A Manolo Varela
Cuando en el tardofranquismo, la sexualidad de las mujeres quedaba reducida al santo matrimonio y a la procreaci¨®n de hijos, cuantos Dios quisiera, un joven ginec¨®logo, cuyo padre fue el impulsor de la investigaci¨®n del radio en nuestro pa¨ªs y sufri¨® las penalidades del exilio, obtiene plaza en un hospital p¨²blico y abre su consulta privada en Madrid.
En la oscuridad de aquella ¨¦poca tuve la suerte de que fuera mi m¨¦dico.
Joven y reprimida, me trat¨®, me aconsej¨®, me recet¨® la p¨ªldora, que estaba penalizada y pod¨ªa costarle hasta pena de c¨¢rcel.
Manolo Varela (Madrid, 1922), que muri¨® el 1 de febrero, fue imprescindible en mi desarrollo como mujer y mucho m¨¢s como madre. Combinaba con sus pacientes respeto, autoridad, confianza y cari?o. Su generosidad no ten¨ªa l¨ªmites. Jam¨¢s me cobr¨® nada. Pero no solo era a m¨ª. No conozco a nadie de mi entorno a los que les pasara factura.
Fue de los primeros ginec¨®logos que aplicaron el parto sin dolor, en sus inicios criticado en algunos ambientes religiosos. Parir con ¨¦l era maravilloso.
Cuando, con la democracia, fue secretario de Estado de Sanidad, y yo, directora general de Juventud y Promoci¨®n Sociocultural, le ped¨ª colaboraci¨®n. Sin dudarlo, y sin cobrar nada, acud¨ªa a mis reuniones sobre planificaci¨®n familiar, y con la mejor pedagog¨ªa explicaba todos los m¨¦todos anticonceptivos. Padre de seis hijos, estaba a la altura de las necesidades de la sociedad y, m¨¢s en concreto, de la libertad de las mujeres. Precursor de muchas cosas, amigo de verdad, amante de su naturaleza gallega, fue el mejor ginec¨®logo que muchas tuvimos la suerte de tener.
Hoy, cuando renace la lucha por la igualdad, tengo, y tenemos, que rendir homenaje a quien, desde lo p¨²blico y lo privado, ayud¨® a tantas mujeres a ser madres y a controlar su natalidad.
Liberal, culto, de duro car¨¢cter, hemos perdido a una gran persona. Sin embargo, sus pacientes nunca le olvidaremos. Adi¨®s, Manolo, hasta siempre. T¨² comenzaste, con nosotras, las primeras luchas por la igualdad. Fuimos libres para quedarnos pre?adas cuando quer¨ªamos. A partir de ah¨ª, todo fue posible. Todo sigue siendo posible.
Carmela Garc¨ªa-Moreno fue diputada entre 1979 y 1989.
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