¡°Entre 15 y 20 hombres en Espa?a est¨¢n pensando en estos momentos en matar a su pareja¡±
El sistema de protecci¨®n a las v¨ªctimas necesita corregir errores como los del caso de Andrea Carballo y erradicar el machismo que minimiza el riesgo cuando la mujer denuncia
Tres hombres han asesinado a sus parejas o exparejas entre el 24 y el 28 de diciembre. A Andrea Carballo, de 20 a?os, su exnovio, de 28, la oblig¨® a subir al coche que despu¨¦s embisti¨® contra una gasolinera el d¨ªa de Nochebuena en Benic¨¤ssim (Castell¨®n). Unas horas despu¨¦s Kenya ?lvarez, de 30, fue degollada y apu?alada en Sant Adri¨¤ del Bes¨°s, en Barcelona. En Azuqueca de Henares el 28 de diciembre Arancha (el apellido a¨²n no se conoce), de 37 a?os, fue acuchillada delante de sus tres hijos. Los nombres de los tres agresores son V¨ªctor Llorens, Carlos S¨¢nchez Torralba y Sergio. No sabemos c¨®mo se llaman ni ellos ni sus v¨ªctimas, pero seg¨²n los c¨¢lculos de Miguel Lorente, forense, exdelegado del Gobierno contra la violencia machista y un referente en la materia, "entre 15 y 20 hombres en Espa?a est¨¢n pensando seriamente en matar a su pareja¡±. El sistema, reclaman los expertos, debe revisar sus fallos y combatir el machismo para evitar que lo logren.
Al menos 48 mujeres han sido asesinadas en 2017 (44 en 2016), y hay cuatro casos en investigaci¨®n. El 20,8% de ellas hab¨ªa denunciado a sus agresores pero solo el 10,4% ten¨ªa medidas de protecci¨®n activas. "Los tres ¨²ltimos casos son de libro", se?ala Marisa Soleto, directora de la Fundaci¨®n Mujeres, que se detiene a se?alar tres factores de riesgo alto sobre todo en el caso de Carballo. Su asesino ten¨ªa antecedentes por violencia de g¨¦nero, hab¨ªa denuncia y se hab¨ªa producido una ruptura, a la que ¨¦l hab¨ªa respondido con amenazas. "Media Espa?a se pregunta por qu¨¦ estaba en libertad, pero tenemos un sistema que dice que su situaci¨®n era de riesgo medio".
Pese a los fallos evidentes, el sistema de protecci¨®n en teor¨ªa funciona. Las medidas que se dictan -orden de alejamiento, prisi¨®n preventiva y pulseras con GPS, por ejemplo- son "coherentes y consecuentes" con el riesgo que determinan las fuerzas y cuerpos de seguridad, seg¨²n Lorente. Soleto duda sin embargo de la eficacia en la pr¨¢ctica de las ¨®rdenes de alejamiento, que dependen de la colaboraci¨®n del agresor, y cree que deber¨ªa dictarse con m¨¢s frecuencia la prisi¨®n preventiva.
Para activar esas medidas de protecci¨®n se examinan los casos, de manera individual, con el sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de G¨¦nero (Sistema VioG¨¦n), que establece el nivel de riesgo. En nueve de cada 10 se considera riego inexistente o bajo y solo un 1% es clasificado como de riesgo alto o extremo. "Normalmente la Polic¨ªa, que no tiene la formaci¨®n suficiente para calificar el riesgo, lo primero que pregunta a la mujer que acude a denunciar es 'Usted qu¨¦ piensa' y con frecuencia ella, que llega vacilante a la comisar¨ªa o el juzgado, minimiza el peligro, le quita importancia", se?ala Consuelo Abril, abogada y jurista del movimiento 7-N contra las violencias machistas. Cuando el riesgo queda catalogado como medio "el juez se desactiva y los califica de forma leve", denuncia Abril, que reclama que las mujeres tengan asesoramiento especializado desde el minuto uno.
Machismo estructural
Lorente coincide con ese diagn¨®stico y le pone nombre a la causa de que se rebaje la gravedad de las agresiones y amenazas en una fase tan cr¨ªtica como la de definici¨®n del riesgo: machismo. "Este tipo de normalizaci¨®n o racionalizaci¨®n de la violencia se construye sobre las referencias que existen en la sociedad, como cuando se dice que son discusiones t¨ªpicas de pareja o se habla de arrebato; ah¨ª est¨¢ el problema". El psic¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Fern¨¢ndez constata que los que trabajan a diario con v¨ªctimas y agresores observan "un retroceso y nuevas resistencias contra los avances del feminismo" que se ven reflejados tambi¨¦n en las instituciones y los organismos que combaten la violencia de g¨¦nero.
