Sin filtros contra la anorexia
Espa?a carece de una legislaci¨®n que persiga la apolog¨ªa en la Red de los trastornos alimentarios
¡°Come mir¨¢ndote al espejo, preferentemente desnudo o con muy poca ropa¡±, ¡°Usa ropa suelta cuando vayas a salir o cuando est¨¦s con tu familia, para que as¨ª nadie sepa tu secreto¡±, ¡°Si vas a vomitar puedes poner m¨²sica fuerte, as¨ª evitar¨¢s que te escuchen¡±. En Espa?a, basta un solo clic para acceder a decenas de consejos como estos en p¨¢ginas proanorexia y bulimia que, en ocasiones, inducen incluso al suicidio.
Este tipo de contenidos est¨¢n al alcance de cualquiera ¡ªincluidos menores¡ª al abrigo de la legislaci¨®n espa?ola, que no sanciona la apolog¨ªa de los trastornos alimentarios en las redes. En 2015, hubo dos iniciativas legislativas con ese objetivo ¡ªpresentadas por senadores de Uni¨®n del Pueblo Navarro y del Partido Aragon¨¦s Regionalista, respectivamente¡ª, pero ninguna cont¨® con apoyos suficientes. Una realidad que contrasta con los avances en pa¨ªses como Alemania y Francia, donde se contemplan penas de hasta un a?o de c¨¢rcel y sanciones de 10.000 euros.
La ausencia de una regulaci¨®n estatal, ha llevado el debate a las comunidades aut¨®nomas. En los ¨²ltimos meses, en Catalu?a se ha planteado una modificaci¨®n del C¨®digo de Consumo para sancionar a las empresas alojadoras de los contenidos, mientras que en Madrid, la proposici¨®n no de ley presentada por Ciudadanos pide al Gobierno central, entre otras medidas, que legisle para clausurar todas las webs que promuevan estas enfermedades.
No existen cifras oficiales, pero la Asociaci¨®n Contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB) calcula que alrededor de un 5% de la poblaci¨®n femenina espa?ola ¡ªsolo se han calculado datos de mujeres porque, seg¨²n la misma fuente, representan 9 de cada 10 casos¡ª padece alg¨²n trastorno de la alimentaci¨®n. Enfermedades con unos patrones de conducta que, en muchas ocasiones, en opini¨®n de los psic¨®logos, se ven reforzados a trav¨¦s de estas p¨¢ginas. O incluso, los descubren por primera vez. As¨ª lo apunta el estudio elaborado en 2015 por la Mesa de Di¨¢logo para la Prevenci¨®n de los Trastornos Alimentarios de Catalu?a, en el que adem¨¢s, se advierte de que este tipo de contenidos ¡°dificultan la b¨²squeda de ayuda y la recuperaci¨®n¡± de los pacientes.
Adolescentes, los m¨¢s vulnerables
Los adolescentes, debido a su gran consumo de contenidos digitales y a su menor capacidad cr¨ªtica, son el grupo que m¨¢s se expone a estas consecuencias. Desde que comenz¨® el uso masivo de las redes sociales, las conductas de riesgo relacionadas con este tipo de trastornos han crecido un 20% entre este colectivo, seg¨²n la ACAB. De hecho, de acuerdo con el estudio de la misma asociaci¨®n, la media de edad de los enfermos que buscaron contenidos en Internet relacionados con los trastornos alimentarios es de 15 a?os.
¡°La adolescencia es una edad cr¨ªtica y ahora el factor de riesgo est¨¢ en un ordenador y en encontrarte en un momento que est¨¢s bajo de ¨¢nimo o te sientes inseguro con tu cuerpo¡±, se?ala Julia Vidal, psic¨®loga especializada en trastornos de la conducta alimentaria. Vidal destaca el peligro de los contenidos que se encuentran en Internet y que est¨¢n llenos de ¡°consejos que son factores de empeoramiento y mantenimiento de la enfermedad¡±, como el pesarse continuamente, hacer ejercicio compulsivo, hacer dieta o vomitar.
Basta una b¨²squeda r¨¢pida en Internet para acceder sin impedimento a cientos de miles de resultados, algunos de ellos en plataformas cuyo uso est¨¢ muy extendido entre los j¨®venes como Facebook o Youtube. Entre las redes sociales m¨¢s utilizadas, la ¨²nica que advierte sobre el da?o que puede causar este tipo de contenido es Instagram, aunque el usuario puede acceder al mismo si lo desea.
Nadia fue una de esas adolescentes. A los 12 a?os, en un intento de encontrar trucos para adelgazar, se top¨® con p¨¢ginas proanorexia y bulimia que la iniciaron en una enfermedad ¡ªla anorexia nerviosa¡ª contra la que a¨²n hoy, cinco a?os m¨¢s tarde, contin¨²a luchando. ¡°Le pregunt¨¦ d¨®nde hab¨ªa aprendido a vomitar y me confes¨® que hab¨ªa buscado en p¨¢ginas¡±, cuenta la madre de la joven, L¨ªdia Amella. Lleg¨® a perder 14 kilos en dos meses. Empujada por su propia experiencia, Amella lucha desde hace a?os por una legislaci¨®n que persiga estas p¨¢ginas y en la actualidad lidera una petici¨®n en Change.org que cuenta con m¨¢s de 280.000 firmas. ¡°Hemos visto con otras situaciones como no es tan dif¨ªcil cerrar una web¡±, argumenta Amella.
Adem¨¢s de la necesidad de una regulaci¨®n que persiga este tipo de contenidos, desde la ACAB subrayan la importancia de la prevenci¨®n y de otras medidas que promuevan un modelo de belleza saludable en una sociedad, que ha normalizado las conductas de riesgo. ¡°Todo el mundo ve normal que alguien restrinja alimentos con el objetivo de perder peso sin control m¨¦dico¡±, explica Sara Bujalance, directora de la asociaci¨®n. Uno de los principales motivos por los que estas enfermedades, en su opini¨®n, son unas de las m¨¢s "dif¨ªciles de determinar".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.