Un testigo protegido desvi¨® con datos falsos durante nueve meses la investigaci¨®n de Sese?a
El hermano del empresario que finalmente ha sido imputado dirigi¨® las pesquisas hacia el cu?ado de ambos
El 15 de junio de 2016, m¨¢s de un mes despu¨¦s de que se iniciara el incendio de Sese?a, la comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real recibi¨® la llamada de una persona que dijo ser Juan Carlos M. P. Esta persona asegur¨® saber qui¨¦n estaba detr¨¢s del suceso: el empresario Javier R., cu?ado suyo y para el que hab¨ªa trabajado, y Eitor S., un empleado de este de origen brasile?o. Tambi¨¦n apunt¨® a que ambos hab¨ªan contratado -"a trav¨¦s de un empresario de Alc¨¢zar de San Juan y otro de Valencia"- a las personas que hab¨ªan encendido el fuego que desat¨® la cat¨¢strofe medioambiental la noche del 12 al 13 de mayo.
Todo ello ligado, recalcaba esta persona, a una planta de reciclaje de neum¨¢ticos para "sacar gasoil, metales y negro de humo" que pose¨ªa su familiar. En su testimonio, asegur¨® que le costaba hablar porque los dos se?alados le hab¨ªan amenazado "con mandarle una banda de latinos". D¨ªas despu¨¦s, remit¨ªa a los agentes un mensaje de SMS: "Tengo mucho miedo y no s¨¦ qu¨¦ hacer. Por favor, ll¨¢meme ma?ana".
El 23 de agosto, y tras un informe del Seprona, el juez decid¨ªa concederle la condici¨®n de testigo protegido. Una medida que convert¨ªa su identidad en secreta, salvo para el magistrado, los investigadores y la fiscal¨ªa. En el sumario empez¨® a ser citado entonces como TP-01, sin referencia alguna a su verdadera identidad. Sus declaraciones llevaron a la Guardia Civil a centrar a partir de ese momento buena parte de sus pesquisas para identificar a los autores del incendio en las dos personas se?aladas por Juan Carlos M. P., a los que se les pinch¨® el tel¨¦fono por orden judicial y se les rastre¨® sus negocios en busca de pruebas contra ellos.
Sin embargo, la investigaci¨®n sobre ambos no dio resultado, pese a que los agentes volvieron a interrogar al testigo protegido para recabar nuevos datos y aclarar aquellos que hab¨ªa dejado confusos en sus primeros testimonios. Finalmente, el 25 de mayo pasado, nueve meses despu¨¦s, la Guardia Civil consider¨® que su testimonio no era veraz y remiti¨® un informe al juez para solicitar que se le retirara la protecci¨®n jur¨ªdica.
En este documento policial, incorporado al sumario y al que ha tenido acceso EL PA?S, los investigadores aseguraban haber comprobado "la falta de concreci¨®n y continuidad en lo manifestado [por el testigo protegido] sobre datos b¨¢sicos, relevantes y esenciales", adem¨¢s de reflejar sus sospechas de que tras la denuncia lat¨ªa la "animadversi¨®n clara" que ten¨ªa hacia el marido de su hermana, de cuya empresa hab¨ªa sido despedido. En este sentido, recordaban que Javier R. hab¨ªa sufrido "coacciones pidiendo dinero" y hab¨ªa recibido correos electr¨®nicos con amenazas. Con el otro empleado se?alado hab¨ªa tenido, incluso, un enfrentamiento f¨ªsico.
Llamadas telef¨®nicas
Los agentes destacan tambi¨¦n que la investigaci¨®n iniciada gracias a la identificaci¨®n de un m¨®vil que recibi¨® llamadas en la zona del siniestro en las horas previas a que se descubriera el incendio y que era propiedad de su hermano Javier -el empresario que finalmente fue detenido y es por ahora el ¨²nico imputado por suceso de Sese?a- revel¨® que hubo "connivencia" entre ambos sobre la denuncia contra el cu?ado de ambos. Los agentes detallan que en las conversaciones telef¨®nicas intervenidas se observaba como el ahora imputado daba indicaciones a su hermano sobre lo que ten¨ªa que declarar para inculpar al cu?ado de ambos.
El documento policial tambi¨¦n destaca que, "tras meses de investigaci¨®n", los investigadores no hab¨ªan podido "acreditar" las acusaciones contenidas en la cambiante e inconcreta declaraci¨®n del testigo protegido. "No hay indicio alguno -se lee en el informe- de la supuesta conversaci¨®n que afirm¨® que existi¨® en diciembre de 2015 en un bar, en la que indic¨® que Eitor [el empleado brasile?o de su cu?ado] dijo que conoc¨ªa a unos latinos" que supuestamente provocar¨ªan el incendio. Tampoco del supuesto preacuerdo que Javier R. habr¨ªa alcanzado con una empresa p¨²blica para conseguir un contrato para la reutilizaci¨®n de los neum¨¢ticos de Sese?a.
La Guardia Civil tambi¨¦n considera relevante la existencia de "un fuerte conflicto familiar y tambi¨¦n econ¨®mico" entre ¨¦l y su hermano con su cu?ado, motivado por el negocio ruinoso de un vertedero tambi¨¦n de neum¨¢ticos en Argamasilla de Alba (Ciudad Real). Por todo ello, los agentes conclu¨ªan que Juan Carlos M. P. "era consciente y sab¨ªa que lo que estaba informado en lo relativo a la autor¨ªa del incendio sobre Javier R. y Eitor S. no era cierto".? Y reclamaron que se le retirase la condici¨®n de testigo protegido. Un d¨ªa despu¨¦s, el juez orden¨® que dejara de ser TP-1.
Recibos, charlas de Whatsapp y otras pistas fallidas
Los expertos advierten de lo complicado que es esclarecer un fuego. Las llamas borran las pruebas. Durante este ¨²ltimo a?o, seg¨²n refleja el sumario, los investigadores del Seprona han seguido decenas de pistas que finalmente resultaban fallidas. Como el recibo de una retirada de efectivo de un cajero que se encontr¨® junto al vertedero de Sese?a. O una conversaci¨®n de Whatsapp en la que un chico de un instituto cercano se jactaba de haberle prendido fuego a los neum¨¢ticos. Los agentes le interrogaron y el chaval reconoci¨® que ¡°era una broma¡±, que ¨¦l no lo hizo. Tambi¨¦n se sigui¨® el rastro ¡ªque no condujo a nada¡ª de un an¨®nimo que hablaba de una pareja sospechosa en una gasolinera cercana.
De nada sirvieron las c¨¢maras de seguridad del vertedero. Llevaban meses sin funcionar. Y el guarda trabajaba solo hasta las cuatro de la tarde. Los agentes han intentado reconstruir la situaci¨®n de este vertedero, que estaba en un limbo legal. Dos semanas antes del fuego, Bruselas envi¨® un escrito a Espa?a en el que ped¨ªa explicaciones sobre el vertedero y advert¨ªa de lo que finalmente ocurri¨®; del riesgo de un incendio.
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