¡°Falta formaci¨®n en los juzgados para atender a las mujeres¡±
La responsable de la Fiscal¨ªa de violencia sobre la mujer alerta de la involuci¨®n de los adolescentes: "Hemos perdido un poco la batalla"
Pilar Mart¨ªn N¨¢jera (Palencia, 1957) coordina la red de fiscales especializados contra la violencia de g¨¦nero. Recibe a EL PA?S en su despacho con motivo del D¨ªa Internacional para la Eliminaci¨®n de la Violencia contra la Mujer, que se celebra el 25 de noviembre. Durante la entrevista analiza las cuestiones que quedan pendientes para proteger a las v¨ªctimas de violencia machista y las que le alarman, como la involuci¨®n de los adolescentes o la falta de recursos.
Pregunta. Han pasado 20 a?os del asesinato de Ana Orantes, la granadina a la que su exmarido quem¨® viva d¨ªas despu¨¦s de que denunciara 40 a?os de abusos y palizas. ?Qu¨¦ ha mejorado desde entonces y qu¨¦ falta por hacer?
Respuesta. Aquel caso fue el detonante. El principal logro ha sido visibilizar el problema. Pasar de verlo como algo privado a un delito p¨²blico y una vulneraci¨®n de los derechos humanos. Tras aquello se public¨® la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero en 2004 y la de Igualdad en 2007. Lo m¨¢s importante ahora es avanzar en la protecci¨®n a la v¨ªctima y, especialmente, en la protecci¨®n y recuperaci¨®n de los hijos.
P. ?Echa algo en falta en el nuevo Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero?
R. Hay que trabajarlo para hacerlo m¨¢s homog¨¦neo, concretar y priorizar. Y una vez que se priorice, lo importante es empezar a asignar cantidades econ¨®micas. En el ¨¢mbito judicial echo de menos mayor contundencia con el art¨ªculo 416 [el que exime a los testigos de declarar contra determinados parientes, como padres, hermanos y c¨®nyuge, al que se pueden acoger las v¨ªctimas de violencia machista]. El Senado recoge una modificaci¨®n para evitar la impunidad que supone el 416, pero es muy gen¨¦rico. Hay que trabajarlo mucho m¨¢s. Seg¨²n los datos del Poder Judicial, casi el 11% de las mujeres se echan para atr¨¢s. Si tenemos en cuenta los casos sobrese¨ªdos antes de llegar a juicio, seguro que son m¨¢s.
P. ?Qu¨¦ est¨¢ en juego?
R. Produce impunidad, la sensaci¨®n en la sociedad de que se ha trabajado para nada. Es el agujero por el que se escapa todo el trabajo que hacemos. Conseguimos que denuncien, siguen un recorrido largo y costoso y se acoge a la dispensa.
P. Casi una de cada tres ¨®rdenes de protecci¨®n que reclaman las mujeres son denegadas.
R. La cifra ha subido. Es un dato positivo para las mujeres, pero tenemos que conceder m¨¢s. Ese 32% es la media, pero hay determinados juzgados y provincias en las que el n¨²mero de concesiones rechazadas ronda la mitad. Y es la pescadilla que se muerde la cola. Si los ¨®rganos judiciales no las conceden, los abogados van a decir a las v¨ªctimas que no las pidan. Es necesario tener un poco m¨¢s de tiempo y de tranquilidad para valorar el riesgo que corre esa v¨ªctima.
P. ?Es una cuesti¨®n de tiempo o de dinero?
R. Efectivamente, hay que tener m¨¢s recursos y m¨¢s medios policiales. Pero f¨ªjese. Existen much¨ªsimas pulseras [dispositivos para el control telem¨¢tico de las medidas de alejamiento de los maltratadores], con una inversi¨®n grand¨ªsima, y est¨¢n en uso menos de la mitad, unas 900. La informaci¨®n que a veces facilita la v¨ªctima no refleja la gravedad y la reiteraci¨®n de la violencia. El informe policial se basa b¨¢sicamente en su testimonio. Nosotros solicitamos tambi¨¦n en las guardias que las unidades de valoraci¨®n forense puedan asesorarnos del riesgo que corren.
P. ?Hay formaci¨®n suficiente en los juzgados?
R. Creo que falta formaci¨®n. Es uno de los fallos que tenemos sobre los que m¨¢s incide el pacto de Estado. Necesitamos formaci¨®n continuada y especializada en todos los operadores sociales, asistenciales y jur¨ªdicos que interviene en el proceso.
P. La ley de 2004 ya alud¨ªa a la educaci¨®n y la formaci¨®n. ?Por qu¨¦ sigue pendiente?
R. Se ha bajado la guardia. Cuando se aprob¨® la ley no hab¨ªa a¨²n recursos pero s¨ª mucha ilusi¨®n. La educaci¨®n, la formaci¨®n y la especializaci¨®n son fundamentales para valorar el riesgo.
