Noticias falsas, efectos reales

El 11 de septiembre de 2014, los habitantes de Centerville, en Luisiana (EE?UU) se sobresaltaron al recibir en sus m¨®viles mensajes inform¨¢ndoles de una explosi¨®n en una planta qu¨ªmica cercana. Las redes sociales quedaron r¨¢pidamente inundadas con mensajes de confirmaci¨®n con fotos y v¨ªdeos de YouTube, incluyendo una supuesta reivindicaci¨®n del Estado Isl¨¢mico. El p¨¢nico cundi¨® entre algunos residentes y, ante la alarma, se movilizaron los servicios de emergencia locales. La explosi¨®n, sin embargo, no se hab¨ªa producido. Todo el incidente era un montaje. Un bulo y la acci¨®n automatizada de docenas de cuentas en las redes sociales hab¨ªan generado un impacto real. Investigaciones posteriores situaron el origen de la acci¨®n en territorio ruso.

El 17 de julio de 2014 a las 19:00 horas de Mosc¨², la presentadora del canal ruso LifeNews -¨®rgano de comunicaci¨®n oficioso de la insurgencia rusa en Ucrania- indic¨® que ¡°los rebeldes informan de que han tenido ¨¦xito en derribar otro avi¨®n de transporte militar ucraniano sobre la ciudad de Torez¡± en el territorio de Donetsk. Apenas una hora despu¨¦s -cuando ya qued¨® confirmado que se trataba del vuelo civil MH17 de Malaysia Airlines-, sin dar ninguna explicaci¨®n ni pesta?ear, la misma presentadora indicaba que ¡°los rebeldes afirman que el Boeing ha sido derribado por las fuerzas ucranianas¡±.

A la par, la versi¨®n en espa?ol del canal estatal RT (antes Russia Today) comenz¨® a informar de la supuesta presencia de dos cazas ucranianos tras la estela del MH17 derribado. Pseudoexpertos habituales del canal confirmaban desde Madrid esta versi¨®n de los hechos. RT se apoyaba tambi¨¦n en un presunto controlador a¨¦reo espa?ol trabajando en la torre del aeropuerto de K¨ªev. De nuevo, todo falso. Pero suficiente para generar ruido y confusi¨®n que dificultaran la investigaci¨®n y, sobre todo, el debate sobre el incidente.

En mayo de 2016, dos grupos antag¨®nicos de Facebook convocaron sendas concentraciones de naturaleza opuesta, una bajo el lema ¡°Stop islamizaci¨®n de Texas¡± y la otra ¡°Salvemos el conocimiento isl¨¢mico¡±, el mismo d¨ªa y hora frente a un centro cultural musulm¨¢n en Houston. Varias docenas de personas se sumaron a estas manifestaciones. Pero, lo interesante es que las investigaciones han revelado que ambos grupos est¨¢n, de nuevo, controlados desde territorio ruso. Como indic¨® un senador republicano los ¡°rusos han conseguido enfrentar a unos tejanos con otros por 200 d¨®lares en anuncios en Facebook¡±. Esa red social es ya una fuente de informaci¨®n principal para un 60% de la poblaci¨®n adulta de EEUU.

Actualmente, las redes sociales ofrecen un entorno que puede ser saturado f¨¢cilmente y a bajo coste, con noticias falsas y narrativas insidiosas. Un acceso libre al coraz¨®n de las democracias liberales, cuyo car¨¢cter abierto y plural puede transformarse en una vulnerabilidad estrat¨¦gica. Las noticias falsas, especialmente si se trata de operaciones de desinformaci¨®n estructuradas, plantean pues un serio desaf¨ªo para la salud de nuestros sistemas democr¨¢ticos.

Nicol¨¢s De Pedro es investigador en CIDOB.