Interpol se?ala, y Espa?a detiene
La comunidad internacional alerta de que pa¨ªses como Turqu¨ªa abusan de las alertas rojas para perseguir a sus disidentes
El viaje rom¨¢ntico que Dogan Akhanli hab¨ªa planeado con su mujer para conocer la Alhambra de Granada acab¨® abruptamente el s¨¢bado 19 por la ma?ana. Ocho polic¨ªas llamaron a la puerta de la habitaci¨®n de hotel del escritor turco nacionalizado alem¨¢n hacia las 8.30 y se lo llevaron detenido. ¡°Fue horroroso¡±, recuerda Akhanli, de 60 a?os, en el despacho de su abogado espa?ol. Llevaban chalecos antibalas, como si fueran a por un terrorista.
La Audiencia Nacional lo ha dejado en libertad a la espera de decidir sobre la extradici¨®n que pide Turqu¨ªa, pero no puede volver a Alemania, donde vive desde que huy¨® de su pa¨ªs en 1991. Solo unos d¨ªas antes otro intelectual turco, Hamza Yal?in, de 59 a?os, nacionalizado sueco, era detenido en el aeropuerto de El Prat. Lleva desde entonces durmiendo en una celda de la c¨¢rcel Brians I, en Barcelona. En su caso, el juez considera que hay ¡°riesgo de fuga¡±. ?l alega que podr¨ªa ser ejecutado si se le entrega al r¨¦gimen de Recep Tayyip Erdogan.
?C¨®mo consigue Turqu¨ªa que terceros pa¨ªses detengan a intelectuales cr¨ªticos? La respuesta est¨¢ en el sistema de notificaciones de Interpol, y en el uso que se hace de ¨¦l. Esta organizaci¨®n distribuye alertas a las polic¨ªas de todos los pa¨ªses miembros ¨C190, es decir, casi todos¡ªacerca de personas buscadas, delincuentes peligrosos, desaparecidos o posibles amenazas. Las rojas permiten arrestar a una persona buscada por otro pa¨ªs para extraditarla. ¡°Muchos de los pa¨ªses miembros las consideran una orden de arresto internacional provisional¡±, explica Interpol en su p¨¢gina web.
Pero lo que se pens¨® como una eficaz herramienta de cooperaci¨®n policial contra el crimen se ha convertido en un coladero para que algunos pa¨ªses ajusten cuentas con sus disidentes m¨¢s all¨¢ de sus fronteras. Ya no es solo una insistente denuncia entre las ONG que defienden los derechos humanos. El Consejo de Europa -al que pertenece Turqu¨ªa- ha adoptado recientemente una resoluci¨®n que lo describe sin rodeos: ¡°Algunos estados han abusado de Interpol y su sistema de notificaciones rojas en la persecuci¨®n de objetivos pol¨ªticos¡±. La OSCE tambi¨¦n se ha pronunciado: "Urge" a Interpol a ¡°revisar cuidadosamente las ¨®rdenes de arresto solicitadas por Turqu¨ªa¡±.
Seis veces m¨¢s alertas rojas que hace una d¨¦cada
El n¨²mero de notificaciones rojas emitidas por Interpol no ha dejado de crecer en los ¨²ltimos a?os.En poco m¨¢s de una d¨¦cada se han multiplicado por seis. Solo en 2016 se publicaron 12.878 nuevas alertas. A finales de julio hab¨ªa, en total, casi 50.000 activas, seg¨²n Interpol. Conocer cu¨¢les son los pa¨ªses que las emiten es m¨¢s complicado, ya que Interpol se niega a divulgar los datos desglosados para, seg¨²n dice, evitar comparaciones entre Estados. Cada pa¨ªs decide si hace p¨²blica la alerta o no.
"Los pa¨ªses que tradicionalmente han abusado en mayor medida de Interpol son desde luego Rusia y Kazajst¨¢n, pero se ha empezado a notar esa tendencia con respecto a Azerbaiy¨¢n y Turqu¨ªa", explica por correo electr¨®nico J?drzej Czerep, abogado y portavoz de la ONG Open Dialogue Foundation. "Los pa¨ªses autoritarios se han dado cuenta de que colocar a alguien en la lista de Interpol con pruebas inventadas es una manera f¨¢cil de saltarse los principios occidentales de transparencia y juicios justos y extender sus pr¨¢cticas en este sentido a la UE", a?ade.
En el caso de los dos escritores de origen turco detenidos en Espa?a en menos de un mes sorprende que ambos se hayan movido por toda Europa sin ning¨²n problema a pesar de la alerta roja de Interpol. Justo antes de viajar a Granada, Akhanli hizo una ruta en bicicleta con su hijo por Holanda. ¡°Cada d¨ªa dorm¨ªamos en una ciudad distinta, y nunca nos pas¨® nada¡±, explica. Yal?in ha viajado en los ¨²ltimos meses al menos a Italia y Grecia, seg¨²n su abogado en Espa?a, David Aranda. Ninguno de esos pa¨ªses vio la necesidad de detenerle. Suecia, donde vive desde 1984, ¡°ten¨ªa conocimiento de la orden internacional de arresto, e hizo caso omiso¡±, a?ade.
Lo que lleva a preguntarse por qu¨¦ mientras algunos pa¨ªses ignoran alertas rojas otros, como Espa?a, las aplican de manera autom¨¢tica. Sobre todo porque, tal y como reconoce Interpol, no equivalen a una orden de arresto internacional: "Cada miembro decide por s¨ª mismo qu¨¦ valor les da". De hecho, el dictamen del Consejo de Europa pide a los estados miembros que ¡°se abstengan de hacer detenciones con base a notificaciones rojas cuando tengan serias sospechas de que la alerta puede ser abusiva¡±.
