La batalla de los santos griales
La catedral de Valencia reivindica la autenticidad de su copa, frente al c¨¢liz de do?a Urraca, con la instalaci¨®n de una iluminaci¨®n espectacular
En medio del ¨¦xito de p¨²blico del c¨¢liz de do?a Urraca, la copa conservada en la colegiata de san Isidoro, en Le¨®n, que, seg¨²n un pol¨¦mico libro publicado en 2014, fue la que efectivamente utiliz¨® Jes¨²s en la ¨²ltima cena, la catedral de Valencia ha sacado brillo a su propio grial. Concretamente acaba de instalar 38 nuevos proyectores y 28 metros de tiras de LED que iluminan la reliquia y el retablo de alabastro que la envuelve. La capilla del Santo C¨¢liz, erigida en el siglo XIV en piedra oscura, un espacio tradicionalmente tenebroso del templo, est¨¢ ahora deslumbrante gracias a una mezcla de "iluminaci¨®n en blanco fr¨ªo y blanco c¨¢lido", seg¨²n la descripci¨®n de la Fundaci¨®n Iberdrola, que ha financiado los trabajos.
Un martes de septiembre, poco antes de las dos del mediod¨ªa, un grupo de turistas extranjeros esperan a comprar la recientemente establecida entrada para visitar la catedral, su museo y sus reliquias (cuesta siete euros; el acceso para el culto es gratuito). "A esta hora llevamos vendidos 800 t¨ªquets", explica uno de los empleados. El c¨¢liz es una de las estrellas indiscutibles de la colecci¨®n.
En Los reyes del grial, el ensayo escrito por Margarita Torres y Jos¨¦ Miguel Ortega que ha impulsado en el mundo la fama del c¨¢liz de do?a Urraca ¡ªy ha recibido feroces cr¨ªticas por parte de diversos historiadores¡ª, se mantiene que la copa utilizada por Jes¨²s viaj¨® de Jerusal¨¦n a Egipto, y de all¨ª, en el siglo XII, a D¨¦nia, en agradecimiento por la ayuda ofrecida por la taifa ante una grave sequ¨ªa. El emir de D¨¦nia, por su parte, se la regal¨® al padre de do?a Urraca, Fernando I, rey de Le¨®n.
"El c¨¢liz de Valencia, con mucha seguridad, pudo ser el que Jes¨²s utiliz¨® en la ¨²ltima cena", sostiene un sacerdote del templo
La ruta seguida por el supuesto grial de Valencia fue, seg¨²n el Cabildo Metropolitano de Valencia, igual de accidentada. La copa la llev¨® a Roma San Pedro y all¨ª permaneci¨® hasta el siglo III, cuando San Lorenzo ¡ªdi¨¢cono del papa San Sixto II¡ª, la envi¨® a Huesca, su tierra natal, para protegerla de la persecuci¨®n del cristianismo decretada por el emperador Valeriano. La reliquia pas¨® por distintos enclaves pirenaicos, el monasterio de San Juan de la Pe?a y Barcelona, hasta que en el siglo XV el rey Alfonso El Magn¨¢nimo la entreg¨® a la catedral de Valencia.
"Pensamos que el c¨¢liz de Valencia, con mucha seguridad, pudo ser y seguramente fue el que Jes¨²s utiliz¨® en la ¨²ltima cena", sostiene Jaime Sancho, sacerdote, estudioso de la pieza y celador del culto del Santo C¨¢liz de la catedral de Valencia. Sancho considera que el resto de copas que en alg¨²n momento aspiraron a ser reconocidas como verdaderas, de G¨¦nova a Nueva York pasando por Inglaterra, han ido quedando "desprestigiadas".
Del c¨¢liz de do?a Urraca "se ha empezado a hablar hace poco tiempo", dice con un punto de displicencia Sancho, que menciona el espaldarazo que los pont¨ªfices han dado en las ¨²ltimas d¨¦cadas al grial valenciano, labrado en ¨¢gata en torno al siglo I antes de Cristo. Juan Pablo II y Benedicto XVI celebraron misa con ¨¦l en sus visitas a la ciudad de 1982 y 2006 respectivamente. Y el papa Francisco estableci¨® en 2014 el a?o jubilar eucar¨ªstico del Santo C¨¢liz, que se celebra cada cinco a?os, y concede indulgencia plenaria a los peregrinos. Hasta 1744, el c¨¢liz se sacaba en procesi¨®n, pero el Viernes Santo de aquel a?o la copa cay¨® al suelo y se parti¨®, siendo reconstruida por un maestro platero, a excepci¨®n de un peque?o trozo triangular en el borde, que falta.
Sancho, que es tambi¨¦n can¨®nigo conservador del patrimonio art¨ªstico de la catedral, distingue entre las "reliquias aut¨¦nticas" que atesora el templo ¡ªentre las que, adem¨¢s del c¨¢liz, menciona el brazo de San Vicente M¨¢rtir y el om¨®plato de San Juan de Ribera¡ª y las "hist¨®ricas", como la supuesta momia de uno de los santos inocentes, los ni?os que Herodes orden¨® matar, seg¨²n la Biblia. Los an¨¢lisis realizados sobre esta ¨²ltima han revelado que se tratan de restos del siglo X y Sancho cree que probablemente fueron tra¨ªdos a Europa desde Tierra Santa en la ¨¦poca de las cruzadas, algo que espera que confirme en el futuro un an¨¢lisis de ADN. A diferencia de la leyenda de la momia, prosigue el celador del culto, la historia del santo c¨¢liz de Valencia resulta "veros¨ªmil".
Cient¨ªficamente indemostrable
El c¨¢liz valenciano tambi¨¦n ha sido objeto de diversos estudios. Uno de los m¨¢s completos, Valencia, ciudad del grial, editado por el Ayuntamiento en 2014, contiene un an¨¢lisis del arque¨®logo de la Universitat de Val¨¨ncia Ferran Arasa, que data el c¨¢liz entre los siglos I antes de Cristo y III despu¨¦s de Cristo. "Es imposible saber si el c¨¢liz de Valencia, o cualquier otro, es el aut¨¦ntico. No tenemos informaci¨®n sobre c¨®mo era la copa utilizada por Jes¨²s en la ¨²ltima cena, ni sobre el material en que estaba hecha: piedra, metal, vidrio, cer¨¢mica... Ni sobre su forma: c¨¢liz, bol, etc¨¦tera. Tambi¨¦n es muy improbable que haya perdurado despu¨¦s de tantos siglos y a lo largo de ¨¦pocas de gran inestabilidad. Desde el punto de vista de la investigaci¨®n es un hecho indemostrable y por tanto queda fuera del campo de la ciencia", afirma Arasa.
La parte superior del c¨¢liz de Valencia¡ªla inferior es en realidad otra copa de ¨¢gata ovalada, dispuesta en posici¨®n invertida, de ¨¦poca probablemente bizantina o isl¨¢mica, unida a la de arriba con una montura medieval de oro decorada con gemas y perlas¡ª, se corresponde con las que utilizaban las ¨¦lites romanas como s¨ªmbolo de distinci¨®n social. "A lo largo de la Edad Media", a?ade el arque¨®logo, "algunas de estas copas fueron empleadas para la confecci¨®n de c¨¢lices lit¨²rgicos".
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