La reforma constitucional de los adelantados del PP
Margallo y los presidentes del Senado y el Consejo de Estado elaboraron una propuesta para cambiar la Carta Magna
¡°Tengo una reforma constitucional en el caj¨®n, para sacarla cuando sea oportuno¡±, declar¨® en noviembre de 2015 a EL PA?S el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo. Al parecer, el momento oportuno es ahora: en v¨ªsperas del refer¨¦ndum del 1-O. O mejor dicho: en v¨ªsperas del 2 de octubre, cuando habr¨¢ que sentarse a evaluar los destrozos y buscar una terapia de salida.
El exministro ha sacado la reforma constitucional del caj¨®n y la ha publicado, como anexo, en su ¨²ltimo libro: Por una convivencia democr¨¢tica (Deusto). No explica, sin embargo, c¨®mo se gest¨® una reforma que afecta a m¨¢s de un centenar de art¨ªculos ni qui¨¦nes fueron sus autores.
Seg¨²n ha podido saber EL PA?S, el documento fue fruto de una serie de reuniones, a lo largo del a?o 2012, por parte de un grupo heterog¨¦neo de pol¨ªticos y juristas de la confianza de Margallo, que coincid¨ªan en la necesidad de abordar una reforma a fondo de la Ley Fundamental para ponerla al d¨ªa y afrontar retos ya entonces inaplazables, como el independentismo catal¨¢n. Para garantizar la discreci¨®n, las reuniones se celebraban en el domicilio de un diputado del PP.
Aunque fueron muchos los que colaboraron ¡ªse recab¨® la opini¨®n de expertos sobre asuntos concretos¡ª, entre los asistentes a aquellas reuniones figuraban dos figuras del m¨¢ximo nivel institucional: el presidente del Senado, P¨ªo Garc¨ªa-Escudero, y el del Consejo de Estado, Jos¨¦ Manuel Romay Beccar¨ªa, adem¨¢s del propio Margallo.
Fuentes pr¨®ximas a Garc¨ªa-Escudero reconocen que este ¡°comparti¨® aquellas reuniones¡±, aunque aseguran que su participaci¨®n se limit¨® a la parte de la reforma referida al Senado y que no sabe si el documento publicado responde a lo que all¨ª se concluy¨®. Romay, por su parte, no ha querido pronunciarse sobre su papel en los debates ni si comparte la propuesta publicada.
Aunque Margallo sostiene que la reforma no puede estar condicionada por el ¨®rdago catal¨¢n, admite que uno sus objetivos es crear un marco constitucional en el que ¡°Catalu?a pudiera sentirse m¨¢s c¨®moda¡±. Una f¨®rmula que propone es una disposici¨®n adicional que dejara constancia de que ¡°la Constituci¨®n ampara y respeta los derechos hist¨®ricos de Catalu?a¡±, con especial referencia a la dimensi¨®n ¡°ling¨¹¨ªstica y cultural¡±; una f¨®rmula similar a la empleada con ¡°los derechos hist¨®ricos de los territorios forales¡±, en alusi¨®n a Euskadi y Navarra.
Un Senado 100% auton¨®mico
El Senado que dise?a la reforma constitucional de Margallo es muy diferente al actual. Los senadores no ser¨ªan elegidos por sufragio universal (ahora lo son casi el 80%) sino designados todos ellos por los Parlamentos auton¨®micos (ahora en torno al 20%). En coherencia, la C¨¢mara alta no se disolver¨ªa cuando lo hiciera el Congreso de los Diputados, sino que los senadores ser¨ªan sustituidos a medida que se renueven las asambleas que los designaron. Cada autonom¨ªa tendr¨ªa un m¨ªnimo de cinco senadores, m¨¢s uno por provincia y otro por mill¨®n de habitantes. En total, habr¨ªa 175 senadores frente a los 266 actuales. Los proyectos de ley podr¨¢n iniciar su tramitaci¨®n tanto en el Congreso como en el Senado y, en caso de discrepancia, una comisi¨®n mixta pactar¨ªa un texto de conciliaci¨®n aunque, de no lograrlo, decidir¨¢ finalmente el Congreso por mayor¨ªa absoluta.
Aunque la propuesta es muy anterior al bloqueo pol¨ªtico que vivi¨® Espa?a en 2016, se anticip¨® al mismo se?alando que el Congreso se disolver¨¢ a los tres meses de constituirse (y no a los dos meses de la primera votaci¨®n de investidura, como ahora) si no ha logrado investir a un presidente. En caso de repetirse las elecciones, si pasado un mes desde la constituci¨®n del Congreso nadie ha obtenido la investidura, se celebrar¨¢ una sesi¨®n a la que podr¨¢n presentarse varios candidatos y resultar¨¢ elegido el que tenga m¨¢s votos.
No obstante, la verdadera revoluci¨®n se produce en el T¨ªtulo VIII, sobre el Estado de las Autonom¨ªas, donde propone fijar un listado de competencias exclusivas y compartidas, de coordinaci¨®n y alta inspecci¨®n, para evitar los frecuentes recursos al Constitucional; as¨ª como introducir los principios de lealtad y cooperaci¨®n entre las administraciones. Tambi¨¦n incluye una enumeraci¨®n de los nombres de las comunidades aut¨®nomas y recupera el recurso previo de inconstitucionalidad de los estatutos de autonom¨ªa, para evitar lo que sucedi¨® con el catal¨¢n de 2006. Respecto al sistema de financiaci¨®n auton¨®mica, propone un reparto de los impuestos: el IRPF general, sociedades, IVA e hidrocarburos corresponder¨ªan al Estado; el resto, a las comunidades aut¨®nomas.
El sistema se basa en los principios de autonom¨ªa financiera y solidaridad, corresponsabilidad fiscal y subsidiariedad. No incorpora la ordinalidad (que garantizar¨ªa que una autonom¨ªa no pierda puestos en la clasificaci¨®n por renta tras aplicarse la solidaridad) por considerarlo innecesario.
La propuesta incluye una cl¨¢usula europea, que constitucionaliza la pertenencia de Espa?a a la UE; la eliminaci¨®n de la preferencia del var¨®n en la sucesi¨®n de la Corona; la actualizaci¨®n del cat¨¢logo de derechos fundamentales, incluyendo el matrimonio de personas del mismo sexo y la prohibici¨®n de la trata de seres humanos o de la discriminaci¨®n salarial de la mujer, adem¨¢s de una bater¨ªa de derechos sociales.
Cuando estuvo lista, Margallo entreg¨® la propuesta a Rajoy, quien le respondi¨® que no era el momento oportuno para abrir ese debate. Y el exministro la guard¨® en un caj¨®n. Hasta hoy.
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