Villarejo arranca un ventilador averiado
El comisario ha impulsado varias entrevistas con el fin claro de intimidar al Estado
Jos¨¦ Manuel Villarejo, el comisario jubilado que compaginaba su funci¨®n policial con sus negocios millonarios, inici¨® este fin de semana una campa?a de blanqueo de su imagen e intent¨® contraatacar con acusaciones sin demostrar contra altos funcionarios del Estado, del Gobierno, de algunos partidos pol¨ªticos y contra sus propios compa?eros del Ministerio del Interior. Ayudado por los que ¨¦l mismo define como sus ¡°periodistas infiltrados¡±, Villarejo ha impulsado varias entrevistas, en diarios digitales y en La Sexta, con el fin claro de intimidar al Estado y evitar acabar en prisi¨®n por alguno de los dos casos en los que se encuentra imputado.
Este Torrente con tintes sicilianos anda muy preocupado por la marcha de los dos procedimientos penales contra ¨¦l y otras investigaciones en marcha que podr¨ªan acarrearle nuevas imputaciones. La red de favores mutuos que fue creando durante a?os (formada por pol¨ªticos, empresarios, jueces, fiscales, editores de medios de comunicaci¨®n, periodistas, abogados y polic¨ªas en activo o en excedencia), no le est¨¢ sirviendo en esta ocasi¨®n para evitar sentarse en el banquillo de los acusados.
?l mismo reconoce en sus entrevistas que ha decidido dar la cara una vez que la juez de Madrid le llamara a declarar como investigado por el apu?alamiento de la doctora Elisa Pinto. La dermat¨®loga le reconoci¨® ¡°sin lugar a dudas¡± como la persona que le clav¨® un cuchillo en el est¨®mago en presencia de su hijo; y la juez, adem¨¢s de llamarle a declarar, ha decretado una orden de alejamiento de 500 metros de Pinto. Inicialmente, la investigaci¨®n hab¨ªa concluido con el caso sobrese¨ªdo, pero la Audiencia Provincial de Madrid decidi¨® hace un mes que hab¨ªa que reabrirlo ante los claros indicios de delito y la escasa investigaci¨®n llevada a cabo.
El excomisario-empresario niega su implicaci¨®n en el caso, e incluso que fuera contratado por el empresario Javier L¨®pez Madrid para solucionar su problema con la doctora. Sin embargo, el propio L¨®pez Madrid reconoci¨® en sus declaraciones que acudi¨® a Villarejo (se lo recomend¨® Francisco Granados, el l¨ªder del PP de Madrid acusado de corrupci¨®n) y en el sumario aparecen m¨¢s de 100 llamadas realizadas entre los tel¨¦fonos m¨®viles de ambos.
Cuando se refiri¨® a este tema en la entrevista del domingo en el programa televisivo Salvados, Villarejo balbuce¨® varias veces antes de decir que ¨¦l usaba muchos tel¨¦fonos.
En su intento de salir del paso, el polic¨ªa ha hecho p¨²blico este fin de semana lo que lleva diciendo en privado desde hace meses; que hay una conspiraci¨®n contra ¨¦l urdida por las altas esferas del Estado y ejecutada por el director del Centro Nacional de Inteligencia, F¨¦lix Sanz Rold¨¢n; la vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa; su jefa de gabinete, Mar¨ªa Gonz¨¢lez Pico; y este periodista, al que acusa de ser un agente del CNI. Esta rid¨ªcula teor¨ªa de la conspiraci¨®n le ha llevado a presentar diversas demandas que han sido rechazadas de entrada (la ¨²ltima, el pasado viernes) o que ha perdido en los tribunales.
El miedo a que este procedimiento siga adelante y le acaben procesando por los delitos de amenazas, coacciones y agresiones, ha llevado a Villarejo a la segunda fase de su estrategia defensiva (la primera fue publicar en las webs amigas viejos asuntos ya publicados en su d¨ªa), que consiste en poner en marcha el ventilador y amenazar con divulgar informaci¨®n sensible contra los que considera sus enemigos.
El problema es que, hasta ahora, est¨¢ utilizando un ventilador averiado, ya que se limita a lanzar acusaciones a diestro y siniestro, sin documentaci¨®n alguna que las prueben. Y, todo ello, con la ayuda de los periodistas que le han entrevistado y que se limitan a poner la grabadora y dejar que Villarejo lance sus advertencias para que la amenaza surta efecto. ?D¨®nde est¨¢ el periodismo que comprueba lo que dicen los dem¨¢s?
Adem¨¢s del caso del apu?alamiento de la doctora Pinto, el polic¨ªa est¨¢ imputado por grabar, manipular y difundir una conversaci¨®n entre dos polic¨ªas y dos miembros del CNI, por lo que se le acusa de revelaci¨®n de secretos. Este procedimiento es una de las piezas del caso Nicolay, que tambi¨¦n preocupa mucho a Villarejo. La comisi¨®n judicial de la Polic¨ªa Nacional sigue investigando el caso y existen varias piezas separadas, decretadas como secretas, en las que aparece el comisario. La que parece preocuparle m¨¢s es la de las posibles estafas, en la que aparece su buen amigo Adri¨¢n de la Joya, que le llam¨® hasta 20 veces en las horas siguientes a la detenci¨®n de Francisco Nicol¨¢s G¨®mez Iglesias.
Ninguno de los periodistas que le ha entrevistado este fin de semana le ha preguntado sobre si su visita a Corinna en Londres la hizo como polic¨ªa o como detective privado. Si fue como polic¨ªa, ?qui¨¦n se lo encarg¨®?; y si fue como detective privado, ?con qu¨¦ intenci¨®n lo hizo? Lo mismo sucede con su supuesta investigaci¨®n sobre el accidente del Yak-42, en la que un Polic¨ªa Nacional no pinta nada; salvo que la hiciera por su cuenta.
Se trata de un doble juego en el que Villarejo acude indistintamente como comisario o como solucionador privado de problemas, a sabiendas de que esa informaci¨®n le servir¨¢ en un momento dado bien para obtener ingresos, bien para presionar a sus clientes o amenazar a diestro y siniestro. Y si no, lo presenta como informe policial.
¡°?Qu¨¦ te parece mi papel de tronquete con Ignacio Gonz¨¢lez?¡±, pregunt¨® Villarejo a Jordi ?vole cuando escucharon una parte de la grabaci¨®n de una conversaci¨®n entre ambos en una cafeter¨ªa de Madrid. Una grabaci¨®n que mostraba claramente que el polic¨ªa se ofrec¨ªa a solucionarle el problema, pero que al final, al no conseguir nada, opt¨® por la denuncia. La doble cara de un comisario de polic¨ªa al que le han permitido actuar como detective privado¡ y otras cosas m¨¢s.
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