El Supremo reprocha la actuaci¨®n ¡°carente de rigor¡± del tribunal alem¨¢n que decide sobre Puigdemont
La Sala Penal sostiene que si lo ocurrido en el 'proc¨¦s' pasara en un 'land' de Alemania no habr¨ªa una sentencia "simb¨®lica"
La Sala Penal del Supremo considera que el tribunal alem¨¢n que ha descartado por ahora entregar a Carles Puigdemont por el delito de rebeli¨®n ha basado su decisi¨®n en argumentos ¡°carentes de rigor¡±. En un auto dictado ayer para rechazar que Jordi S¨¤nchez pueda salir de prisi¨®n para ir al pleno de investidura, el alto tribunal aprovecha para rebatir a la Audiencia de Schleswig-Holstein tanto por el contenido de su resoluci¨®n (cree que s¨ª hubo violencia suficiente para doblegar la voluntad del Estado) como por las formas (si hubiera ¡°examinado reposadamente¡± el caso ¡°el resultado habr¨ªa sido muy distinto¡±, dice).
La decisi¨®n de la Audiencia de Schleswig-Holstein (norte de Alemania) de dejar en libertad a Puigdemont tras descartar el delito de rebeli¨®n no es recurrible, por lo que el Supremo no ha podido rebatir oficialmente a los tres jueces que dictaron esa resoluci¨®n. Pero la Sala Penal ha aprovechado un auto en el que ratifica la decisi¨®n del juez Pablo Llarena de vetar la presencia de S¨¤nchez en el Parlament para poner en evidencia el dictamen del tribunal alem¨¢n.
?Los tres magistrados que componen la Sala de Apelaci¨®n (Miguel Colmenero, Francisco Monterde y Alberto Jorge Barreiro, que act¨²a como ponente) consideran que los argumentos de los jueces alemanes son ¡°zigzagueantes¡± y ¡°carentes de rigor¡± y le reprochan haber tomado una decisi¨®n apresurada sin estudiarse bien la causa. ¡°Es muy plausible que si el tribunal hubiera operado con un material probatorio adecuado y hubiera examinado reposadamente el conjunto de las actuaciones procesales, el resultado habr¨ªa sido muy distinto¡±, advierte el Supremo. Los magistrados espa?oles critican no solo los argumentos y la decisi¨®n de la Audiencia de Schleswig-Holstein, sino tambi¨¦n su interpretaci¨®n de cu¨¢l debe ser ¡°el contenido, el alcance y el ¨¢mbito de interpretaci¨®n¡± de una euroorden.
Los jueces recuerdan que cabe la sedici¨®n
Aunque la Sala Penal del Tribunal Supremo defiende que hay indicios de que los l¨ªderes del proc¨¦s cometieron un delito de rebeli¨®n, el alto tribunal recuerda en su auto de ayer que en la presentaci¨®n de la querella la fiscal¨ªa ya dej¨® abierta la puerta a que los hechos fueran considerados sedici¨®n, ¡°en el supuesto de que no se constatara suficientemente el elemento de la violencia¡±, necesario para el delito de rebeli¨®n, una posibilidad que sigue vigente. Con esta afirmaci¨®n, los magistrados ponen sobre la mesa una posibilidad que se plantea el Supremo si Alemania descarta definitivamente la rebeli¨®n: pedir la entrega de Carles Puigdemont por otros delitos como sedici¨®n, organizaci¨®n criminal y desobediencia.
El alto tribunal no est¨¢ de acuerdo con ninguna de las razones alegadas por los jueces alemanes para descartar el delito de rebeli¨®n. Respecto a anteriores autos del Supremo en los que se ha explicado el uso de la violencia, resulta novedosa la interpretaci¨®n que hace la Sala para refutar la tesis principal de Alemania: que para que exista delito de alta traici¨®n al Estado (el equivalente alem¨¢n a la rebeli¨®n del C¨®digo Penal espa?ol) es exigible que la violencia ejercida tenga intensidad suficiente para doblegar la voluntad del Estado y, seg¨²n los magistrados alemanes, eso no ha ocurrido en Catalu?a.
