Ana Orantes y 1.000 asesinadas m¨¢s
Se cumplen 20 a?os del crimen machista que conmocion¨® a Espa?a. Pese a los avances, queda mucho por hacer en justicia, educaci¨®n y compromiso social
Dos semanas antes de que su exmarido la quemara viva en el patio de su casa, la granadina Ana Orantes relat¨® 40 a?os de malos tratos en el programa de la tarde de Canal Sur. Enunci¨® las palizas (¡°cre¨ª que me hab¨ªa roto la cara de lo que son¨®¡±), los insultos (¡°me dec¨ªa que yo no val¨ªa un duro¡±), los abusos tambi¨¦n sobre sus ocho hijos (¡°a la ni?a le tocaba los muslos por debajo de la mesa¡±), el aislamiento (¡°no pude ir a la boda de mis hermanos¡±), el miedo (¡°ay do?a Celia, hoy me mata, hoy es el ¨²ltimo d¨ªa de mi vida¡±).
El testimonio que dej¨® en 1997 supuso una explosi¨®n, el despertar de una sociedad que consideraba que la violencia, como los trapos sucios, se lavaba en casa. El Defensor del Pueblo dio la voz de alarma con un informe monogr¨¢fico un a?o despu¨¦s y tomaron fuerza las manifestaciones de protesta. Espa?a fue pionera en el mundo con leyes a favor de la mujer. Cambi¨® el lenguaje, la judicatura, las pol¨ªticas y la percepci¨®n. Pero los asesinatos no pararon. M¨¢s de 1.000 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas ¡ª1.014, seg¨²n el recuento que inici¨® EL PA?S en el 2001, dos a?os antes que la Administraci¨®n¡ª, 45 solo en lo que va de a?o, seg¨²n datos oficiales del Ministerio de Sanidad.
A pesar de un avance notable, queda mucho camino para combatir una lacra que amenaza a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n. Parte del sistema judicial a¨²n pone en duda sus testimonios y estas mujeres no conf¨ªan en la justicia. Tres de cada cuatro asesinadas no presentaron denuncia. Casi la mitad de las mujeres que aseguraron ser v¨ªctimas tampoco la presentaron porque minimizaron la situaci¨®n, seg¨²n la macroencuesta de violencia contra la mujer que hizo Sanidad en 2015. Desde todos los ¨¢mbitos se reclama un esfuerzo especial en la educaci¨®n, que ya deber¨ªa estar en marcha. Falla el apoyo del entorno y queda pendiente un respaldo claro y una concienciaci¨®n con el resto de violencias contra la mujer.
¡°Eres una mujer maltratada si te impide ver a tu familia o tener contacto con tus amigos y vecinos¡±. La primera gu¨ªa para v¨ªctimas, de 1999, hac¨ªa hincapi¨¦ en aspectos que iban m¨¢s all¨¢ de un ojo morado. Ana Orantes ve¨ªa a su madre a escondidas, no pudo acudir a las bodas de sus hermanos. ¡°Me dec¨ªa que hab¨ªa ido a acostarme con todos los hombres del Albaic¨ªn¡±, cont¨® que le reprochaba su marido las contadas veces que sal¨ªa a la calle sin ¨¦l.
Cuando su padre mat¨® a su madre, Francisco Orantes ¡ªque se cambi¨® los apellidos de orden¡ª ten¨ªa 19 a?os. Viv¨ªan en la planta de arriba de una casa compartida con el agresor, el hombre que asegura que nunca se arrepinti¨® del crimen. Francisco cuenta que les convenci¨® el juez de paz del pueblo de que no se marcharan: ¡°?Para qu¨¦ te vas a ir, Ana? ?l es bueno, no se va a meter¡±. La propia mujer relat¨® en aquella entrevista que no ten¨ªan donde ir. ¡°Me dec¨ªa ¡®Anitilla, perd¨®name, ya no va a pasar m¨¢s¡±. Pero pasaba. ¡°No ten¨ªa donde ir¡ no pod¨ªa irme con mi padre ni con mi madre¡ yo ten¨ªa que aguantarlo¡±.
