La batalla por el relato de los a?os de plomo
El Centro Memorial de V¨ªctimas, alarmado por las ¡°tergiversaciones hist¨®ricas¡± del abertzalismo sobre ETA
Un reciente informe del Euskobar¨®metro, encargado por el Centro Memorial de V¨ªctimas del Terrorismo, se?alaba que un 43% de los vascos encuestados se decanta por abordar la memoria del terrorismo frente al 44% que opta por pasar p¨¢gina. Adem¨¢s, el informe ofrec¨ªa una visi¨®n peculiar sobre los protagonistas del final de ETA al situar la evoluci¨®n interna de la banda terrorista (6,1) por delante de los movimientos c¨ªvicos de resistencia (5,6) y muy por encima de la Ertzaintza (4,9) y de las Fuerzas de Seguridad del Estado (4,7). Este informe llev¨® a concluir a los historiadores vinculados al Centro Memorial de V¨ªctimas del Terrorismo que el nacionalismo radical est¨¢ muy bien situado en la batalla por el relato que se acrecentar¨¢ tras la pr¨®xima disoluci¨®n de ETA.
Calado del relato de ETA. Gaizka Fern¨¢ndez Soldevilla, historiador y responsable de investigaci¨®n del Centro Memorial , admite su preocupaci¨®n: "El olvido es un escarnio a las v¨ªctimas y una oportunidad para la propaganda ultranacionalista que pretende legitimar los cr¨ªmenes de la banda". Cree que la penetraci¨®n del relato de la izquierda abertzale en la sociedad vasca sobre el pasado terrorista ha logrado cierto calado: "Seg¨²n los publicistas de la izquierda abertzale, la de ETA fue una respuesta armada al Estado espa?ol que proced¨ªa de las guerras carlistas. Los etarras habr¨ªan actuado en leg¨ªtima defensa. La responsabilidad ¨²ltima ser¨ªa la de la violencia originaria, la de la invasi¨®n espa?ola. Los terroristas son identificados como el postrer eslab¨®n de una larga saga de resistentes vascos frente al ocupante extranjero. Cualquier tergiversaci¨®n de la historia es peligrosa. Pero esta es especialmente grave porque trata de justificar en parte los cr¨ªmenes de ETA".
Industria de la memoria. El historiador vasco precisa que el calado del discurso del nacionalismo radical se explica porque "ha promovido su propia industria de la memoria", gracias a un entramado de asociaciones afines, entre las que sobresale Euskal Memoria Fundazioa, creada en 2009 por I?aki Ega?a, Periko Solabarria (fallecido), Itziar Aizpurua, Floren Aoiz, Jos¨¦ Mari Esparza, director de la editorial Txalaparta, o Jos¨¦ Manuel Pagoaga, Peixoto.
La p¨¢gina web de la fundaci¨®n reconoce que "la memoria hist¨®rica de Euskal Herria no se inscribe en el plano de la discusi¨®n entre eruditos. Es el mecanismo m¨¢s eficaz para preservar que el testigo de la verdad y de la resistencia pase a las siguientes generaciones". Entre los fabricantes del relato nacionalista radical predominan propagandistas como Paul Asensio, Iker Casanova, Giovanni Giacopucci, Eduardo Renobales, adem¨¢s de I?aki Ega?a. Cuentan con muy pocos historiadores.
Pero, seg¨²n Fern¨¢ndez Soldevilla, "a pesar de su escasa calidad y su prop¨®sito pol¨ªtico, la propaganda ultranacionalista tiene una notable difusi¨®n por su eficiente industria cultural respaldada por asociaciones de la memoria, medios de comunicaci¨®n, editoriales, revistas, una red de librer¨ªas afines, audiovisuales, control de parte del sistema educativo, presencia en bibliotecas p¨²blicas superior a la de los libros acad¨¦micos, redacci¨®n de informes espec¨ªficos para ayuntamientos, etc." .
El relato en las redes sociales
El historiador vasco destaca c¨®mo el nacionalismo radical "sabe utilizar muy bien las redes sociales ¡ªEgiari zor es una de sus webs favoritas¡ª c¨®mo en el pasado lo supo hacer con los carteles propagand¨ªsticos" y "penetra, incluso, m¨¢s all¨¢ del Pa¨ªs Vasco, sobre todo en Catalu?a, d¨®nde cuenta con importante colaboraci¨®n en el independentismo".
