Joaqu¨ªn Almunia: ¡°La socialdemocracia no puede vivir de lo que est¨¢ escrito en manuales¡±
El exvicepresidente de la Comisi¨®n advierte de que los partidos socialistas no deben tener "miedos o pereza de pensar pol¨ªticas distintas a las del pasado"
Joaqu¨ªn Almunia fue ministro de Trabajo y Administraciones P¨²blicas, secretario general del PSOE y vicepresidente de la Comisi¨®n Europea. Ahora preside el think tank Centre for European Policy Studies y es profesor visitante en varias universidades europeas. Acaba de publicar Ganar el futuro (Taurus).
Pregunta. Durante su mandato de secretario general del PSOE entre 1997 y 2000, partidos socialdem¨®cratas mandaban en la mayor¨ªa de los entonces 15 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea.
Respuesta. A las reuniones a las que iba, hab¨ªa 11 primeros ministros y 2 gobiernos con presencia socialdem¨®crata. Solo Irlanda y nosotros est¨¢bamos en la oposici¨®n.
P. Ahora hay 6 primeros ministros socialdem¨®cratas en 28 pa¨ªses. El italiano est¨¢ en funciones y el resto son Portugal, Suecia, Ruman¨ªa, Malta y Eslovaquia. En el libro no descarta la desaparici¨®n de la socialdemocracia.
R. No descarto la desaparici¨®n de nada. En la historia hay familias pol¨ªticas muy importantes que hoy son irrelevantes. Siempre va a haber en Europa un espacio potente de centroizquierda para los valores de la socialdemocracia actual. Pero no puedo estar seguro de que todos los que representen esos valores en el futuro se consideren socialdem¨®cratas.
P. Liga el debate sobre el futuro de la socialdemocracia a la aparici¨®n "fulgurante" del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron. ?Por qu¨¦?
R. Macron tuvo suerte porque algunos de sus rivales fueron cayendo, hizo una magn¨ªfica campa?a, derrot¨® al fantasma del Frente Nacional y ha sido capaz de aglutinar gente procedente del Partido Socialista franc¨¦s y del centroderecha. Todav¨ªa no sabemos si ese espacio que ha abierto Macron se convertir¨¢ en una familia pol¨ªtica europea con los socialdem¨®cratas, liberales y el Partido Popular europeo.
P. Llama "liberal progresista" a Macron.
R. Se acomoda a lo que representa. Tiene ideas socialdem¨®cratas y elementos del centro derecha. Aunque lo que m¨¢s le distingue es que es europe¨ªsta.
P. Dice en el libro que siempre que la socialdemocracia ha triunfado ha sido gracias a una "profunda voluntad reformista". Hoy no ver¨¢ esa voluntad.
R. Ha deca¨ªdo. La socialdemocracia se ha visto desorientada. Pens¨® que las consecuencias sociales de la crisis le iban a proporcionar un apoyo renovado. En cambio su ca¨ªda se ha acelerado.
P. Y la socialdemocracia no ha reaccionado.
R. Algunas opciones socialdem¨®cratas s¨ª han reaccionado. No digo que sean las m¨¢s pr¨®ximas a mis ideas, pero el laborista Jeremy Corbyn obtuvo un 40% de votos. En Portugal gobierna Antonio Costa y tras un a?o en el poder ha mejorado resultados en las municipales.
P. No son dos ejemplos reformistas.
R. No. De Corbyn a¨²n no se sabe. En Portugal, m¨¢s que reformas, es una gesti¨®n de gobierno que palia las consecuencias de la crisis.
P. Pide a la socialdemocracia un "perfil m¨¢s n¨ªtido". ?Es dif¨ªcil saber qu¨¦ defiende hoy?
R. En muchos casos s¨ª. O cuando hay perfiles nitidos no son cre¨ªbles. O son reproducci¨®n de pol¨ªticas viejas.
P. ?Se ven propuestas de transformaci¨®n socialdem¨®crata?
R. Corbyn propone transformaciones, aunque algunas demasiado radicales. Hay elementos del proyecto de Macron inspirados en su pasado como miembro del Gobierno de un presidente socialista.
P. De Corbyn a Macron hay mucho espacio.
R. ?Es el momento hist¨®rico en que se perciben de forma m¨¢s n¨ªtida y con car¨¢cter generalizado propuestas socialdem¨®cratas? Desgraciadamente no. Eso no significa que de aqu¨ª a unos a?os no estemos en una posici¨®n excelente. Depender¨¢ de quienes hacen pol¨ªtica en activo.
P. Los a?os de oposici¨®n pueden ser largos.
R. Los ciclos son m¨¢s largos o no en funci¨®n de como act¨²a el gobierno y la oposici¨®n, que no est¨¢ atada de pies y manos. La sociedad espa?ola no se ha convertido en una sociedad conservadora o reaccionaria y no ama el populismo.
P. Eso mismo dice el secretario general del PSOE, pero las encuestas no lo reflejan.
R. ?l s¨ª est¨¢ en activo.
P. Advierte que "el PSOE no puede permitirse el lujo del adanismo".
R. Me refiero al PSOE pero puedo hablar de cualquier otro. Est¨¢n cambiando tantas cosas que pensar que uno puede partir de cero sin mirar las experiencias del pasado, sus aciertos y errores, y ofrecer soluciones m¨¢gicas, pertenece al mundo de la ilusi¨®n, no de la pol¨ªtica.
P. Las siglas ya no son una garant¨ªa.
R. Las siglas nunca son el objetivo. Por muy acreditadas que est¨¦n, por mucha tradici¨®n que tengan y por mucho que las queramos, no dejan de ser un instrumento. Nunca puedes poner el instrumento por encima de los objetivos.
