Pillan a Jordi Pujol Ferrusola ¡®trapicheando¡¯ con llamadas en la c¨¢rcel para hablar con una doctora
Prisiones sancion¨® con 60 d¨ªas sin "actividades recreativas" al hijo del expresidente de la Generalitat por 'comprar' llamadas a otro recluso
Jordi Pujol Ferrusola, el hijo del expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que se encuentra en prisi¨®n preventiva desde 25 de abril por presuntos delitos de blanqueo, evasi¨®n de capitales y fraude, ha pasado 60 d¨ªas sin poder participar en las actividades de la prisi¨®n de Soto del Real. La raz¨®n de esa sanci¨®n, "muy leve" seg¨²n fuentes de Instituciones Penitenciarias, es que le pillaron el pasado mes de agosto trapicheando con llamadas telef¨®nicas, es decir, compr¨¢ndole a otro recluso sus derechos de llamadas. Su objetivo, que logr¨® al menos en dos ocasiones el mismo d¨ªa pese haber sido pillado in fraganti por un funcionario en la primera ocasi¨®n y haber sido advertido de una posible sanci¨®n, era hablar con una doctora de una cl¨ªnica de est¨¦tica de Barcelona.
El pasado 8 de agosto por la ma?ana, el funcionario de servicio sorprendi¨® a Pujol Ferrusola "haciendo uso tanto de la cabina de la primera planta como de la de la segunda, de manera irregular, pues a este le corresponde realizar llamadas solo desde el tel¨¦fono de la primera planta, donde ¨¦l ocupa la celda", dice el parte de incidencias al que ha tenido acceso EL PA?S.
Confesiones de un compa?ero de celda
El interno al que Jordi Pujol Ferrusola le compraba las llamadas fue durante un tiempo su compa?ero de celda en el m¨®dulo 4 de la prisi¨®n de Soto del Real. Durante el interrogatorio confes¨® que, de las diez llamadas semanales que tiene autorizadas, solo usaba cuatro o cinco para hablar con su mujer, su hermana, su t¨ªa y su abogada. El resto le sobraban y son las que le vend¨ªa al hijo del expresidente de la Generalitat.
Preguntado por la relaci¨®n que manten¨ªa con Pujol Ferrusola contest¨®: "Le conozco por los medios de comunicaci¨®n, y una vez en el m¨®dulo compartimos mesa de comedor. Tambi¨¦n compartimos celda, pero discrep¨¢bamos en muchos aspectos dada su forma de ser tan exigente. Por ejemplo con la televisi¨®n, lleg¨¢ndome a coaccionar para cambiar de canal cuando sal¨ªan informaciones relativas a Espa?a. Las disputas y sus exigencias nos llev¨¢ron a separarnos, yo me march¨¦ a otra celda para evitar otro tipo de problemas".
Tras realizar las averiguaciones pertinentes, los funcionarios comprobaron que efectivamente hab¨ªa realizado "al menos una llamada desde la cabina de la segunda planta con el c¨®digo de otro interno". Tras ser interrogados, los dos implicados reconocieron los hechos.
En su declaraci¨®n el recluso reconoce que autoriz¨® dos n¨²meros de tel¨¦fono de los nueve que tiene "para hacerle un favor a Jordi Pujol Ferrusola". Se trata de los n¨²meros de Rosa Rivero Manso y de Mercedes Quintanilla Bresco. Y asegura que su excompa?ero de celda le coment¨® que "no le gustaba no poder hacer todas las llamadas que deseaba".
Al parecer, seg¨²n la misma declaraci¨®n, la forma de pago de esos "favores" consist¨ªa en "regalarle" tarjetas de tel¨¦fono con saldo para llamadas. Seg¨²n el mismo interno, la raz¨®n de esos regalos fue que "en una ocasi¨®n se estrope¨® la cabina de la primera planta y no pod¨ªa llamar a su hija y me pidi¨® que, cuando llamase yo a mi t¨ªa, le pidiera que avisara a su hija de que no pod¨ªa hablar con ella por ese motivo".
Llamando a una cl¨ªnica de est¨¦tica
Curiosamente, Jordi Pujol Ferrusola, utiliz¨® esas llamadas irregulares para llamar a la Cl¨ªnica L'Atelier D'Estetica de Barcelona, concretamente a la doctora Mercedes Quintanilla. El hijo de Jordi Pujol, tras ser pillado, se mostr¨® consciente de que estaba haciendo un uso irregular de la cabina de la segunda planta y de que "ese hecho puede ser motivo de parte disciplinario". Cuando le preguntaron por la factura del tel¨¦fono ¡ªnecesaria para autorizar las llamadas¡ª dijo que la hab¨ªa destruido.
Pese a haber sido advertido esa ma?ana de su irregularidad y de los riesgos de sanci¨®n que conllevaba, Pujol Ferrusola fue reincidente. De nuevo, por la tarde, otro funcionario volvi¨® a pillarlo llamando desde la cabina de la segunda planta de su m¨®dulo con los c¨®digos del otro interno.
De entrada, la persona que se encontraba al mando de las incidencias, decidi¨® suspenderles los privilegios de llamadas a los internos implicados en el asunto. Y, posteriormente, la Comisi¨®n Disciplinaria del Centro Penitenciario le sancion¨® con dos faltas graves; "una, por incumplimiento de sus obligaciones como interno y otra, por haberse concertado de manera fraudulenta con otro interno". Cada falta grave "tiene 30 d¨ªas de prevenci¨®n de actos recreativos". Es decir, en total, 60 d¨ªas sin poder participar en actividades dentro de la prisi¨®n.?
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