Sobrevivir al terror yihadista
El islamismo radical destroz¨® la vida de Gemma de los R¨ªos, que perdi¨® a su marido en el atentado de Kabul, y de Cristina Rubio, que sufri¨® el de T¨²nez
Cristina Rubio, de 29 a?os, recuerda que lo primero en llegar fue la ansiedad. "Al principio tuve una primera fase en la que quer¨ªa saberlo todo sobre el yihadismo. Le¨ªa todos los art¨ªculos que pod¨ªa, ve¨ªa los v¨ªdeos e im¨¢genes que encontraba... Me enteraba de que iba a haber un reportaje en televisi¨®n y apuntaba la hora para que no se me pasara...". Piensa que, en cierta manera, buscaba un "porqu¨¦". O una "justificaci¨®n". O un sentido a "algo que no lo tiene". Y lo hac¨ªa pese a que hurgaba en la herida, caus¨¢ndose a¨²n m¨¢s da?o, seg¨²n subraya sentada en el sal¨®n de su casa, en la provincia de Valencia, dos a?os despu¨¦s de volver de aquel viaje a T¨²nez que se convirti¨® en una pesadilla ¡ªque a¨²n le atormenta algunas noches¡ª. El 18 de marzo de 2015, junto a su marido Juan Carlos, pas¨® 23 horas escondida a oscuras en un cuarto de limpieza del Museo Nacional del Bardo, mientras fuera un comando islamista asesinaba a 23 personas. Desde ese momento, trata de aprender a sobrevivir al terror.
"Es dif¨ªcil. Tienes que hacerte a vivir con los miedos. Y a afrontarlos", a?ade Rubio, madre de una ni?a de 21 meses de la que estaba embarazada cuando sufri¨® el atentado. "Es un proceso en el que avanzas poco a poco", remacha, antes de enumerar esas situaciones en las que su mente revive ¡ª"como si estuviera de nuevo all¨ª"¡ª aquellas horas encerrada. Como cuando suena un petardo. "Aqu¨ª, en Valencia, es frecuente. Y, cuando ocurre, me quedo paralizada porque los identifico con los disparos. No puedo moverme hasta que veo que no suenan m¨¢s y que no se escuchan sirenas de ambulancia o de polic¨ªa". O como cuando, en una ocasi¨®n, al pasear por una plaza de la capital levantina, se qued¨® inm¨®vil. "Estaba muy concurrida. Y empec¨¦ fijarme en que hab¨ªa agentes, en c¨®mo la gente se mov¨ªa...". Su cabeza recre¨® de nuevo el ataque.
Natalia Moreno, doctora en psicolog¨ªa y gerente de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT), conoce bien esos s¨ªntomas. Desde hace a?os, trabaja con las v¨ªctimas en su recuperaci¨®n. Empez¨® con las de ETA. Despu¨¦s, con las del yihadismo ¡ªincluido, los espa?oles que han sufrido en el extranjero un atentado¡ª. "Lo que hacemos es normalizar. Relatarles que todo lo que sienten es normal ¡ªlos nervios, la ansiedad, el evitar hablar de lo ocurrido...¡ª. Y les explicamos a qu¨¦ situaciones tendr¨¢n posiblemente que enfrentarse en un futuro". Entonces, les ense?an c¨®mo afrontarlas para no perder el control. Es el principio de un tratamiento en el que no hay plazos.
Aunque, cada paciente es un mundo. "Las fases que experimentan dependen de muchas variables de vulnerabilidad", insiste Moreno; que, desde la AVT, ha empezado a compartir su experiencia con otras asociaciones nacidas en aquellos pa¨ªses golpeados por el islamismo radical, como B¨¦lgica, Francia y Alemania: "Nos han pedido ayuda porque muchos colectivos no sab¨ªan qu¨¦ hacer. Y, lamentablemente, nosotros tenemos una larga historia de lucha contra el terrorismo".
