Una frase de la Guardia Civil permite absolver a un conductor cazado a 228 kil¨®metros por hora

¡°?Sabe usted por qu¨¦ le hemos parado?¡±. Por esa frase pronunciada casi a modo de saludo por un agente de la agrupaci¨®n de Tr¨¢fico de la Guardia Civil, en apariencia inocente ¡ªo m¨¢s bien por el momento en que fue pronunciada¡ª la Audiencia Provincial de Salamanca ha absuelto a Alfredo F. M., el conductor de un Volkswagen Golf que, en junio de 2017, fue cazado por un radar a 228 kil¨®metros por hora en la autov¨ªa A-62 a la altura de Carpio de Azaba.

El tribunal, aunque acepta que el acusado circulaba a esa velocidad excesiva, ha anulado la condena de 1.620 euros de multa y dos a?os de retirada del permiso de conducir que le fue impuesta en un juicio r¨¢pido celebrado en agosto. La principal prueba de cargo contra ¨¦l fueron precisamente las respuestas vagamente autoinculpatorias que dio a esa pregunta de los agentes, que cre¨ªa inocua. El conductor temerario, que no viajaba con su abogado, sino que llevaba al lado a su pareja, fue detenido en la misma autov¨ªa una hora y diez minutos despu¨¦s de que el radar m¨®vil de la Guardia Civil lo detectara, y a 40 kil¨®metros del lugar de la infracci¨®n. Una carrera ciclista que se celebraba en la zona ten¨ªa ocupados a casi todos los efectivos del instituto armado, por lo que no se le pudo parar antes.

En un arc¨¦n de la A-62 a la altura de Mart¨ªn de Yeltes (Salamanca), Alfredo F. M., mayor de edad y sin antecedentes, recibi¨® el alto y escuch¨® la consabida pregunta: ¡°?Sabe usted por qu¨¦ le hemos parado?¡±. Seg¨²n relataron los agentes en el juicio r¨¢pido, el conductor contest¨® entonces que ¡°m¨¢s o menos¡± lo sab¨ªa y que les hab¨ªa visto estacionados en el punto donde ten¨ªan el control. Tambi¨¦n asumi¨® que ¨¦l conduc¨ªa el veh¨ªculo en todo momento e incluso les pregunt¨® por la posible sanci¨®n que su exceso de velocidad ¡ª108 kil¨®metros por hora superior al l¨ªmite¡ª podr¨ªa acarrearle.

Sin embargo, no fue hasta despu¨¦s de esta conversaci¨®n m¨¢s o menos informal cuando los agentes detuvieron a Alfredo F. M. como presunto autor de un delito contra la seguridad del tr¨¢fico y le informaron de sus derechos. Solo entonces el acusado se acogi¨® a su derecho a no declarar ante la Guardia Civil.

Ya en el juicio, en el que estuvo asistido por el letrado Jes¨²s ?ngel Lorenzo Gonz¨¢lez, del despacho madrile?o Aboga2, Alfredo F. M. neg¨® ser el conductor del veh¨ªculo en el momento en que este fue cazado por el radar m¨®vil de la Guardia Civil, y aport¨® una declaraci¨®n firmada por su pareja en la que esta aseguraba que ambos condujeron el Golf tanto en el viaje de ida como en el de vuelta. Seg¨²n el letrado, tras rebasar Carpio de Azaba ¡ªseg¨²n el radar, a 228 kil¨®metros por hora¡ª, los ocupantes del coche se detuvieron a descansar en Ciudad Rodrigo, donde hubo ¡°un cambio de conductor¡±.

El radar capt¨® la descomunal velocidad, pero no el rostro del piloto. Como prueba de qui¨¦n iba al volante al pasar el control de Carpio de Azaba quedaban ¨²nicamente las respuestas de Alfredo F. M. a los guardias que le pararon. Y aunque el primer magistrado les dio validez en el juicio r¨¢pido y sobre ellas conden¨® al conductor, la Audiencia Provincial de Salamanca las anul¨® y lo absolvi¨®.

"Interrogatorio e inquisici¨®n"

El tribunal de apelaci¨®n, apoy¨¢ndose en numerosa doctrina reciente del Supremo, considera que se vulner¨® la presunci¨®n de inocencia del conductor. ¡°Fueron los guardias civiles los que dieron pie al investigado a que respondiese como respondi¨® por medio de la pregunta previa que le hicieron¡± se?alan los magistrados. Seg¨²n la sentencia, los agentes ¡°iniciaron un interrogatorio, una inquisici¨®n, una instrucci¨®n o b¨²squeda de la verdad sobre los hechos (¡­) que la ley obliga a que, ineludiblemente, vaya precedida de la lectura de derechos respecto del investigado¡±. Al no haberse hecho as¨ª, el resultado de dicha investigaci¨®n es nulo, afirma el fallo, del que ha sido ponente Jos¨¦ Antonio Vega, presidente de la Secci¨®n Primera de la Audiencia Provincial de Salamanca.

La anulaci¨®n de esta prueba hace que el tribunal absuelva a Alfredo F. M en virtud del principio ¡°in dubio pro reo¡± [ante la duda, a favor del acusado]. La Audiencia, aunque mantiene su convencimiento de que ¨¦l era el infractor, considera que exigirle que identificara al otro posible conductor equivale a hacerle probar su inocencia para no ser declarado culpable, lo que atenta contra el principio constitucional de presunci¨®n de inocencia. Adem¨¢s, sostiene que los 70 minutos y los 40 kil¨®metros transcurridos entre que lo detecta el radar a velocidad excesiva y es detenido es ¡°tiempo y espacio m¨¢s que suficiente para admitir como posible (¡­) que en el momento de la infracci¨®n el veh¨ªculo pudo haber sido conducido tanto por el investigado, como la persona que le acompa?aba, o incluso por un tercero no identificado¡±.