¡°?Mandad un hidroavi¨®n ya, estamos en p¨¢nico!¡±
Los efectivos de extinci¨®n logran perimetrar casi todo el incendio que ha arrasado 3.200 hect¨¢reas de la provincia de Albacete
Junto a una ajetreada tienda de campa?a de la Cruz Roja, instalada en el soportal de una residencia de estudiantes de Yeste (Albacete), la octogenaria Remedios Gonz¨¢lez se se?ala las piernas hinchadas y se lamenta. "?Cinco d¨ªas llevamos ya fuera de casa!", exclama esta vecina de la cercana aldea de Llano de la Torre, mientras mueve la cabeza y se seca las l¨¢grimas que se le escapan al recordar c¨®mo dej¨® atr¨¢s su vivienda el pasado viernes: "Todo fue muy deprisa. Lleg¨® mi hijo y me cont¨® que deb¨ªamos marcharnos r¨¢pidamente porque hab¨ªa un incendio. Nos pusieron un autob¨²s para sacarnos de all¨ª. Pero apenas nos dieron unos minutos para recoger alguna cosa. Yo lloraba como una magdalena del susto que llevaba en el cuerpo".
Las llamas, que hab¨ªan comenzado el jueves, avanzaban descontroladas en ese momento y los servicios de emergencias desalojaban a los vecinos en peligro. Un total de 445 personas, de siete pedan¨ªas, que este martes a¨²n no hab¨ªan podido volver a sus hogares y que "nerviosas" e "impotentes" recib¨ªan esperanzadas la informaci¨®n de que, tras arrasar 3.200 hect¨¢reas, el fuego estaba pr¨¢cticamente perimetrado.
"Las noticias son muy positivas. Tenemos ya una previsi¨®n de soluci¨®n a corto-medio plazo", ha afirmado este martes el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla-La Mancha, Francisco Mart¨ªnez Arroyo: "El incendio est¨¢ estabilizado en la zona norte, as¨ª como en la sur, que se est¨¢ enfriando en este momento. Probablemente, entre la noche de hoy [por este martes] y ma?ana [por este mi¨¦rcoles] podamos tener la zona perimetrada en su totalidad". Seg¨²n los datos del Gobierno regional, m¨¢s de 400 efectivos trabajaban este martes en la extinci¨®n, con el apoyo de diez medios a¨¦reos y 40 terrestres. Los hidroaviones y los helic¨®pteros surcaban los cielos para descargar agua sobre las columnas de humo. Y en tierra se perfilaban, a mano y con maquinaria pesada, l¨ªneas de cortafuego preventivas.
Todo ello, bajo la atenta mirada de muchos vecinos que, apostados en las cumbres de las monta?as que rodean el valle, observaban las labores de los servicios de emergencias y se?alaban a La Parrilla como la zona donde comenz¨® el incedio y desde donde se recibi¨® la primera llamada en el 112. "Estamos en un campamento scout y hemos evacuado a los cr¨ªos al pueblo. Por favor, mandad un avi¨®n", avisaba una mujer por tel¨¦fono, seg¨²n consta en la grabaci¨®n de los servicios de emergencias. De fondo, se escuchan gritos. "Joder, joder", repite la alertante, madre de uno de los ni?os y cocinera del campamento. Su respiraci¨®n resuena agitada: "Estamos aqu¨ª aislados. Este pueblo no tiene continuaci¨®n. ?Por favor, mandad un hidroavi¨®n ya! ?Esto se puede parar! Pero hay una columna de humo bestial". "?Por favor, mandadme alguien! Tenemos la columna de humo aqu¨ª enfrente. Estamos en p¨¢nico. Estamos rodeados de monte. Y esto es pino. Como siga ardiendo, aqu¨ª arde todo", insist¨ªa.
"Han sido unos d¨ªas muy angustiosos porque ve¨ªamos muy cerca una gran columna de humo y c¨®mo el incendio se intensificaba. Las llamas llegaron hasta una de las aldeas y la UME (Unidad Militar de Emergencias) tuvo que hacer una l¨ªnea de defensa para evitar que alcanzaran a otra. Ahora, parece que est¨¢ todo m¨¢s controlado", apunta Javier Gos¨¢lbez, teniente de alcalde de Molinicos, uno de los municipios al que pertenecen varias de las pedan¨ªas afectadas y a donde trasladaron a decenas de desalojados. A muchos los han acogido familiares. "Y, del resto de evacuados, casi todos est¨¢n durmiendo ya en casas rurales o de vecinos que se las han ofrecido", remacha el concejal.
En las camas desplegadas en la residencia de estudiantes de Yeste a¨²n pernoctan, en cambio, unas 90 personas. Entre ellos, Joaquina L¨®pez, de 65 a?os. Ella vive en Bilbao desde hace cuatro d¨¦cadas, pero hab¨ªa aterrizado en Llano de la Torre hace tres semanas ¡ªel municipio natal de su esposo¡ª para pasar las vacaciones. "Cuando nos desalojaron, mi marido no se quer¨ªa ir. Tuvo que venir un guardia civil a decirle que se marchaba por las buenas o se lo llevaban esposado", subraya la sexagenaria, que relata c¨®mo su hija, que ven¨ªa de camino al pueblo para pasar unos d¨ªas con ellos, tuvo que desviarse y quedarse en casa de una amiga en Albacete. Desde entonces, toda la familia aguarda a que les dejen regresar.
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