La soluci¨®n a aquel desamparo llegar¨ªa, en parte, seis a?os despu¨¦s. En 2003 se aprob¨® la ley reguladora de las ¨®rdenes de protecci¨®n. ¡°Fue una soluci¨®n al problema grav¨ªsimo de las mujeres que ten¨ªan que volver a casa despu¨¦s de denunciar malos tratos¡±, explica Altamira Gonzalo, vicepresidenta de la asociaci¨®n de mujeres juristas Themis. ¡°Se fij¨® un plazo de 72 horas para que el juez estableciera medidas cautelares como el uso del domicilio familiar, la guardia y custodia de hijos y las pensiones. Antes se tardaba mucho tiempo y eso disuad¨ªa a las mujeres de denunciar¡±. 20 a?os despu¨¦s, un tercio de las ¨®rdenes de protecci¨®n son rechazadas. Y esa es solo la media. Hay provincias y juzgados donde no prosperan m¨¢s del 50%, tal como denunciaba esta semana en una entrevisa con este peri¨®dico la fiscal delegada de violencia sobre la mujer, Pilar Mart¨ªn N¨¢jera.
Falta de formaci¨®n
En 2004, Espa?a se convirti¨® en ejemplo de Europa y del mundo con la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero, a la que sigui¨® la Ley de Igualdad tres a?os despu¨¦s, impulsadas ambas por el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero (PSOE). Desde la ley, el n¨²mero de denuncias se mantiene por encima de las 120.000 anuales y la cifra de asesinadas solo baj¨® de 50 el a?o pasado. Su desarrollo, adem¨¢s, depend¨ªa de la inversi¨®n. ¡°No se dotaron econ¨®micamente, eran leyes transversales que deber¨ªan haber tenido repercusi¨®n en Sanidad, Educaci¨®n o en las unidades de valoraci¨®n de los juzgados, que son m¨ªnimas¡±, a?ade Amalia Fern¨¢ndez, presidenta de Themis.
La ley de 2004 preve¨ªa incluir materias para reforzar la formaci¨®n en igualdad en todas las etapas educativas que no se pusieron en marcha. 13 a?os despu¨¦s, sigue siendo una asignatura pendiente y se ha vuelto a incluir en el pacto de Estado para atajar la violencia machista aprobado el pasado septiembre. En este tiempo, han saltado las alarmas por el papel de los m¨¢s j¨®venes y su legitimaci¨®n de la violencia. Uno de cada cuatro (27,4%) ve como una conducta ¡°normal¡± la violencia machista dentro de la pareja, seg¨²n un bar¨®metro reciente del Centro Reina Sof¨ªa sobre Adolescencia y Juventud de la Fundaci¨®n de Ayuda contra la Drogadicci¨®n (FAD). ¡°Vigilar el m¨®vil, controlar a la pareja o los celos no lo incluyen dentro de la violencia a no ser que se lo preguntemos de forma expl¨ªcita¡±, explicaba recientemente Anna Sanmart¨ªn, subdirectora del Centro Reina Sof¨ªa.
Sentada en la silla del plat¨®, con calma, Ana Orantes desvel¨® hace ahora 20 a?os que muchos a su alrededor sab¨ªan o sospechaban la violencia que sufr¨ªa. La farmac¨¦utica, la vecina, el amigo del marido, sus suegros. ¡°Pues no haber bailado¡±, le reproch¨® su suegra el d¨ªa que lleg¨® a casa despu¨¦s de recibir una paliza por bailar medio pasodoble con un primo. 20 a?os despu¨¦s, el silencio persiste. Menos del 2% de las denuncias por malos tratos vienen del entorno, seg¨²n datos del Consejo General del Poder Judicial. ¡°Seguimos necesitando un apoyo social que a¨²n no existe¡±, reclama Susana Mart¨ªnez, presidenta de la Comisi¨®n de Investigaci¨®n Malos Tratos a Mujeres.
