271 presos yihadistas tienen un seguimiento especial
Abdelbaki es Satty, el presunto cerebro de los recientes atentados de Catalu?a, sali¨® de la c¨¢rcel antes de que se pusiese en funcionamiento el plan, en 2014
Abdelbaki es Satty, el presunto cerebro de los recientes atentados de Catalu?a, se libr¨® por los pelos del Plan de Prevenci¨®n de la Radicalizaci¨®n en las C¨¢rceles, que viene desarrollando el Ministerio del Interior en prisiones desde 2014, el mismo a?o que el im¨¢n de Ripoll sali¨® del centro penitenciario de Castell¨®n. Desde entonces se observa, se sigue y se vigila de cerca a todos los presos yihadistas. En estos momentos un total de 271 reclusos repartidos en 53 c¨¢rceles est¨¢n siendo controlados. Algunos han comenzado a presentar quejas por la dispersi¨®n.
La Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias viene desarrollando desde el mes julio de 2014 el seguimiento integral del fen¨®meno yihadista en prisi¨®n a trav¨¦s de dos mecanismos de actuaci¨®n: prevenci¨®n y tratamiento. Inicialmente, a trav¨¦s de un plan de prevenci¨®n y seguimiento de aquellos internos vinculados o susceptibles de vinculaci¨®n a la causa yihadista, para lo que se estableci¨® a trav¨¦s de una normativa interna un protocolo para la detecci¨®n del fen¨®meno yihadista en prisi¨®n, que a trav¨¦s de la observaci¨®n y del intercambio de informaci¨®n ha permitido establecer una categorizaci¨®n de los reclusos yihadistas en tres grupos de seguimiento.
En el llamado Grupo A, en el que hab¨ªa 47 internos en 2014 y 149 en julio de 2017, se encuentran los reclusos preventivos o penados por hechos relacionados con el llamado terrorismo isl¨¢mico.
El Grupo B (9 en 2014, y 35 ahora) incluye a los internos no condenados por delitos de terrorismo en los que se detecta una actitud de liderazgo, captador y proselitista, que propicia a veces mediante la presi¨®n o coacci¨®n, el adoctrinamiento. Son los conocidos como reclutadores.
Y en el Grupo C (87), los presos que, sin estar implicados en delitos de terrorismo, presentan indicios de fanatismo islamista, en situaciones de frustraci¨®n personal o exclusi¨®n social, particularmente vulnerables para su captaci¨®n y radicalizaci¨®n.
A todos ellos se les ha distribuido por un total de 53 centros penitenciarios. Con ello se pretende un mejor control de las manifestaciones religiosas de riesgo, evitar la influencia negativa que unos pueden ejercer sobre los otros y su reducido n¨²mero propicia una mejor intervenci¨®n frente a eventuales incidentes.
¡°Presos pol¨ªticos¡±
Sin embargo, hay presos como Mohamed Achraf, acusado en 2005 ¡ªentre otras cosas¡ª de querer volar por los aires la Audiencia Nacional con un cami¨®n de explosivos y actualmente interno en r¨¦gimen de aislamiento en la c¨¢rcel de Estremera que han mostrado su desacuerdo. El pasado 20 de agosto present¨® una solicitud que pide que ¡°de manera urgente junten a los presos pol¨ªticos islamistas en la misma galer¨ªa como est¨¢n juntados los presos pol¨ªticos vascos¡±. Y a?ade: ¡°En igualdad de derechos y no discriminaci¨®n¡±. ¡°Mantenernos separados va contra nuestra seguridad e integridad f¨ªsica y moral¡±, afirma.
En el desarrollo de este programa de prevenci¨®n, a lo largo de estos a?os se han incorporado iniciativas de detecci¨®n de riesgos de radicalizaci¨®n difundidas por la Red de Prevenci¨®n de la Radicalizaci¨®n (RAN), a nivel europeo, junto a la experiencia penitenciaria en el tratamiento del terrorismo aut¨®ctono, aseguran desde la Secretaria de Estado de Interior.?
El resultado, a la vista de la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias, ¡°es eficaz¡± ya que ¡°se ha logrado la detecci¨®n temprana de fen¨®menos de radicalizaci¨®n yihadista con un aumento significativo del n¨²mero de internos en seguimiento¡±. Han pasado de 87 en el a?o 2014 a la cifra actual de 271. Fuentes del sindicato mayoritario de funcionarios de prisiones, Acaip, se queja sin embargo de la falta de acciones desarrolladas en el marco del plan de desradicalizaci¨®n.
Una vez consolidado el protocolo de detecci¨®n y seguimiento, seg¨²n el Ministerio, se ha procedido a establecer un programa de tratamiento voluntario para internos yihadistas en los que se ha observado un comportamiento radicalizado. Desde el oto?o de 2016 se han incorporado diferentes centros penitenciarios con psic¨®logos de Instituciones Penitenciarias. En la actualidad participan en el programa 28 internos en siete centros penitenciarios.
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