Los jueces espa?oles consideran, sin embargo, que el proc¨¦s s¨ª consigui¨® ¡°doblegar¡± la voluntad del Gobierno de evitar la consulta independentista del 1 de octubre. ¡°Lo cierto es que los 6.000 agentes que se utilizaron para impedir que el refer¨¦ndum se celebrara resultaron ostensiblemente superados por los dos millones de votantes. Tanto es as¨ª, que el refer¨¦ndum acab¨® celebr¨¢ndose¡±, afirma la Sala, que advierte que para frenar a los ciudadanos ¡°a los que se hab¨ªa convencido torticeramente de su derecho leg¨ªtimo a votar¡± se precisar¨ªa un n¨²mero muy superior de agentes. ¡°Lo que sucede es que si hubieran intervenido un n¨²mero bastante mayor de polic¨ªas es muy probable que todo acabara en una masacre y entonces s¨ª ser¨ªa muy factible que el resultado de la euroorden fuera muy distinto¡±, sostiene el alto tribunal, que considera ¡°incre¨ªble¡± que, con dos millones de personas en la calle intentando votar, los incidentes se saldaran solo con heridos leves.
El Supremo cuestiona tambi¨¦n que el tribunal alem¨¢n ponga como precedente jur¨ªdico en el caso de Puigdemont los incidentes ocurridos en 1981 durante unas protestas contra la ampliaci¨®n del aeropuerto de Fr¨¢ncfort. Para los jueces espa?oles, esta comparaci¨®n ¡°no es razonable¡±. ¡°En nuestro caso no se trataba de ampliar o no una de las pistas del aeropuerto de El Prat de Llobregat y que ello genere la protesta de miles de manifestantes para impedirlo. Lo que aqu¨ª realmente suced¨ªa era que despu¨¦s de m¨¢s de dos a?os dedicados a laminar el ordenamiento jur¨ªdico estatal y auton¨®mico se culminaba el proceso secesionista dentro de un pa¨ªs de la Uni¨®n Europea, con una democracia asentada, poniendo las masas en la calle para que votaran en un refer¨¦ndum inconstitucional¡±, agrega el auto.
El ejemplo del ¡®land¡¯
Entre lo ocurrido en Fr¨¢ncfort y el proc¨¦s hay, adem¨¢s, otra diferencia sobre la que el Supremo cree que no se puede pasar de largo: en el caso catal¨¢n, las personas que llevaron la iniciativa no eran ¡°una muchedumbre de personas¡±, sino los m¨¢ximos responsables de una comunidad aut¨®noma, por lo que contaban con los medios jur¨ªdicos que les hab¨ªan proporcionado la Constituci¨®n y el Estatuto y los utilizaron con fines ileg¨ªtimos. ¡°En un contexto de esa ¨ªndole, es claro que la violencia f¨ªsica pasaba a un segundo lugar, pues s¨®lo era preciso utilizarla en alg¨²n cruce o tr¨¢nsito puntual de la l¨ªnea de ruta que se hab¨ªan marcado¡±, afirma el tribunal, que reprocha a los jueces alemanes que apenas hayan dedicado unas l¨ªneas a analizar c¨®mo actuar¨ªa la justicia en su pa¨ªs si un land quisiera separarse del Estado.
¡°Muy probablemente en el caso de que se siguieran en su an¨¢lisis argumental las reglas propias del discurso de la racionalidad comunicativa, su desenlace acabar¨ªa en la concesi¨®n de la euroorden¡±, dice el auto. El Supremo no tiene dudas de que si lo que ha ocurrido en Espa?a ocurriera en un land, no se saldar¨ªa jur¨ªdicamente ¡°con una sentencia condenatoria meramente simb¨®lica¡±.
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