La narrativa del conflicto vasco. Seg¨²n Fern¨¢ndez Soldevilla, la narrativa del conflicto vasco cumple una funci¨®n fundamental para la izquierda abertzale. "Aferrarse a la imagen de una guerra provocada por una agresi¨®n for¨¢nea, Espa?a, sirve para aglutinar el movimiento, mantener la fidelidad electoral, deslegitimar la Transici¨®n y la actual democracia, ahuyentar el fantasma de una ETA derrotada policial y jur¨ªdicamente y equiparar el Pa¨ªs Vasco con Sud¨¢frica o Irlanda del Norte (d¨®nde si hubo un enfrentamiento entre dos comunidades). El recurso al conflicto dota de un sentido trascendental a todo lo que hicieron los etarras y quienes les aplaudieron. Vale para legitimar aquello que, de otro modo, ser¨ªan simples cr¨ªmenes. Si dejamos libre el campo a la literatura panfletaria nada impedir¨ªa que en el futuro una nueva generaci¨®n de vascos se sintiera tentada por la opci¨®n armada. En Alemania lo tuvieron claro en la postguerra", se?ala el historiador vasco.
La lucha por las cifras. Fern¨¢ndez Soldevilla precisa "algunas manipulaciones de la memoria desde ese entramado". As¨ª, en julio de 2010, en el primer n¨²mero de su revista, Euskal Memoria anunciaba la disposici¨®n de "una base de datos documentada con la que contrarrestar las mentiras del Estado". En dicha publicaci¨®n fijaba en 465 los "vascos muertos por los estados espa?ol y franc¨¦s" desde la aparici¨®n de ETA en 1959. Fern¨¢ndez Soldevilla denuncia: "Incluye activistas de muchas organizaciones, desde las juventudes del PNV a Iraultza; a terroristas que les estall¨® sus propias bombas, que se suicidaron, muertos en la c¨¢rcel, en el "exilio", por enfermedades naturales, en accidentes de tr¨¢fico, en enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad; casos ocurridos fuera de Espa?a como un muerto por una mina en Nicaragua; un misionero asesinado por paramilitares en Colombia, un manifestante en Roma y dos cooperantes de la guerrilla en El Salvador, adem¨¢s de criminales comunes y un hincha de f¨²tbol".
La pretensi¨®n de esta base de datos falsa es que sirva de contrapeso a las listas de v¨ªctimas del terrorismo de ETA que superan las 800 personas asesinadas, se?ala el historiador vasco.
Caso Batarrita. Otro caso de tergiversaci¨®n clave de la historia es el caso Batarrita, seg¨²n narra Fern¨¢ndez Soldevilla. El 27 de marzo de 1961, el empresario Javier Batarrita muri¨® por disparos de la Guardia Civil en un control en Bolueta. La historiograf¨ªa de la izquierda abertzale, lo considera "la primera v¨ªctima del conflicto vasco m¨¢s reciente" pues su muerte "no fue un accidente sino una ejecuci¨®n extrajudicial, planeada por la polic¨ªa, para matar a tres l¨ªderes de ETA, entre ellos Julen Madariaga". Las pruebas ser¨ªan los 49 balazos que recibi¨® el veh¨ªculo y el que Madariaga y Batarrita tuvieran un autom¨®vil similar. Lo que habr¨ªa propiciado la confusi¨®n del objetivo.
Fern¨¢ndez Soldevilla, que ha investigado el caso , niega la versi¨®n abertzale. "La muerte de Batarrita fue una tragedia iniciada el 26 de marzo cuando un empresario arruinado present¨® una denuncia falsa para lograr un certificado de buena conducta. Dijo haber o¨ªdo una conversaci¨®n entre terroristas. Al d¨ªa siguiente un guarda jurado vio a Batarrita en un lugar cercano al se?alado por el falso testigo por lo que la polic¨ªa le tom¨® por sospechoso e improvis¨® un chapucero control en Bolueta para comprobarlo. Pero, al detener el coche, uno de los agentes dispar¨®. Sus compa?eros creyendo responder al ataque se unieron al tiroteo. Batarrita recibi¨® seis balazos. Ni en la causa judicial ni en el resto de fuentes coet¨¢neas, incluidas las nacionalistas, se menciona a ETA pues los terroristas s¨®lo estaban en la imaginaci¨®n del contratista desesperado. Los guardias que dispararon a Batarrita no confundieron su veh¨ªculo con el de Madariaga. La dictadura no estaba a¨²n interesada por ETA sino por el PC. Batarrita fue v¨ªctima del franquismo. Ahora, adem¨¢s, lo es de una mentira, al presentar su muerte como un antecedente de la guerra sucia contra ETA".
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