Mart¨ªnez reclama tambi¨¦n una mayor formaci¨®n y sensibilizaci¨®n en los juzgados y en la polic¨ªa. ¡°Cuando se eval¨²a a las v¨ªctimas, se est¨¢ interpretando que sufren riesgo bajo o medio muchos casos que dar¨ªan lugar a m¨¢s protecci¨®n si se escucharan bien¡±, dice. ¡°Queda por cambiar lo m¨¢s dif¨ªcil: la mentalidad de los aplicadores de la ley y de las personas que intervenimos alrededor. Hay que ser muy valiente para poner una denuncia y mantenerla hasta el final. La violencia m¨¢s grave no llega a los juzgados¡±, a?ade Altamira Gonzalo.
Ana Orantes cont¨® c¨®mo su marido golpeaba tambi¨¦n a sus hijos, c¨®mo abus¨® de una de las hijas. Entonces, como ahora, los hijos son v¨ªctimas, aunque solo quedaron reconocidas como tal a partir de una reforma de la Ley de la Infancia aprobada en 2015, con el PP en el Gobierno. La norma para que ning¨²n hu¨¦rfano se quede sin pensi¨®n es de este a?o. El pacto de Estado pide modificaciones legislativas para dar protecci¨®n a las v¨ªctimas incursas en situaciones de sustracci¨®n internacional de menores cuyo origen sea una situaci¨®n de violencia de g¨¦nero. Recuerda el caso vivido este verano por Juana Rivas, que se escondi¨® con sus hijos un mes para no devolverlos al padre, condenado en 2009 por maltrato. Tambi¨¦n se acaba de aprobar la consideraci¨®n de v¨ªctimas en casos de mujeres a las que les mataron a los hijos, como ocurri¨® con Ruth Ortiz. Su exmarido, Jos¨¦ Bret¨®n, fue condenado a 40 a?os.
¡°Lo ¨²nico que me pesa es no haberlo hecho antes¡±, se despidi¨® Ana Orantes de aquella entrevista de 40 minutos. Su hijo Francisco la recuerda todos los d¨ªas. ¡°Para m¨ª ella lo era todo¡±. Mientras viv¨ªa temiendo que la mataran, le pidi¨® que no le llevara flores al cementerio. ¡°All¨ª no queda nada. Son solo cenizas¡±, le dec¨ªa.
¡°Los hombres siguen un poco desorientados¡±
¡°El principal logro desde el asesinato de Ana Orantes fue la toma de conciencia de que la violencia contra la mujer no es algo privado, es de ¨¢mbito p¨²blico. Nadie cuestiona la necesidad de la ley, fue un debate que las mujeres ganaron en la calle¡±, explica ?ngeles ?lvarez, diputada del PSOE responsable de los temas de Igualdad.
Las mujeres salieron a manifestarse a?os antes de aquel asesinato. Primero, cada vez que hab¨ªa una v¨ªctima. Despu¨¦s, en d¨ªas se?alados como el 25 de noviembre, D¨ªa Internacional de la Eliminaci¨®n de la Violencia Contra la Mujer. Miguel Lorente, forense y exdelegado del Gobierno para la violencia de g¨¦nero, reclama la implicaci¨®n de la otra mitad de la poblaci¨®n. ¡°Aunque se consiguiera que el 100% de las mujeres estuvieran concienciadas e implicadas, si los hombres no lo hacen, seguir¨ªan ejerciendo violencia sobre mujeres concienciadas e implicadas¡±, reflexiona. ¡°Siguen un poco desorientados, perdidos y c¨®modos, pero no por inocencia o desconocimeinto, lo hacen por inter¨¦s¡±, a?ade este experto. ¡°Siempre han mantenido una actitud distante, una justificaci¨®n en una aparente neutralidad que no existe. O se hace algo para acabar con la violencia o con tu pasividad y distancia est¨¢s permitiendo que sigan ellos actuando¡±.
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