Cuando el sistema falla porque se ha minimizado el riesgo, no se han hecho las pruebas necesarias para tener un criterio objetivo o se han hecho pero no han sido lo suficientemente sensibles para detectar la amenaza, los expertos echan de menos una revaluaci¨®n del sistema para mejorarlo y subsanar los errores. Porque estos errores, adem¨¢s de tener un coste humano tan alto como la vida de una mujer, desincentiva a otras a denunciar.
"Lo que se esperar¨ªa es que alg¨²n responsable de VioG¨¦n explique qu¨¦ ha pasado y rinda cuentas, y que se abra una investigaci¨®n", denuncia Soleto. "Cuando pasan casos como el de ?beda -una mujer muri¨® despu¨¦s de pasar horas sola y sin atenci¨®n m¨¦dica en una camilla en urgencias- inmediatamente se abren investigaciones", apunta Lorente, que critica que tras los ¨²ltimos tres casos de asesinatos machistas solo ha habido silencio, "como si nadie hubiera hecho nada mal ni se deban depurar responsabilidades". Las organizaciones de mujeres como la que lidera Soleto creen adem¨¢s que se deber¨ªa indemnizar a las familias de las v¨ªctimas, lo que en su opini¨®n servir¨ªa adem¨¢s para que "el Estado afinase m¨¢s" con la seguridad de las mujeres.
Tambi¨¦n est¨¢ fracasando la protecci¨®n de los hijos de maltratadores, como se?ala Milagro Rodr¨ªguez Mar¨ªn, psic¨®loga y vicepresidenta de la Comisi¨®n para la investigaci¨®n de los malos tratos a mujeres. En 2017 han matado a ocho y han dejado hu¨¦rfanos a 27. "Son ni?os utilizados para hacer da?o a las madres, y los maltratadores nunca deber¨ªan tener su custodia", advierte Rodr¨ªguez.
Los expertos se?alan adem¨¢s la responsabilidad de los medios de comunicaci¨®n para concienciar de una violencia que no sufre ning¨²n otro grupo de poblaci¨®n y que solo considera como uno de los principales problemas del pa¨ªs el 0,2% de los espa?oles, seg¨²n el CIS. La pol¨ªtica tambi¨¦n tiene pendiente, insiste Lorente, responder con la suficiente "urgencia e intensidad" frente a un problema social grave que se delega a los juzgados.
?Existe efecto imitaci¨®n entre maltratadores?
"Puede darse a veces, pero no est¨¢ acreditado ni hay estudios serios sobre el tema", opina Pilar Mart¨ªn N¨¢jera, responsable de la Fiscal¨ªa de violencia sobre la mujer sobre el conocido como?efecto imitaci¨®n. ?ngeles Carmona, directora del Observatorio contra la violencia de g¨¦nero del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), tambi¨¦n se?ala la falta de estudios recientes, pero reconoce que a los juzgados llegan mujeres a denunciar despu¨¦s de que sus maridos les amenacen cuando ven noticias de asesinatos machistas.
"La pr¨®xima eres t¨²", "vas a acabar igual", son algunas de las frases que suelen escuchar estas mujeres cuando sus parejas o exparejas prev¨¦n una separaci¨®n o la posibilidad de una denuncia, explica el psic¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Fern¨¢ndez. "El individuo que mata lo lleva tiempo madurando, es muy premeditado", apunta Milagro Rodr¨ªguez Mar¨ªn, tambi¨¦n psic¨®loga y vicepresidenta de la Comisi¨®n para la Investigaci¨®n de Malos Tratos a Mujeres, que considera que "con ayuda o sin ayuda, lo piensa hacer".
Cuando Miguel Lorente era delegado del Gobierno contra la violencia de G¨¦nero, realiz¨® un informe muy contestado en 2011 junto al catedr¨¢tico de Bioestad¨ªstica Juan de Dios Luna del Castillo que afirmaba que en las 24 horas siguientes a la informaci¨®n sobre un asesinato machista, hay 1,67 m¨¢s posibilidades de que un agresor que ya tiene decidido matar pase a la acci¨®n. Tambi¨¦n 10 d¨ªas despu¨¦s. El estudio, cuya validez cient¨ªfica defiende Lorente, analiz¨® los asesinatos entre 2003 y 2010, concluy¨® que en esos periodos se produc¨ªa una acumulaci¨®n de casos no justificada por el azar". "Son hombres que ya han decidido matar, porque la notica de un asesinato no genera por s¨ª misma violencia", aclara, y a?ade que "a veces s¨ª puede influir en la forma de llevar a cabo el homicidio".
"Tener datos ayudar¨ªa a prever conductas y patrones para que salten las alarmas, pero de momento no tenemos", insiste la fiscal. Carmona recuerda que el Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero obliga a las delegaciones del Gobierno contra la violencia machista a estudiar si existe concentraci¨®n de asesinatos y si existiera, a determinar a qu¨¦ factores responde. Por ahora, las estad¨ªsticas del observatorio que ella dirige recogen m¨¢s asesinatos a cerca del fin de semana y por la tarde noche, m¨¢s que por la ma?ana.
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