P. Solo nueve de las 44 asesinadas en 2017 hab¨ªan denunciado a su agresor, seg¨²n datos oficiales del Ministerio de Sanidad. ?Por qu¨¦ no hay m¨¢s y qu¨¦ pasa con las que s¨ª denuncian?
R. La Fiscal¨ªa maneja otros datos. Tenemos 50 v¨ªctimas mortales y denunciaron 11. A¨²n no tenemos la valoraci¨®n de todos los casos. Muchas veces denunciaron pero ya estaba cumplida la condena, o se sobresey¨® por el camino porque la mujer hizo uso de la dispensa o hab¨ªa cumplido la condena y posteriormente reanudaron la convivencia.
P. ?El asesoramiento previo para que la mujer denuncie est¨¢ funcionando?
R. Actualmente, no. Es otro de los puntos en los que incide el pacto y en los que Fiscal¨ªa tambi¨¦n insiste. Uno de los fallos de la ley org¨¢nica es que estim¨® que todo el mundo iba a presentar denuncia y que se conceder¨ªan las ¨®rdenes de protecci¨®n, que ser¨ªa el mecanismo por el que la v¨ªctima se convert¨ªa en beneficiaria de todos los servicios y ayudas econ¨®micas, asistenciales y psicol¨®gicas. Ahora vemos que solo se conceden el 68% de las ¨®rdenes de protecci¨®n y el 40% de los procedimientos se sobreseen. Antes de la denuncia pr¨¢cticamente no reciben ninguna ayuda, no hay cadena de seguimiento.
P. En el ¨²ltimo crimen de violencia machista, un hombre en Alzira degoll¨® a la hija para vengarse de la mujer. ?Est¨¢n bien protegidos los menores?
R. Este caso es paradigm¨¢tico. Nadie pod¨ªa preverlo, ni la madre, que si lo hubiera previsto se la habr¨ªa llevado con ella. Los menores se consideran v¨ªctimas desde 2015, pero falta atenderles m¨¢s, valorar el riesgo tambi¨¦n para ellos y tener servicios de atenci¨®n psic¨®l¨®gica y de apoyo especializados.
P. El n¨²mero de menores enjuiciados como agresores en violencia machista ha subido.
R. Hemos perdido la batalla un poco con los adolescentes. En las generaciones anteriores se luch¨® mucho por la igualdad y se dio la batalla por ganada. Igual eso no se ha sabido transmitir a la siguiente generaci¨®n.
P. ?Se ha dado un paso atr¨¢s?
R. S¨ª, lo dicen las estad¨ªsticas. Aceptan el amor plat¨®nico, el control a trav¨¦s de m¨®viles y dicen que si hay violencia de g¨¦nero, algo habr¨¢ hecho ella. Son indicios que nos se?alan que estamos retrocediendo en igualdad. No se nace maltratando. A maltratar se aprende. Y del mismo modo se aprende a respetar.
¡°En las agresiones no se juzga la conducta de las v¨ªctimas¡±
Pregunta. Estos d¨ªas se celebra el juicio del caso de la violaci¨®n m¨²ltiple de San Ferm¨ªn. ?Est¨¢ concienciada la sociedad espa?ola para arropar a las v¨ªctimas de violencia y abusos sexuales?
Respuesta. Yo he visto que s¨ª. La reacci¨®n que ha habido a trav¨¦s de whatsapp y la convocatoria para que la sociedad se manifieste a favor de la v¨ªctima es un buen dato.
P. Pero las protestas fueron porque el juez admiti¨® un informe de un detective privado siguiendo a la v¨ªctima.
R. Es un tema judicial que no conozco m¨¢s que a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n. No s¨¦ qu¨¦ motivos ha tenido el tribunal para aceptar eso. En principio, lo que hay que tener en cuenta en todo tipo de agresi¨®n a las mujeres es que lo que se est¨¢ juzgado es la conducta del agresor, no la de las v¨ªctimas, ni si consienten o no. No me parece que sea muy adecuado ese informe pero no puedo juzgarlo porque desconozco los motivos. ?Por qu¨¦ piden esas pruebas? Posiblemente porque no tienen otros medios de defensa.
P. Hab¨ªa jueces que preguntaban a?os atr¨¢s qu¨¦ tipo de ropa llevaba la agredida. Esta vez el foco se ha puesto en cu¨¢l ha sido su comportamiento posterior en las redes sociales. ?A¨²n se culpabiliza a las v¨ªctimas?
R. Cada vez hay menos casos, ha disminuido mucho. Es otro de los mitos de la violencia de g¨¦nero. Uno es el de las denuncias falsas y otro es que la culpa que la tiene la mujer por c¨®mo viste o porque provoca. Son falsos mitos para atacar la ley de violencia de g¨¦nero que no tienen base cient¨ªfica de ning¨²n tipo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.