P. Ni siquiera son un colch¨®n de votos.
R. No. No hay techo ni suelo.
P. ?En qu¨¦ ¨¢mbitos pueden ofrecerse propuestas cre¨ªbles?
R. En el ¨¢rea de ingresos p¨²blicos hay mucho que hacer. Hay que hacer propuestas para paliar las consecuencias de la globalizaci¨®n sin negar sus beneficios. Hay que mejorar la eficacia redistributiva del Estado del bienestar. Hay que mejorar la educaci¨®n, la estrategia de lucha contra el cambio clim¨¢tico. Hay que mejorar la seguridad a los ciudadanos, no solo por la amenaza terrorista, sino porque 1 de cada 4 europeos est¨¢ en riesgo de exclusi¨®n social. Es una lista muy larga.
P. Para que sean cre¨ªbles, ?deben librarse de "tab¨²s ideol¨®gicos fruto de la inercia del pasado"?
R. En muchas de las propuestas socialdem¨®cratas hay un exceso de conservadurismo. Se fijan m¨¢s en proteger lo que se hab¨ªa conseguido en el pasado, pero un proyecto pol¨ªtico no puede mirar solo en sentido defensivo. Un proyecto progresista necesita un proyecto de futuro mejor que el presente. Si la izquierda socialdem¨®crata renuncia a pensar el futuro, se convierte en una fuerza m¨¢s bien conservadora.
P. ?Es dif¨ªcil por tanto pensar que los partidos socialistas actuales hagan propuestas socialdem¨®cratas?
R. No. Hay posibilidades.
P. Pero no hay ejemplos.
R. En la medida que no haya ejemplos, hay que ponerse a pensarlos y escribirlos. No hay que vivir solo de que lo est¨¢ ya escrito en los manuales.
P. Hay asuntos en los que la socialdemocracia se atreve poco: comercio exterior, crecimiento, globalizaci¨®n.
R. La pol¨¦mica sobre el comercio exterior me parece de muy poco recorrido. Est¨¢ m¨¢s que demostrado que la apertura econ¨®mica y la eliminaci¨®n de barreras benefician a los pa¨ªses.
P. ?Por qu¨¦ los partidos socialdem¨®cratas actuales votan en contra de acuerdos de libre comercio?
R. Algunos. No todos. Porque se han dejado llevar por una cierta demagogia o miedos irracionales que vienen del populismo o posiciones conservadoras.
P. ?Puede decirse que esos partidos tienen un viejo n¨²cleo de intereses corporativos?
R. A veces ni intereses corporativos, solo miedos o la pereza de pensar pol¨ªticas distintas a las del pasado.
P. Llama al impuesto a las transacciones financieras una iniciativa "taumat¨²rgica".
R. Algunos la llaman as¨ª. Si se pudiera establecer una aut¨¦ntica tasa sobre las transacciones me parecer¨ªa muy bien, pero lo veo tan d¨ªficil y la experiencia nos indica que es tan complicado y que habiendo v¨ªas mucho menos dif¨ªciles para introducir justicia en el sistema tributario, me parece que es una cierta p¨¦rdida de tiempo. Ni la hemos visto ahora ni la vamos a ver en los a?os que nos alcance la vista.
P. ?Qu¨¦ v¨ªas menos dif¨ªciles hay?
R. Eliminar una serie de deducciones y desgravaciones en la base imponible del impuesto de sociedades.
P. ?Por qu¨¦ no se propone?
R. Porque hay intereses corporativos importantes detr¨¢s y no hay un debate suficientemente transparente sobre sus beneficios reales. El caso Apple es una investigaci¨®n que empez¨® cuando yo era comisario y ha terminado ahora: el resultado es que Apple se ahorr¨® 16.000 millones en impuestos entre 2001 y 2016. En vez de pagar el tipo de sociedades normal en Irlanda del 12,5%, que es baj¨ªsimo, pagaba el 0,005% sobre sus beneficios obtenidos por toda Europa.
P. No suena mal para llevarlo a unas elecciones.
R. Quien explique esto con credibilidad en unas elecciones, arrasa. No conozco una mayor¨ªa de ciudadanos en ning¨²n pa¨ªs que est¨¦n de acuerdo en que las grandes empresas paguen menos impuestos que la tienda de la esquina.
P. El electorado de la socialdemocracia era una suma de clase obrera con media y sectores ilustrados. Ya no es una alianza que se sostenga.
R. Al principio la socialdemocracia era clase obrera. Despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, se generaliz¨® un contrato social que aglutinaba clases trabajadores, clases medias, sectores ilustrados. Eso le permiti¨® ganar peso. Ahora eso se rompe. Primero, porque la sociedad es distinta. Somos sociedades de clases medias con una parte en riesgo de pobreza. Esos sectores deben ser prioritarios para garantizar su inclusi¨®n. Pero con eso no basta. La socialdemocracia tiene que aspirar a integrar sectores mayoritarios detr¨¢s de un proyecto pol¨ªtico. No se pueden repetir recetas. Entre otras cosas, porque muchos de los ¨¦xitos forman parte de la vida cotidiana y los comparten otras fuerzas pol¨ªticas.
P. Dice que la l¨ªnea entre izquierda y derecha ha cambiado.
R. S¨ª, hay muchas cosas que ya no son discutidas y otros desaf¨ªos que merecen respuestas nuevas.
P. ?La socialdemocracia no se da cuenta de que ha ganado en la segunda mitad del siglo XX?
R. Se da cuenta, pero a veces los socialdem¨®cratas tienden a dejarse llevar por posiciones conservadoras. Entonces aparecen ante una parte de la sociedad m¨¢s moderna, m¨¢s joven, como una fuerza conservadora. Es una contradicci¨®n. Si quieres ser una fuerza progresista no puedes ser alguien que transmita conservadurismo por los poros.
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