El m¨¦todo m¨¢s eficaz para ense?ar matem¨¢ticas ya est¨¢ en Espa?a
El profesor Yeap descubre a docentes espa?oles los secretos del modelo que ha convertido a Singapur en el 'n¨²mero uno' en esta asignatura
Sujeta un tri¨¢ngulo de papel en la mano. Uno amarillo, similar a las decenas de triangulitos de distintos tama?os repartidos por las mesas. Yeap Ban Har, extremadamente amable y sonriente, se mueve por el aula con la figura geom¨¦trica en alto y pronunciando despacio en ingl¨¦s. La premisa que deber¨¢n discutir la pr¨®xima media hora es c¨®mo demostrar manipulando a su antojo este pedacito de papel que la suma de los ¨¢ngulos de un tri¨¢ngulo suma 180 grados.
En cada mesa, papelitos, figuras, reglas de colores y grupos de alumnos que discuten en voz baja y ojean el ejercicio. Los 27 participantes que revisan geometr¨ªa que se aprende a los 10 a?os son todos adultos. El se?or Yeap (Ban Har es nombre y Yeap es apellido) ha viajado de Singapur a la Facultad de Econ¨®micas de la madrile?a Universidad de Alcal¨¢ de Henares, ubicada en un edificio hist¨®rico en la cuna de Cervantes, para que maestros, futuros profesores y editores desaprendan las matem¨¢ticas y las aprendan de nuevo.
Su mentor durante cinco d¨ªas es este hombre menudo de 49 a?os, que parece mucho m¨¢s joven, y que recorre el mundo desde hace m¨¢s de una d¨¦cada gracias a las matem¨¢ticas: ¡°He estado en todos los continentes menos en la Ant¨¢rtida¡±.
Ense?a el llamado m¨¦todo Singapur. Su pa¨ªs se puso las pilas con las matem¨¢ticas hace m¨¢s de 30 a?os. En 1992 generalizaron en las escuelas ¡ªall¨ª son todas p¨²blicas¡ª este m¨¦todo para que sus alumnos afronten las mates sin miedo y ahora encabezan todos los rankings internacionales.
¡°Todo aprendizaje empieza de una manera concreta, luego pict¨®rica y por ¨²ltimo abstracta¡±, explica. Tambi¨¦n aplica la teor¨ªa de la espiral, que supone intentar llegar al mismo sitio por distintos caminos, sin repetir ni memorizar una ¨²nica v¨ªa como hacen en las aulas de medio mundo. Hay alumnos que han cortado los ¨¢ngulos y los han unido, otros los calculan con un medidor, otros los doblan¡ ¡°?Qu¨¦ m¨¦todo es mejor? ?Cu¨¢l peor?¡±, pregunta el profesor en voz alta. ¡°Saber esto no es muy importante. Lo fundamental es que los chicos cojan el h¨¢bito de llegar a conclusiones a trav¨¦s de evidencias¡±.
?Por qu¨¦, en general, cuestan tanto las matem¨¢ticas? ¡°Implican razonar y pensar, y eso es algo que se salta en Espa?a. Aqu¨ª insistimos mucho en hacer cuentas aburridas y aprender las cosas sin entenderlas y de memoria. Es una inercia del sistema educativo¡±, razona Pedro Ramos, profesor titular de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad e impulsor de estas jornadas, que esperan repetir anualmente en el Aula de Matem¨¢ticas Aplicadas que han creado con la editorial SM, responsable de los manuales de texto, y que el curso que viene llevar¨¢n a 20 colegios espa?oles.
Yeap Ban Har es una celebridad modesta: ¡°Me llaman experto, pero cualquier profesor de Singapur puede considerarse as¨ª porque nos entrenan y lo usamos cada d¨ªa¡±. La apuesta de Singapur fue agrupar las teor¨ªas de grandes educadores y pedagogos occidentales (Jerome Bruner, Richard Skemps, Zoltan Dienes) y convertirlo en un asunto de Estado.
Los resultados se ven en el informe TIMSS (Estudio de las Tendencias en Matem¨¢ticas y Ciencias, en sus siglas en ingl¨¦s), una conocida prueba internacional de matem¨¢ticas para alumnos de 10 a?os. Los de Singapur, en primer puesto, obtuvieron en la ¨²ltima edici¨®n 618 puntos de un m¨¢ximo de 625. La convenci¨®n es que cada curso equivale a 59 puntos. As¨ª que los espa?oles, con 505, ir¨ªan dos cursos por detr¨¢s.
Ese informe tambi¨¦n deja al descubierto la brecha de g¨¦nero, al menos en Espa?a, donde los alumnos varones obtienen mejores resultados. El profesor niega que sean mejores en matem¨¢ticas. ¡°Es un mito¡±, dice en mitad de la clase. En su pa¨ªs, asegura, no hay diferencia entre alumnos y alumnas. ¡°No hay ninguna raz¨®n para que lo hagan mejor, nada que tenga que ver con el cerebro o la biolog¨ªa. Es solo una cuesti¨®n de oportunidades y mentalidad¡±.
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