Los micros ocultos que delataron a Sito Mi?anco
La polic¨ªa ocult¨® sistemas de escucha en coches, viviendas e, incluso, una porter¨ªa de f¨²tbol para burlar las extremas medidas de seguridad que tomaba el narco
¡°Si la polic¨ªa lo tiene, estamos jodidos, Quique. Si la polic¨ªa te aborda en medio del Atl¨¢ntico, eso es que saben que va¡±. Era el pasado 5 de octubre cuando Jos¨¦ Ram¨®n Prado Bugallo, Sito Mi?anco, el m¨¢s c¨¦lebre narcotraficante gallego, se sinceraba con su socio, el colombiano Luis Enrique Garc¨ªa Arango. Ambos viajaban en el coche Saab 93 con el que Mi?anco se mov¨ªa por Espa?a cuando les comunicaron que la Polic¨ªa Nacional hab¨ªa interceptado en medio del oc¨¦ano un remolcador con 3.800 kilos de coca¨ªna que presuntamente ten¨ªa como destino su organizaci¨®n. Meticuloso hasta el extremo para blindar sus conversaciones, lo que no sab¨ªa es que hab¨ªan colocado un micr¨®fono dentro de su veh¨ªculo.
No fue el ¨²nico. Seg¨²n revela el sumario de la Operaci¨®n Mito, que permiti¨® su arresto y el de cerca de 40 presuntos integrantes de su red en febrero, la polic¨ªa emple¨® sofisticados sistemas de grabaci¨®n para burlar las medidas de seguridad que utilizaba el narco ahora popularizado en la serie televisiva Fari?a. Adem¨¢s de en el veh¨ªculo en el que se mov¨ªa habitualmente, los agentes ocultaron micr¨®fonos en otros dos autom¨®viles, en los salones y las cocinas de tres viviendas donde celebraba reuniones e, incluso, en la porter¨ªa de un campo de f¨²tbol abandonado en Vilanova de Arousa (Pontevedra) donde integrantes de la banda manten¨ªan discretos encuentros. La calidad de las grabaciones era tal que en una se oye el ruido de las m¨¢quinas de contar dinero y c¨®mo introduc¨ªan los fajos en cajas met¨¢licas para ocultarlos en escondrijos de coches, seg¨²n se recoge en un informe policial.
La investigaci¨®n contra Mi?anco se inici¨® el 12 de noviembre de 2015 de un modo casual. Aquel d¨ªa, el narco fue identificado por la Polic¨ªa Local de Marbella cuando viajaba en un veh¨ªculo con matr¨ªcula de Bulgaria junto a un ciudadano de este pa¨ªs Lyudmil V. L. Este era un viejo conocido de la polic¨ªa con antecedentes desde 1996 y que hab¨ªa llegado a estar bajo vigilancia en dos investigaciones por sendos alijos de coca¨ªna. A finales de 2015, Mi?anco cumpl¨ªa una condena por narcotr¨¢fico en r¨¦gimen abierto en el Centro de Inserci¨®n Social (CIS) de Algeciras, lo que le permit¨ªa salir todos los d¨ªas de prisi¨®n supuestamente para trabajar. Aquel primer avistamiento permiti¨® a la polic¨ªa localizar una nave industrial de Colmenar Viejo que las pesquisas identificaron como el centro de operaciones de la organizaci¨®n.
Tambi¨¦n observaron que Mi?anco y los suyos adoptaban fuertes medidas de seguridad. La polic¨ªa recoge en sus informes c¨®mo tuvieron que abandonar muchos de los seguimientos por culpa de las maniobras evasivas de los narcos al volante. No era la ¨²nica medida. La red celebraba sus reuniones en lugares p¨²blicos, como cafeter¨ªas y gasolineras, a los que se desplazaban tras dejar los m¨®viles en casa para evitar ser seguidos. Los contactos se limitaban a unas pocas llamadas y sms, casi siempre encriptados.
