El Estado frena al secesionismo

El independentismo catal¨¢n decidi¨® este viernes finalmente dejar de asomarse al abismo y arrojarse directamente a ¨¦l, en busca de un enfrentamiento descarnado con el Estado. El bloque secesionista aprob¨®, despu¨¦s de otro pleno en el que las peticiones de la oposici¨®n para intentar frenar una votaci¨®n ilegal fueron ignoradas, la puesta en marcha de un proceso constituyente, y proclam¨® ¡°la rep¨²blica catalana, como Estado independiente y soberano¡±. Minutos despu¨¦s, el Senado autorizaba al Gobierno¡ªcon la mayor¨ªa aportada por el PP, el PSOE y Ciudadanos¡ªa aplicar las medidas del art¨ªculo 155. Mariano Rajoy reuni¨® un Consejo de Ministros extraordinario para tomar el control de la Generalitat, disolver el Parlament y convocar elecciones auton¨®micas para el pr¨®ximo 21 de diciembre.

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El anuncio de elecciones en Catalu?a el 21 de diciembre

Si quedaba alguna esperanza de lograr a ¨²ltima hora una soluci¨®n a la crisis, se desvaneci¨® este viernes a mediod¨ªa cuando se conoci¨® la resoluci¨®n que Junts pel S¨ª y la CUP hab¨ªan redactado para llevar al pleno del Parlament. Esta vez ya sin subterfugios legales o sem¨¢nticos, el texto expresaba negro sobre blanco la voluntad de llevar adelante una Rep¨²blica catalana independiente y soberana; y detallaba los pasos necesarios para impulsar el proceso constituyente que dise?¨® y anticip¨® la Ley de Transitoriedad Jur¨ªdica suspendida por el Tribunal Constitucional. Nada m¨¢s conocer el contenido de esa resoluci¨®n tajante del bloque independentista, el PSOE desisti¨® de su intento de enmendar en el Senado, proponiendo su suspensi¨®n en caso de elecciones, la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155.

La oposici¨®n en Catalu?a se prepar¨® para dar un combate est¨¦ril en una nueva jornada parlamentaria con las cartas marcadas y el resultado escrito de antemano.

La aparente doble legalidad que los secesionistas hab¨ªan intentado llevar adelante en los ¨²ltimos meses se convirti¨® este viernes en una doble realidad. Mientras Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, a los que apenas les quedaban unas horas como presidente y vicepresidente de la Generalitat, celebraban con j¨²bilo en las escalinatas del Parlament la proclamaci¨®n de la independencia ¡ªtras la votaci¨®n en el pleno¡ª, rodeados de los principales protagonistas del desaf¨ªo independentista, y cantaban una vez m¨¢s a coro Els Segadors, el Senado aprobaba en Madrid la autorizaci¨®n al Gobierno para que aplicara las medidas necesarias para intervenir la Generalitat, bajo el paraguas del art¨ªculo 155. Lo hac¨ªa con la amplia mayor¨ªa aportada por el PP, el PSOE, Ciudadanos y Coalici¨®n Canaria.

No hubo aplausos al final del pleno del Senado. Los parlamentarios del PP, que durante la intervenci¨®n inicial del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hab¨ªan mostrado un entusiasmo que no se correspond¨ªa con la gravedad del momento, acabaron contagiados del v¨¦rtigo que se hab¨ªa apoderado de toda la C¨¢mara alta. Esta vez iba en serio, y la respuesta del Estado a la insurrecci¨®n catalana se puso en marcha a una velocidad y un ritmo claramente superior al del duelo legal sostenido entre Madrid y Barcelona en los ¨²ltimos meses. El Bolet¨ªn Oficial del Estado tard¨® apenas tres horas en publicar el acuerdo del Senado, y el Consejo de Ministros fue convocado en sesi¨®n extraordinaria a media tarde para cerrar de inmediato el par¨¦ntesis de desaf¨ªo abierto por el Parlament con su resoluci¨®n de independencia.

