squeda.
La primera vez que lo intent¨®, fracas¨® porque la v¨ªctima logr¨® zafarse de ¨¦l. Fue en diciembre del a?o pasado. La ¨²ltima denuncia corresponde, en cambio, a unos hechos ocurridos en el mes de abril. Entonces Gallego s¨ª logr¨® su brutal objetivo.
Hubo otro intento fallido y otra violaci¨®n consumada entre ambas agresiones. De ah¨ª que, por el momento, se le acuse de dos violaciones y otras dos en grado de tentativa con una diferencia aproximada de cinco semanas entre cada una.
Gallego sali¨® de la c¨¢rcel en noviembre de 2013 gracias a la derogaci¨®n de la doctrina Parot y su liberaci¨®n gener¨® una gran inquietud social. Ten¨ªa por aquel entonces 55 a?os, bastante bien llevados pese a haber pasado casi media vida en prisi¨®n, y la imagen de su nuevo rostro corri¨® de m¨®vil en m¨®vil entre montones de alumnas de Valladolid, de donde era su familia.
A quien fue mec¨¢nico en su juventud y se hizo pasar por reparador de ascensores para cometer sus terribles agresiones, no se le conoc¨ªa ni oficio ni beneficio desde que sali¨® de la c¨¢rcel. Ya entonces tuvo que huir del pueblo de su familia por el rechazo de sus vecinos. Aparentemente, viv¨ªa en Segovia desde hace a?os con su novia.
La polic¨ªa, tras una larga y minuciosa investigaci¨®n, le atrap¨® este mi¨¦rcoles cuando sal¨ªa del portal con su pareja. No opuso resistencia, frente a la estupefacci¨®n de su acompa?ante. Actualmente se encuentra en dependencias policiales a la espera de pasar a disposici¨®n judicial del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 15 de Plaza de Castilla.El ministro de Justicia, Rafael Catal¨¢, ha defendido la prisi¨®n permanente revisable para casos como el de Gallego.
M¨¢ximo riesgo
Entre los delincuentes sexuales, ya sean de adultos o de ni?os, hay tres elementos que elevan de una manera muy notable el riesgo de reincidir. El primero es la psicopat¨ªa, un grave trastorno de la personalidad que se caracteriza en su "n¨²cleo duro" por la presencia intensa de rasgos que cubren aspectos afectivos e interpersonales del sujeto, como la falta de sentimientos profundos y de la culpa o la falta de empat¨ªa; y tambi¨¦n la manipulaci¨®n, la capacidad para aparentar ser un tipo encantador y el grandioso sentido del yo. Tambi¨¦n es propio del psic¨®pata criminal que necesite de excitaciones intensas, que odie el aburrimiento y que no tema al peligro, que sea impetuoso y una indiferencia hacia lo que pasar¨¢ ma?ana, puesto que no tienen metas vitales realistas.
El segundo gran indicador de riesgo es la existencia de una parafilia, esto es, de un impulso sexual desviado. Los violadores sistem¨¢ticos han asociado a trav¨¦s de sus fechor¨ªas el placer sexual a la excitaci¨®n y el poder que proporcionan la ¡°caza¡± y la vejaci¨®n de la v¨ªctima. Tanto antes como despu¨¦s de la violaci¨®n el violador se alimenta de unas fantas¨ªas en las que continuamente se recrea en las acciones que ya ha realizado y en las va a protagonizar cuando tenga otra oportunidad. La fantas¨ªa es extraordinariamente importante porque constituye un mundo privado en el que ensayar aquellas escenas que realmente le proporcionan una gran satisfacci¨®n al tiempo que le sirven para escapar de aquellas situaciones donde se ve obligado a permanecer (como la estancia en la c¨¢rcel, o desarrollando un empleo insatisfactorio).
El tercer gran indicador es la presencia del "doble incidente". Con ello los crimin¨®logos no referimos a aquellos agresores que han violado y matado a su v¨ªctima, ya sea por culminar el placer de la violaci¨®n, o como acto de precauci¨®n, para minimizar el riesgo de captura. Me parece obvio que el llamado "violador del ascensor" cumpl¨ªa sobradamente con estos tres elementos que se?alan un muy alto riesgo de que la inserci¨®n social fracase, y en su momento el estado lo comprendi¨®, ya que se vio obligado a liberarle junto con otros psic¨®patas peligrosos a ra¨ªz de la anulaci¨®n de la llamada Doctrina Parot por el Tribunal Europeo de los derechos Humanos.
Frente a esta situaci¨®n el Estado de Derecho respondi¨® con la reforma del C¨®digo Penal de 2015, imponiendo sentencias m¨¢s duras, la prisi¨®n permanente revisable y la posibilidad de aplicar la Libertad Vigilada durante varios a?os a presos considerados muy peligrosos. Todos los estados modernos prev¨¦n medidas semejantes ante los psic¨®patas, particularmente si son homicidas sexuales. Una sociedad puede ser progresista en el trato generalizado a sus presos y, al mismo tiempo, mostrarse dura con el peque?o porcentaje de reclusos que se han caracterizado por un esfuerzo continuo en alimentarse del sufrimiento y la vida de los dem¨¢s. Pedro Gallego ahora obligaba a la chica a ponerse una m¨¢scara, se sab¨ªa m¨¢s que fichado por la polic¨ªa, pero sus demonios interiores no dejaban de reclamarle que hiciera aquello que realmente le hac¨ªa sentirse vivo. As¨ª que de nuevo sus fantas¨ªas se convirtieron en realidad.
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