Forcadell, soldado en estado de Twitter
El estado de normalidad decretado por Oriol Junqueras en sus entrevistas imposibles tiene excesivas excepciones
El estado de normalidad decretado por Oriol Junqueras en sus entrevistas imposibles (no se le puede preguntar, a ¨¦l solo le gusta responderse) tiene excesivas excepciones. No es normal, por ejemplo, que la presidencia de un Parlamento utilice Twitter para zaherir a aquellos a los que representa pero que son sus adversarios pol¨ªticos. Eso sucede con Carme Forcadell, la imperativa presidenta del Parlament, que manda a callar gritando y que tambi¨¦n grita cada d¨ªa, no una vez sino muchas, en la ya de por s¨ª estridente riada social.
Es, con el caso de Venezuela, cuyo presidente decret¨® la composici¨®n que la Asamblea Nacional fuera de su partido, un hallazgo ins¨®lito, de Guinness, en el mundo occidental. Y claro que tiene ¨¦mulos en pa¨ªses acostumbrados al ordeno y mando. Y a la burla. El verbo independentista, adornado ahora con la orla institucional, es la expresi¨®n por otros medios de su creencia fija en que hay buenos y malos. Ellos y nosotros. Los suyos y los dem¨¢s, pobre gente descarriada. Espa?oles de siempre o espa?oles sobrevenidos, que son aquellos que no son fieles a su implacable distingo.
¡°El enemigo es Espa?a¡±, dec¨ªa cuando tronaba en la ANC. Y ahora achica la voz solo cuando le habla a los suyos, y ella marca qui¨¦nes son los suyos no solo con el tono de voz. Lo grita en Twitter.
Veamos algunas de las recientes intervenciones tuiteras de esa primera figura de las instituciones catalanas. ¡°La represi¨®n no se para, pero la solidaridad tampoco¡±, clam¨® cuando unos desalmados llamaron cualquier barbaridad a Anna Gabriel, sost¨¦n de la Generalitat. Barbaridades cercanas a esas se escucharon, o se leyeron, contra In¨¦s Arrimadas y con Andrea Levy, pero en este caso no recibieron igual amparo. Porque no son sus sostenes, acaso. La presencia de la Guardia Civil en imprentas sospechosas de colaborar con el refer¨¦ndum considerado ilegal s¨ª que es ¡°malversaci¨®n de fondos¡±. La mujer que le dijo a uno que ten¨ªa al lado, y que tampoco era su sost¨¦n en el Parlament, ¡°?c¨¢llese!¡±, escribi¨®: ¡°Nos negamos a ser censores, nos negamos a ser un TC en miniatura¡±. Y antes hab¨ªa asegurado, feliz de s¨ª misma: ¡°No se puede debatir, no se puede votar, no se puede informar y no se puede hacer un acto. ?Qu¨¦ ser¨¢ lo siguiente?¡± Lo siguiente ocurri¨® en su propio estadio: una alto cargo de Educaci¨®n fue separado de su puesto quiz¨¢ por ¡°razones obvias¡±, como dijo Ada Colau. De eso ni inform¨®, ni abri¨® debate, la presidenta del Parlament de tots els catalans.
Ella proclama que ¡°ni la intimidaci¨®n ni las amenazas nos podr¨¢n retirar la sonrisa¡±. Al otro lado, y eso lo refleja en su cuenta de Twitter, siempre en estado de servicio, est¨¢n la Fiscal¨ªa al servicio del ¡°Estat espa?ol per complir amb l?estrategia de la por¡±. La por, ya saben, el miedo, cuya f¨¢brica est¨¢ en Madrid y alrededores.
Forcadell es un instrumento esencial de la democracia, la que le corresponde a aquellos a los que ella defiende. A los que ella no defiende los ataca. En Twitter es implacable. Su compasi¨®n se guarda para su propia causa. As¨ª que esa figura tan parlamentaria, el amparo, se sustituye en su lenguaje por la burla o el ataque. Lleva tiempo en Twitter pero en el uso de esas armas act¨²a firme, siempre al servicio de los suyos. Como un soldado en perpetuo estado de Twitter.
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