"Nos destruyen"
"Cuando matan a Jorge, nos destruyen". La sentencia de Gemma de los R¨ªos resuena en la habitaci¨®n. "Despu¨¦s del shock, sufr¨ª un inmenso dolor y tristeza. Los primeros d¨ªas no pod¨ªa parar de llorar. No pod¨ªa ingerir alimentos s¨®lidos", recuerda la viuda del polic¨ªa Jorge Garc¨ªa, asesinado el 11 de diciembre de 2015 durante el asalto talib¨¢n a la embajada espa?ola en Kabul. "Al principio, hay ocasiones en las que evitas hablar de ello. Cuesta comprender que ya no est¨¢ alguien con el que hab¨ªas estado charlando unos minutos antes por Skype", remacha.
14 espa?oles muertos desde 2010
Asesinados. Seg¨²n los datos del Ministerio del Interior, 14 espa?oles han muerto en el extranjero por atentados desde 2010. El ¨²ltimo caso ocurri¨® a principios de este junio. Ignacio Echeverr¨ªa falleci¨® en Londres tras enfrentarse a los terroristas.
Tratamiento. "Los familiares de los fallecidos en ataques en el extranjero o los supervivientes presentan, a veces, una mayor sintomatolog¨ªa porque el reconocimiento administrativo requiere m¨¢s tiempo. Sienten que, encima, tienen que justificar que son v¨ªctimas", explica Moreno. "La vida que ten¨ªan nunca la van a recuperar", subraya la psic¨®loga, que trabaja para que "aprendan a vivir con ello".
Durante meses, De los R¨ªos fue incapaz de conciliar el sue?o por las noches ¡ªahora, s¨ª logra dormir algunas horas¡ª. Le provocaba pavor montar en el metro o las aglomeraciones. El terror se mezclaba con el dolor. "Viv¨ªa en la tristeza absoluta...". "Pero, poco a poco y con ayuda, aprendes a controlar la ansiedad. Y es triste, pero tienes que aceptar a convivir con ese dolor", contin¨²a esta madre de dos adolescentes. Las cosas "m¨¢s triviales" le recordaban a Jorge. Iba al supermercado y pensaba en lo que a ¨¦l le gustaba. "La primera vez que cog¨ª un avi¨®n, me ahogaba. Nunca hab¨ªa montado en uno sin ¨¦l y ten¨ªa la sensaci¨®n de que me faltaba algo". A¨²n m¨¢s duro se hacen las funciones del colegio o los d¨ªas de las notas. "Cosas que siempre hac¨ªa con ¨¦l".
A Gemma le ha ayudado mucho hablar. Sobre todo con la mujer de Isidro Gabino San Mart¨ªn, el compa?ero de su marido asesinado en el mismo atentado terrorista: "Conversamos mucho. Hemos creado una amistad basada en el dolor y en la p¨¦rdida". "Tengo la rabia de saber que los embajadores pod¨ªan haber hecho m¨¢s por la seguridad. Pero Jorge muri¨® como un h¨¦roe, defendiendo los valores y libertades de un pa¨ªs. Me siento orgullosa de poder decirles eso a mis hijos", recalca.
De los R¨ªos y Rubio aprenden a vivir el presente sin dejar atr¨¢s el pasado. Ni siquiera se lo plantean. Explican que es parte de ellas. "Cuando veo en la televisi¨®n otro atentado, revivo el m¨ªo", subraya Cristina, que ya ha pasado aquella primera fase de ansiedad y ahora evita exponerse directamente al aluvi¨®n de informaci¨®n yihadista que se publica. "Tratas de construir una vida nueva, pero siempre con los recuerdos y la tristeza. A m¨ª me destruyeron mi presente y mi futuro. As¨ª que solo me queda vivir del pasado. Y, la verdad, yo no me planteo el futuro. Para qu¨¦", concluye Gemma.
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