¡°Los jueces no tienen por qu¨¦ aplicar sin m¨¢s las ¨®rdenes de Interpol a rajatabla, sino interpretarlas en funci¨®n de las circunstancias del pa¨ªs que las emite y del caso concreto. No se puede dar una credibilidad absoluta a una solicitud que viene de un pa¨ªs que est¨¢ persiguiendo la libertad de expresi¨®n, sindical, a los partidos pol¨ªticos y a todo¡±, afirma ?lvaro Gil-Robles, ex Defensor del Pueblo y el primer comisario de Derechos Humanos que tuvo el Consejo de Europa.
40 d¨ªas de espera
¡°Tratar a estas personas como delincuentes ordinarios de entrada me parece, por decirlo suavemente, muy discutible¡±, a?ade. Cuando la polic¨ªa detiene a una persona en virtud de la alerta de Interpol, la pone a disposici¨®n de un juez de la Audiencia Nacional. A trav¨¦s del Ministerio de Justicia, este pide al Estado requiriente que remita una solicitud formal de extradici¨®n, que incluir¨ªa las pruebas del delito que supuestamente ha cometido el detenido. La alerta roja es un texto muy corto que apenas da informaci¨®n. Solo este tr¨¢mite inicial puede durar hasta 40 d¨ªas. Akhlani los est¨¢ pasando en libertad; Yal?in en la c¨¢rcel.
¡°El juez tiene mucho margen de maniobra¡±, explica Victor Moreno Catena, catedr¨¢tico de Derecho Procesal de la Universidad Carlos III. ¡°Desde el punto de vista de los estados hay un principio de cooperaci¨®n internacional, pero si en el pa¨ªs que pide la extradici¨®n hay abusos, el juez tiene que ponderar ese elemento, entre otros, a la hora de adoptar las medidas para evitar que se fugue el buscado¡±, a?ade.
Pero hay un paso previo. Para que el fugado llegue ante el juez, antes lo ha tenido que detener la polic¨ªa. En el caso de Akhanli, ciudadano europeo que se mov¨ªa dentro del espacio Schengen, y que por tanto no se someti¨® a control de pasaportes en el aeropuerto, le localizaron seg¨²n cree su abogado por el listado de hu¨¦spedes del hotel. Una portavoz del Ministerio de Interior afirm¨® que la Polic¨ªa est¨¢ obligada a hacerlo por ¡°los estatutos de Interpol y, en este caso, el convenio de extradici¨®n entre Turqu¨ªa y Espa?a¡±.
A la pregunta de por qu¨¦ no ocurre en otros pa¨ªses, responde: ¡°No podemos hablar de lo que hacen otras polic¨ªas; nosotros operamos en base a nuestros acuerdos a nivel internacional y siempre es un juez el que decide¡±. Los responsables de la Divisi¨®n de Cooperaci¨®n Internacional de la Polic¨ªa Nacional, en la que se integra la oficina nacional de Interpol, rechazaron participar en este reportaje.
¡°No es verdad que tenga que aplicarlo autom¨¢ticamente. La polic¨ªa tambi¨¦n puede perfectamente valorar el alcance de esa solicitud. Puede interrogar, preguntar, quiz¨¢ pedirle que quede a disposici¨®n para futuras preguntas pero permitirle que siga circulando. No tiene que inmediatamente ponerle a disposici¨®n del juez. Es una interpretaci¨®n muy estricta¡±, afirma Gil-Robles. ¡°Pero as¨ª la polic¨ªa queda bien con los turcos y se asegura su buena colaboraci¨®n en el futuro¡±, a?ade.
"Hemos visto m¨²ltiples ejemplos de la mano dura de Espa?a en este tema", afirma Alex Mik, portavoz de la organizaci¨®n Fair Trials. "Ya hemos trabajado en varios casos de arrestos en Espa?a en las mismas circunstancias. Petr Silaev, un activista y refugiado ruso fue arrestado a punta de pistola en su hotel, y Bahan Kimyongur, el activista de origen turco, fue rodeado por la polic¨ªa y arrestado estando con su familia. En ambos casos, se demostr¨® que hubo un abuso de las alertas de Interpol", a?ade.
¡°Se trata de cuestiones de orden pol¨ªtico y diplom¨¢tico, as¨ª como para respaldar una especial obsesi¨®n del Estado espa?ol de atribuir la etiqueta de terrorismo m¨¢s all¨¢ de las definiciones legales cl¨¢sicas¡±, opina por su parte Aranda, el abogado del escritor sueco.
Extradiciones pol¨¦micas
Espa?a fue condenada en 2006 por una extradici¨®n, la del peruano Olaechea Cahuas. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos consider¨® que hab¨ªa sido incorrecta. En 2014, Espa?a estuvo a punto de entregar a Turkmenist¨¢n, ¡°uno de los pa¨ªses m¨¢s represivos y cerrados del mundo¡±, seg¨²n el Parlamento Europeo, al ucranio Gurbanguli Berdimuhamedov. El pleno de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional revoc¨® in extremis el auto con el que tres magistrados aprobaban la extradici¨®n pese al riesgo de posibles torturas.
El caso de Alexander Pavlov, opositor pol¨ªtico kazajo, fue muy medi¨¢tico. La Audiencia Nacional concedi¨® su extradici¨®n, finalmente revocada por el Supremo, que le otorg¨® el asilo en 2015.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha criticado el ¡°abuso¡± que hace Turqu¨ªa de Interpol y su ministro de Exteriores ha pedido a Espa?a que no extradite a Akhanli. El escritor estar¨¢ este mi¨¦rcoles en el Congreso invitado por el diputado de Unidos Podemos Alberto Garz¨®n. El jueves el ministro de Justicia, Rafael Catal¨¢, comparecer¨¢ para hablar de su caso.
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