Un salto paracaidista aterriza en el Constitucional
La familia de un soldado que qued¨® tetrapl¨¦jico tras ser obligado a lanzarse desde un avi¨®n con fuerte viento recurre al alto tribunal
La vida de Alejandro Clemente y su familia se detuvo el 14 de febrero de 2007. Aquella tarde, el entonces soldado de 22 a?os participaba en un ejercicio del Escuadr¨®n de Zapadores Paracaidistas del Ej¨¦rcito del Aire al pie de la sierra de Ricote (Murcia). Los ocho paracaidistas que saltaron resultaron heridos, pero el m¨¢s grave fue Alejandro, que qued¨® tetrapl¨¦jico tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza.
Los ¨²ltimos diez a?os los ha pasado en cama, en estado vegetativo. No puede hablar ni mover las extremidades. Se alimenta con una sonda y usa pa?ales.
La Sala de lo Militar del Supremo absolvi¨® en julio pasado al sargento que autoriz¨® el lanzamiento, a pesar de que el primer salto tuvo que suspenderse por el fuerte viento, el avi¨®n realiz¨® dos pasadas fallidas al no divisar correctamente la zona y todos los paracaidistas, que saltaron en dos tandas sucesivas, cayeron fuera del lugar se?alizado.
Seg¨²n la sentencia, ¡°no ha podido acreditarse la concurrencia de errores de c¨¢lculo¡± por parte del sargento, hoy alf¨¦rez, al estimar la velocidad del viento o el punto de suelta de los paracadidas; y tampoco omisi¨®n del ¡°deber de cuidado¡± de sus subordinados que ten¨ªa como jefe.
Se trata de una conclusi¨®n discutible y discutida por dos de los cinco magistrados del Supremo, que suscribieron un voto particular en el que estimaban que el salto nunca debi¨® autorizarse. Los discrepantes recuerdan que, seg¨²n el relato de hechos probados, ¡°una vez alcanzado el punto de suelta [de los paracaidistas], el avi¨®n fue derivado lateralmente a la derecha como consecuencia del fuerte viento [...] lo que obviamente alteraba cualquier c¨¢lculo efectuado¡±. Esta circunstancia, unida a otras, ¡°hubiera aconsejado extremar el cuidado a la hora de realizar un ejercicio tan intr¨ªnsicamente peligroso como el lanzamiento de paracaidistas¡±.
¡°Lo primero que sorprende¡± a los dos magistrados del Supremo, ¡°es que se haya perdido la hoja del c¨¢lculo del sondeo y que haya desaparecido el casco, la mochila y el paracaidas empleados por el soldado Alejandro Clemente, as¨ª como que se hayan borrado los datos de la caja negra de la aeronave desde la que se produjo el lanzamiento y que la sentencia simplemente lamente el hecho, pero no extraiga ninguna consecuencia al respecto¡±.
El voto particular ha servido de base para el recurso que Antonio Clemente, padre del soldado, ha presentado ante el Tribunal Constitucional. Como reconocen expresamente los dos magistrados discrepantes, se ha ¡°conculcado el derecho al proceso debido, a la tutela judicial efectiva y al derecho al non bis in idem¡±, a no ser juzgado dos veces por el mismo motivo.
Y ello porque, despu¨¦s de que se anulara el primer jucio sobre este caso, no solo se repiti¨® la vista oral, como hab¨ªa ordenado el Supremo, sino que el tribunal permiti¨® que se cambiasen las conclusiones provisionales; es decir, que se enmendaran errores y se pidieran nuevas pruebas, modificando la sentencia. Por si ello fuera poco, en el propio juicio se produjeron ¡°graves e importantes conculcaciones que tambi¨¦n conducen a la nulidad¡±, como la aceptaci¨®n de testimonios que, seg¨²n el fiscal, podr¨ªan estar manipulados.
El hecho de que ning¨²n mando sea responsable penalmente de las lesiones irreversibles sufridas por Alejandro supone que tampoco lo es civilmente el Ministerio de Defensa. De acuerdo con la legislaci¨®n vigente, el joven cobra una pensi¨®n equivalente al doble de su sueldo de soldado, la misma que si hubiera sufrido un accidente de tr¨¢fico en acto de servicio, y recibe una ayuda para sufragar la atenci¨®n que requiere 24 horas al d¨ªa. En total, unos 4.000 euros al mes que no llegan para cubrir, seg¨²n su familia, las sesiones de un fisioterapeuta particular, los gastos de farmacia, un veh¨ªculo especial o las obras necesarias para convertir su cuarto en una habitaci¨®n de hospital. M¨¢s all¨¢ del seguro suscrito por todos los militares, no ha recibido ninguna indemnizaci¨®n de Defensa.
Antonio Clemente no se resigna a que la tragedia que ha truncado la vida de su hijo fuera debida solo a la ¡°mala suerte¡±, como aleg¨® el tribunal. As¨ª se lo dijo personalmente, a finales de julio, al subseretario de Defensa, Arturo Roman¨ª, el primer alto cargo del departamento que lo ha recibido en diez a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.