La paradoja de Venezuela: ni una sola petici¨®n aceptada

En la lista de concesiones y denegaciones de asilo hay un caso muy parad¨®jico, el de Venezuela, porque el Gobierno espa?ol se comporta en este asunto como el doctor Jekyll y el se?or Hyde. La situaci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs caribe?o y el r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro, que el equipo de Mariano Rajoy critica duramente y denuncia como dictatorial, est¨¢ haciendo salir del pa¨ªs a miles de ciudadanos. Pero al mismo tiempo ese Ejecutivo les cierra la puerta, con el argumento de que en su pa¨ªs no hay riesgo para los derechos humanos. Es decir, casi es como si la respuesta a las solicitudes de asilo las redactara Podemos.

El a?o pasado Venezuela ya fue la nacionalidad que registr¨® el mayor n¨²mero de peticiones de asilo en Espa?a, un total de 3.960, seguida de Siria y Ucrania. En los datos de la primera mitad de este a?o contin¨²a en el primer puesto, con 5.032 solicitudes. Sin embargo, en 2016 tan solo se examinaron 40 casos y todos se denegaron. En lo que va de a?o se han analizado 240 expedientes, y todos han vuelto a recibir informes negativos. No pasa nadie.

Mientras se aclara el criterio, la situaci¨®n en Venezuela y se toma una decisi¨®n, la lista de espera de solicitantes de este pa¨ªs se est¨¢ disparando: en 2016 se quedaron sin resolver 4.435 expedientes y este a?o han llegado, hasta ahora, 5.032 m¨¢s. Que subir¨¢n en el balance de final de a?o. El Gobierno solo ha concedido la nacionalidad en unos pocos casos mediante carta de naturaleza, una f¨®rmula de adjudicaci¨®n directa para casos que se consideran especiales, como personalidades relevantes, deportistas o periodistas.

Amnist¨ªa Internacional es muy cr¨ªtica con la posici¨®n de la Oficina de Asilo en estos casos y acaba de publicar un informe en el que denuncia que en Venezuela se cometen ¡°cr¨ªmenes de lesa humanidad¡±, con detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales y violaciones de derechos humanos. ¡°La situaci¨®n es muy dif¨ªcil, el n¨²mero de muertos en protestas va en aumento y no se puede mirar para otro lado¡±, advierte Ver¨®nica Barroso, portavoz en cuestiones de asilo de la organizaci¨®n de derechos humanos. Considera que muchas peticiones entrar¨ªan en los supuestos exigidos para la concesi¨®n de asilo.

Por su parte, ACNUR, el alto comisionado de Naciones Unidas para los refugiados, y la ONG Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR), tambi¨¦n cuestionan la actitud oficial, sobre todo cuando los pronunciamientos p¨²blicos del Gobierno hablan francamente de vulneraci¨®n de derechos en Venezuela.

No obstante, desde CEAR admiten que cada caso es particular, los requisitos para el asilo son rigurosos y en Venezuela no tienen por qu¨¦ cumplirse autom¨¢ticamente. La protecci¨®n se concede por persecuci¨®n por motivos de raza, ideas, religi¨®n, nacionalidad o pertenencia a grupos sociales determinados. Pero muchos venezolanos solo alegan en sus entrevistas para el asilo la situaci¨®n de inseguridad o de precariedad econ¨®mica en que viven, y esos casos en realidad no son motivo suficiente para acceder a la protecci¨®n. S¨ª lo es, por ejemplo, ser activista militante contra el Gobierno y enfrentarse a represalias.

Contrarios al chavismo

Un cuarto caso, el de ciudadanos contrarios al chavismo que se limitan a asistir a manifestaciones y alegan problemas en su trabajo o su zona de residencia, exigen un estudio. En el caso de persecuciones violentas es esencial determinar qui¨¦n persigue y cu¨¢l es el agente de persecuci¨®n: el Estado, una organizaci¨®n del Estado o terceros agentes, y no siempre es dif¨ªcil de dilucidar. Depende en gran medida de la voluntad pol¨ªtica.

En todo caso, muchos de estos miles de solicitantes son venezolanos que llevan tiempo viviendo en Espa?a y con el tiempo han decidido solicitar asilo, pero ya tienen medios de vida y vivienda. En algunos casos son incluso de clase adinerada. Es decir, no acceden a los planes de acogida previstos para refugiados reci¨¦n aterrizados y sin recursos. ¡°A nosotros nos llegan solo los que no tienen nada. No es un dato que influya en las estad¨ªsticas de plazas y asistencia¡±, explica un portavoz de Cruz Roja.