Muertos en vida, muertos en Internet
El mercado funerario se adapta y ofrece servicios para borrar la 'huella digital' de los fallecidos
Cuando Julia S¨¢nchez, que prefiere no dar su verdadero nombre, tuvo que ¡°arreglar todo¡± tras la muerte de su t¨ªa, llam¨® a los bancos para cancelar las tarjetas y suspendi¨® la l¨ªnea del m¨®vil de su familiar. Pero cerrar las cuentas de las redes sociales, el correo electr¨®nico y las suscripciones?de su t¨ªa?no fue tan sencillo: ¡°No hay un tel¨¦fono para llamar a Internet y cancelar¡±. Entonces, S¨¢nchez contrat¨® los servicios de un cementerio en Valencia que le propon¨ªa borrar la huella digital de su pariente. Cada vez m¨¢s empresas funerarias ofrecen a sus clientes la posibilidad de eliminar de la Red el rastro de las personas fallecidas. El precio para borrar la informaci¨®n ¡ªescrita y audiovisual¡ª que circula en Internet al teclear el nombre de una persona puede llegar a los 10.000 euros.
Unas 400.000 personas fallecen cada a?o en Espa?a. Los cementerios y tanatorios tienen una demanda relativamente constante y por eso su negocio no parece estar amenazado, seg¨²n la Asociaci¨®n Nacional de Servicios Funerarios (Panasef). El sector, que genera un 0,13% del PIB, innova ¡°para ofrecer servicios que la sociedad demanda¡±, indica Josep Ventura, portavoz de Panasef, que re¨²ne al 70% de las empresas del sector.?Ventura indica que desde hace cinco a?os las compa?¨ªas han empezado a adaptarse a los tiempos de Facebook y Google: ¡°Muchas de las personas que fallecen hoy en d¨ªa no han tenido mucha actividad en Internet, pero en un futuro la demanda ser¨¢ mayor¡±.
La t¨ªa de Julia S¨¢nchez ten¨ªa 41 a?os cuando falleci¨® hace unos meses. Su sobrina contrat¨® los servicios del Parque de la Paz, una empresa privada de Valencia, y ¡°en pocas semanas¡± todos los datos de su t¨ªa hab¨ªan desaparecido de Internet. Unas 30 familias han contratado este servicio del cementerio en los ¨²ltimos dos a?os, pero no todos los casos se resuelven tan r¨¢pido.
El proceso para borrar la informaci¨®n de "un ciudadano de a pie" puede durar un mes, estima Luis L¨®pez, abogado del cementerio. Si se trata de una persona con mayor visibilidad, como un empresario o un pol¨ªtico, el tr¨¢mite puede extenderse a m¨¢s de un a?o. Adem¨¢s, "si a una persona le robaron el m¨®vil y tiene contenido ¨ªntimo", por ejemplo, el proceso ser¨¢ m¨¢s trabajoso que si "solo hubiera datos como su lugar de empadronamiento".
Un equipo formado por un abogado y un inform¨¢tico hacen un diagn¨®stico inicial de cada caso dependiendo de la?popularidad o reputaci¨®n de la persona fallecida y su presencia en la Red. Lo realizan con una serie de?herramientas de monitorizaci¨®n de Internet ¡ªredes sociales, buscadores, medios de comunicaci¨®n, etc.¡ª?y calculan un presupuesto, que puede alcanzar valores "de hasta cinco cifras", explica Leonardo Bruno, gerente de Parque de la Paz. Bruno precisa que los clientes contratan el servicio para facilitar tr¨¢mites que suponen "un costoso entramado administrativo y gestiones con los principales buscadores y redes sociales".
Este servicio, que debe ser solicitado por los familiares, se ampara en el derecho al olvido de las personas vivas o fallecidas, que fue establecido por el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea en 2014. Aunque no siempre es necesario iniciar un juicio, esa garant¨ªa permite que la informaci¨®n obsoleta o sin relevancia ni inter¨¦s p¨²blico no se difunda en los buscadores, aunque sea leg¨ªtima. Una vez que los datos de un difunto dejan de ser p¨²blicos, el contenido queda a disposici¨®n de la familia.?
Pero la huella digital no se puede eliminar totalmente. En ning¨²n caso est¨¢ garantizado que se borre todo el rastro que alguien ha dejado en Internet, por ejemplo, cuando se trata de informaci¨®n de inter¨¦s p¨²blico sobre un pol¨ªtico o empresario. Sin embargo, las personas ¡ªvivas o muertas¡ª estar¨¢n m¨¢s amparadas a partir de 2018: en mayo del pr¨®ximo a?o, comenzar¨¢ a aplicarse el nuevo reglamento europeo de protecci¨®n de datos, que introduce nuevos elementos y entre ellos el derecho al olvido.
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