¡°No se puede venir a un congreso y despu¨¦s no hacer nada¡±

En la I Jornada Mundial de los Pobres, celebrada hoy por iniciativa del papa Francisco como colof¨®n del ¡®A?o de la Misericordia¡¯, la jerarqu¨ªa cat¨®lica ha exhibido su fuerza caritativa y econ¨®mica en el llamado Tercer Sector convocando a quienes luchan por los pobres en primera l¨ªnea de fuego. Es el caso del obispo Enrique Figaredo Alvargonz¨¢lez (Gij¨®n, 1959), prefecto apost¨®lico de Battambang (Camboya), conocido como ¡°el obispo de las sillas de ruedas¡±. Las ha fabricado y repartido por miles durante d¨¦cadas entre los habitantes de su di¨®cesis v¨ªctimas de guerras, dictaduras criminales y, finalmente, de las bombas que quedaron sembradas en el territorio para seguir causando tragedias tambi¨¦n en la paz.

Kike Figueredo, economista antes de hacerse jesuita e integrarse en el Servicio Jesuita a Refugiados, inici¨® su misi¨®n en Tailandia, a donde llegaban refugiados camboyanos por cientos de miles. M¨¢s tarde entr¨® en Camboya para quedarse. Descendiente de una conocida familia de empresarios asturianos, esta ma?ana pronunci¨® la conferencia de clausura del congreso Cat¨®licos y Vida P¨²blica, organizado por de la Asociaci¨®n Cat¨®lica de Propagandistas (ACdP) y la Fundaci¨®n Universitaria San Pablo-CEU. Un libro, ¡®El coraz¨®n del ¨¢rbol solitario¡¯, de Rodr¨ªguez de Olaizola, recrea la historia de un obispo que se negaba a serlo cuando le ofrecieron el cargo desde Roma. No ha cambiado su vida. ¡°La Iglesia de Camboya es un sacramento de salida al encuentro de la gente sencilla. Vivimos con los pobres y por los pobres, potenciando lo que nos ayuda y nos iguala. Hay que ser sencillos y tener humildad, siempre desde la peque?ez de nuestra realidad¡±.

A?adi¨® que el ¨²nico lenguaje que habla mejor de Dios es el amor. ¡°Hace cre¨ªbles los otros lenguajes como la caridad. Ante las personas discapacitadas debemos ser compa?eros de su camino, ayudarles, bajar a su altura y dialogar. Es lo que hace que nuestra fe sea cre¨ªble. Hay que salir a las periferias, no se puede venir a un congreso de este tipo y despu¨¦s no hacer nada. Tiene que haber progreso¡±.

El congreso de los propagandistas cat¨®licos, organizados en la primera parte del siglo pasado en torno al famoso cardenal ?ngel Herrera Oria, finaliz¨® al mediod¨ªa con una misa oficiada por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, no sin antes aprobar un manifiesto, que este a?o pone el acento en la celebraci¨®n, hace medio siglo, del Concilio Vaticano II. ¡°Fue un acontecimiento que puso en marcha el proceso de actualizaci¨®n y renovaci¨®n de toda la Iglesia. Fue un proceso de reforma de mentalidades y de estructuras al que el papa Francisco, hoy, contin¨²a invit¨¢ndonos¡±, dice.