El Gobierno de Rajoy, tal y como hab¨ªa anunciado cuando finalmente emprendi¨® el camino del 155, orden¨® el cese inmediato de Puigdemont, Junqueras y el resto del Govern; aprob¨® las decisiones necesarias para tomar el control efectivo de la Generalitat y la Administraci¨®n catalana; y anunci¨®, en un movimiento inesperado, la decisi¨®n de disolver de inmediato el Parlament y convocar elecciones auton¨®micas en Catalu?a para el 21 de diciembre. Era el modo m¨¢s eficaz y r¨¢pido, explic¨® m¨¢s tarde el presidente, para restaurar la legalidad y la normalidad institucional en esa comunidad. Consciente de que esta vez ya no era posible un error, Rajoy prepar¨® tambi¨¦n una respuesta jur¨ªdica al texto aprobado por los diputados independentistas catalanes. El Ejecutivo aprob¨® por ello tambi¨¦n la presentaci¨®n inmediata de un incidente de ejecuci¨®n ante el Tribunal Constitucional con el prop¨®sito de suspender, y en ¨²ltimo t¨¦rmino anular, la declaraci¨®n de independencia.

Sin apoyo internacional

Miles de personas con banderas esteladas se iban concentrando a lo largo de la tarde en la Plaza de Sant Jaume, ante la sede de la Generalitat, para celebrar la proclamaci¨®n de la rep¨²blica catalana. Su j¨²bilo, sin embargo, no sorprendi¨® esta vez a nadie, ni fue correspondido por las instituciones y Estados de la comunidad internacional a los que el independentismo hab¨ªa reclamado atenci¨®n y apoyo en los ¨²ltimos meses. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, fue el primero en dejar claro que nada hab¨ªa cambiado desde la ¨®ptica de las instituciones comunitarias, y que su ¨²nico interlocutor v¨¢lido era Espa?a. La misma contundencia mostraron en cascada los Gobiernos de Alemania, Francia y EE?UU.

No fallaron a Mariano Rajoy ni los respaldos internacionales ni sus dos aliados imprescindibles para llevar adelante en los pr¨®ximos meses la respuesta del Estado a la crisis: el secretario general del PSOE, Pedro S¨¢nchez, y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, condenaron con rotundidad la insurrecci¨®n perpetrada en el Parlament y el compromiso del Gobierno de frenarla. ¡°La uni¨®n entre compatriotas prevalecer¨¢. Catalu?a seguir¨¢ siendo Espa?a¡±, dijo S¨¢nchez poco despu¨¦s de conocerse la decisi¨®n del Senado.

Durante todo este tiempo, Rajoy ha establecido como prioridad indispensable ir de la mano de los socialistas en cada paso adoptado, y hasta el momento, a pesar de que surgiera alguna sombra de fractura ante determinadas decisiones ¡ªespecialmente, a la hora de intentar dar una ¨²ltima salida a Puigdemont a trav¨¦s de la convocatoria de elecciones auton¨®micas¡ª, la alianza de los dos principales partidos espa?oles se ha mantenido firme. Junto a ellos tambi¨¦n se ha mantenido sin fisuras Ciudadanos. Rajoy quiso anoche expresar su agradecimiento por ese apoyo a S¨¢nchez y a Rivera.

El primer desaf¨ªo vendr¨¢ directamente de la calle. Los responsables del intento de secesi¨®n trasladaron la antorcha de su ofensiva a los ciudadanos partidarios del independentismo en Catalu?a, conscientes de que ellos iban a perder de inmediato el poder ¡ªpor aplicaci¨®n del 155¡ª y la amplificaci¨®n de sus prop¨®sitos que hasta ahora les ha otorgado estar al frente de las instituciones y dirigir desde ellas su ataque al Estado. Las asociaciones independentistas, en especial la ANC, recogieron el guante de inmediato e hicieron los primeros llamamientos a la movilizaci¨®n. El mismo sindicato minoritario que hab¨ªa intentado en d¨ªas previos poner en marcha una larga huelga general convoc¨® de nuevo a un ¡°paro de pa¨ªs¡± que no cont¨® con el respaldo de las principales centrales.

Rajoy se esforz¨® en su comparecencia, a ¨²ltima hora de la tarde, a la vez que anunciaba todas las medidas que se dispon¨ªa a poner en marcha, en transmitir un mensaje de tranquilidad y de firmeza. ¡°El Estado tiene medios suficientes¡±, dijo, ¡°para recuperar la normalidad legal y disolver las amenazas¡±.

El Gobierno se ha adentrado en territorio ignoto al activar, por primera vez en democracia, el mecanismo de coerci¨®n constitucional del 155. Ante la incertidumbre que se abre, Rajoy decidi¨® finalmente acelerar al m¨¢ximo la vuelta a la normalidad con la f¨®rmula que todos los actores pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales que respaldan al Estado reclaman: convocar a los catalanes a las urnas, bajo la ley, con garant¨ªas, neutralidad y sin urnas clandestinas