Un trabajo trampa
Decenas de mujeres cayeron en el enga?o del un agresor sexual que hab¨ªa sido detenido cuatro veces antes por lo mismo
En la oferta de empleo pod¨ªa leerse: ¡°Se necesita Masajista¡± o ¡°Se necesita recepcionista¡±. Agust¨ªn, un inform¨¢tico de 43 a?os afincado en Valladolid y especializado en portabilidad m¨®vil, llevaba desde 2008 abusando de mujeres desesperadas mediante un sofisticado sistema de anuncios trampa. Se hab¨ªa montado hasta una secretar¨ªa falsa. Al mismo tiempo, acumulaba denuncias y delitos ¡ªincluido uno por violaci¨®n¡ª que le manten¨ªan pendiente de juicio. Pero su sensaci¨®n de impunidad crec¨ªa con los a?os, y ¨¦l segu¨ªa agrediendo sexualmente a todas aquellas que ca¨ªan en su trampa.
Los anuncios los pon¨ªa en los portales de Job Today, Jobandtalent y en Milanuncios. Seleccionaba a sus v¨ªctimas, todas ¡°j¨®venes de entre 19 y 24 a?os en paro y con situaciones familiares muy complicadas¡±, aseguran los investigadores de la comisar¨ªa Polic¨ªa de Distrito Centro de Madrid, que han desarrollado la operaci¨®n a ra¨ªz de una denuncia.
Para filtrar a las chicas utilizaba varios n¨²meros de tel¨¦fono ¡ªhasta 43 l¨ªneas lleg¨® a tener¡ª con distintas cuentas de WhatsApp y se hac¨ªa pasar por sus secretarias, ¡°Susana o Raquel¡±, enviando mensajes. De ese modo quedaba con sus v¨ªctimas, ¡°directamente en hoteles de tres o cuatro estrellas¡±, cuentan los agentes.
All¨ª las entrevistaba, les advert¨ªa de lo que iban a tener que aceptar (¡°que te miren, que te toquen...¡±) y finalmente se las llevaba a una habitaci¨®n o a una sauna privada con la excusa de ¡°probarlas¡±. A las que acced¨ªan les obligaba a desnudarse y, ¡°en ocasiones, usando su corpulencia f¨ªsica, las toqueteaba, les met¨ªa mano o incluso lleg¨® a penetrar a alguna¡±, aseguran los investigadores, que creen que muchas de las chicas ¡ªla mayor¨ªa latinoamericanas¡ª accedieron o no se resistieron ¡°por desesperaci¨®n o por miedo¡±. Despu¨¦s les dec¨ªa que en una semana las llamar¨ªan. Y esa llamada nunca llegaba a producirse.
Un inform¨¢tico aplicado
Agust¨ªn hab¨ªa ampliado su ¨¢mbito de actuaci¨®n a toda Espa?a, aunque comenz¨® en Valladolid, Madrid y zona centro de Espa?a. Pero ya viajaba al norte con frecuencia.
La polic¨ªa le detuvo (por quinta vez) el pasado en lunes en su lugar de trabajo en Valladolid, cuando se dirig¨ªa todo ufano a un curso de formaci¨®n. El semblante le cambi¨® cuando dos agentes de paisano le pidieron que les acompa?ara: ¡°?Me vais a meter en la c¨¢rcel?¡±, pregunt¨® ya llorando. Y las horas restantes hasta ser puesto a disposici¨®n judicial se las pas¨® llorando y diciendo que ¨¦l no hab¨ªa hecho nada, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. El juez dict¨® prisi¨®n preventiva.
La investigaci¨®n se inici¨® a ra¨ªz de la denuncia de una de las siete j¨®venes que acudieron a comisar¨ªa. En su declaraci¨®n manifestaba que se hab¨ªa dado de alta de una plataforma virtual de Internet para encontrar trabajo y, tras haber sido preseleccionada por un centro de masajes, habr¨ªa aceptado en un principio las condiciones laborales propuestas. El supuesto jefe, antes de concertar la cita, le solicit¨® que le mandase una fotograf¨ªa de cuerpo entero y posteriormente la cit¨® en un hotel del centro de la capital.
Entre las pruebas principales en contra de Agust¨ªn destaca la retah¨ªla de fotograf¨ªas ¡ª¡°decenas y decenas¡±¡ªque guardaba en su tel¨¦fono m¨®vil. Los investigadores no descartan que muchas de esas chicas denuncien ahora, al conocer la noticia de su detenci¨®n, por lo que la investigaci¨®n contin¨²a abierta.
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