La lluvia despu¨¦s de los fuegos agrava la p¨¦rdida de suelo y contamina las aguas
Grupos ecologistas han advertido de que los incendios pueden provocar el arrastre masivo de cenizas al mar y a los r¨ªos y la muerte de los bancos marisqueros
Tras el infierno ha llegado a Galicia el verdadero oto?o prendido de la estela deshilachada del hurac¨¢n Ophelia. La lluvia empez¨® a caer suave en la costa de Pontevedra durante la madrugada del domingo negro y el martes el agua entr¨® en Ourense y Lugo como una bendici¨®n. Pero en la resaca de la cat¨¢strofe los grupos ecologistas han advertido sobre el peligro que entra?an estos incendios desbocados fuera de temporada: el arrastre masivo de cenizas al mar y a los r¨ªos, la contaminaci¨®n de las aguas y la muerte de los bancos marisqueros.
En octubre de 2013, los vecinos del Ayuntamiento coru?¨¦s de Carnota empezaron a llamar "chapapote de monte" a esa lengua de lava negra, imposible de detener por la ausencia de vegetaci¨®n, que despu¨¦s de un devastador incendio acaba resbalando por las pendientes pronunciadas camino de los valles fluviales y la costa. A ellos les hab¨ªa ardido el Monte Pindo, todo un s¨ªmbolo en Galicia, conocido como el "Olimpo celta", y a¨²n ten¨ªan fresco el desastre ecol¨®gico que hab¨ªa causado el otro chapapote que entr¨® por el mar con el Prestige.
A principios de noviembre, esa ceniza arrastrada desde el Pindo sepultaba con una capa densa y resbaladiza la arena del mejor banco de berberechos de la comarca. Y se comprob¨® que las pacas de paja arrojadas por helic¨®pteros de la Administraci¨®n no hab¨ªan sido suficiente parapeto para contener los sedimentos en la ladera.
A lo largo de ayer, la lluvia que ayud¨® a aplacar el fuego, a rebajar el calor insoportable y a limpiar el aire irrespirable fue ganando en intensidad. La agencia auton¨®mica Meteogalicia anuncia precipitaciones para lo que queda de esta semana y la que viene, y de momento pronostica que ma?ana y pasado ser¨¢n las jornadas de mayor inestabilidad meteorol¨®gica en las cuatro provincias gallegas. En principio, las lluvias ser¨¢n fuertes aunque no torrenciales, pero los colectivos ecologistas gallegos reclaman desde el lunes medidas urgentes contra la erosi¨®n y el arrastre pluvial del oto?o.
El grupo Adega (Asociaci¨®n para la Defensa Ecol¨®xica de Galiza) recuerda que en estudios de ¨¢reas forestales arrasadas que llevaron a cabo edaf¨®logos de la Universidad de Santiago se constat¨® una p¨¦rdida de suelo de entre 13 y 17 toneladas por hect¨¢rea durante el primer a?o tras el incendio. Si en una semana escasa de fuegos en la provincia de Pontevedra han ardido m¨¢s de 4.750 hect¨¢reas, el arrastre y la erosi¨®n "podr¨ªan movilizar un m¨ªnimo de 64.000 toneladas de sedimentos hacia las zonas bajas, r¨ªos y r¨ªas", afirma Adega.
Contra esto, "lo mejor es estudiar el tipo de terreno, la pendiente, la velocidad con la que ha pasado por all¨ª el fuego", defiende Seraf¨ªn Gonz¨¢lez, edaf¨®logo del CSIC y presidente de otro grupo ecologista, la Sociedade Galega de Historia Natural. "Hay lugares, m¨¢s llanos o con vegetaci¨®n que se puede recuperar por s¨ª misma, donde es mejor no hacer nada; y hay otros escenarios en los que se pueden emplear semillas aut¨®ctonas certificadas, que no contengan especies invasoras", siempre bajo control de personal t¨¦cnico y "evitando pisar", porque eso agrava los problemas de erosi¨®n. Su colectivo de defensa medioambiental difundi¨® en la noche del lunes una lista de recomendaciones y advertencias despu¨¦s de que en las redes sociales empezasen a circular iniciativas de particulares dispuestos a echarse al monte para repoblarlo "con sacos de semillas" por sus propios medios.
Car¨¢cter irreversible
Adega explica que la p¨¦rdida de suelo tras el incendio y la bajada de esas masas de sedimentos y ceniza son "el impacto m¨¢s grave" por su car¨¢cter "irreversible" y porque traen como consecuencia, adem¨¢s de la deforestaci¨®n, el "envenenamiento del agua" de los embalses, los r¨ªos y el mar; "la muerte de los bancos marisqueros"; y "los desbordamientos e inundaciones". "Entre el oto?o y el invierno", tras un incendio, tiene lugar "del 70% al 80%" de este mecanismo de arrastre y erosi¨®n. Por eso, reclama el grupo ecologista, "las medidas de correcci¨®n como la construcci¨®n de barreras o la siembra de herb¨¢ceas de crecimiento r¨¢pido deben acometerse en los primeros d¨ªas".
Ayer la Xunta levant¨® las siete alertas de nivel 2 que permanec¨ªan activadas por existir peligro para n¨²cleos habitados y, mientras la oposici¨®n exig¨ªa responsabilidades por la falta de prevenci¨®n, Xunta y Gobierno central prometieron ayudas econ¨®micas para los vecinos que se han quedado sin casa y "medidas de urgencia" para la restauraci¨®n forestal.
La comunidad a¨²n ard¨ªa en 55 lugares, con 16 de ellos fuera de control por la tarde, pero el agua lleg¨® a las zonas m¨¢s castigadas como Os Ancares (Lugo), donde las llamas se cebaron en la Red Natura.
En total, seg¨²n los datos del sistema EFFIS-Copernicus de la UE (un m¨¦todo de observaci¨®n por sat¨¦lite) analizado para EL PA?S por Federico Gonz¨¢lez, expresidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Teledetecci¨®n, el fuego arras¨® en Galicia 9.143 hect¨¢reas entre el 8 y el 16 de octubre y el municipio m¨¢s castigado fue As Neves (Pontevedra), que perdi¨® 1.975, seguido de Pazos de Borb¨¦n (1.719, en la misma provincia).
En Ourense, gran afectada tambi¨¦n por la ¨²ltima oleada incendiaria, la superficie quemada hasta la madrugada del lunes fue de 2.933 hect¨¢reas. No se incluyen en este caso los peores fuegos, registrados a lo largo de ese d¨ªa. En Lugo, sin computar tampoco los fuegos del lunes, el sat¨¦lite registra una superficie devastada de 1.314 hect¨¢reas. En Asturias se calcinaron 5.021 hect¨¢reas y en Le¨®n, 1.413.
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