Una reuni¨®n celebrada por Mi?anco con varios de sus lugartenientes el 26 de agosto de 2017 en una cafeter¨ªa de Puerto Ban¨²s (Marbella) permiti¨® a los agentes descubrir que el narco gallego manejaba tres m¨®viles encriptados y que en todos ellos utilizaba un servidor de mensajer¨ªa encriptada de una empresa holandesa especializada.?El narco gallego lleg¨® a gastar 700.000 euros para traer en septiembre de 2017 desde Holanda a dos t¨¦cnicos que instalaron en los barcos con los que presuntamente iba a utilizar para introducir coca¨ªna a trav¨¦s de la costa gallega un sistema de telecomunicaciones v¨ªa sat¨¦lite que cifraba los mensajes. Incluso coloc¨® para facilitar la comunicaci¨®n de las embarcaciones con los hombres en tierra antenas en seis montes de Galicia cercanos a la zona donde supuestamente iban a hacer el desembarco de la droga.
En otras ocasiones, los presuntos cabecillas de la organizaci¨®n utilizaban sistemas menos sofisticados. En enero de ese a?o, el colombiano Garc¨ªa Arango, considerado el hombre de confianza del narco, aprovech¨® una parada en una gasolinera de Benalm¨¢dena (M¨¢laga) para, bajo la excusa de tener estropeado su tel¨¦fono y necesitar hacer una llamada a un taller para que le enviara una gr¨²a, pedir a la empleada del establecimiento que le dejara usar su m¨®vil. Los agentes recogen en su informe que supuestamente lo utiliz¨® para concretar un encuentro con otros integrantes de la organizaci¨®n sin ser detectado.
Esta dificultad llev¨® a la polic¨ªa a solicitar a la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela autorizaci¨®n para instalar los micr¨®fonos que fueron, finalmente, los que aportaron m¨¢s informaci¨®n a los investigadores. Y ello a pesar de que los agentes oyeron c¨®mo Prado Bugallo ordenaba a sus hombres que rastrearan los coches que usaban en busca de balizas de seguimiento e instalar en ellos inhibidores para dificultar posibles escuchas policiales. No lo consigui¨®. En una conversaci¨®n intervenida el 5 de octubre de 2017 -el mismo d¨ªa en el que se produjo con la que se inicia el texto tras la p¨¦rdida del alijo de 3.800 kilos de coca¨ªna-, Mi?anco se quejaba de la actitud de uno de sus hombres tras aquella actuaci¨®n policial: "En los momentos dif¨ªciles, todos tenemos miedo, todos, pero en los momentos dif¨ªciles hay a quien el miedo lo traba y no es capaz de moverse y hay quien ah¨ª le echa cojones, ese nervio. Y este chaval no lo tiene".
"El hombre m¨¢s poderoso de Europa"
Los pinchazos telef¨®nicos y las conversaciones intervenidas por la Polic¨ªa a los hombres de Prado Bugallo revelan la mezcla de temor y admiraci¨®n que le ten¨ªan. Manuel P. H., uno de los se?alados por las pesquisas como responsables de mover grandes cantidades de dinero en met¨¢lico oculto en veh¨ªculos, aseguraba solo quince d¨ªas antes de la detenci¨®n del narco que este "manda en la polic¨ªa" y que es "el hombre m¨¢s poderoso que hay ahora mismo en toda Europa, el que m¨¢s". Su interlocutor le da la raz¨®n y asegura que cuando le mir¨® a los ojos "vi el poder¨ªo que ten¨ªa ese hombre. Manda en todos los lados".
En otra conversaci¨®n intervenida, su supuesto socio, el colombiano Garc¨ªa Arango, destaca el "car¨¢cter impulsivo" de Mi?anco para justificar que le ocultase que durante un encuentro con un narco de su pa¨ªs por la p¨¦rdida en Holanda de un alijo de 616 kilos de coca¨ªna?este hab¨ªa amenazado con iniciar una "guerra" y matar al traficante gallego, supuestamente implicado en la negociaci¨®n del precio de la mercanc¨ªa y de la financiaci¨®n de parte. Mi?anco y su banda tuvieron que aportar documentaci¨®n a la organizaci¨®n colombiana para demostrar que no quer¨ªan enga?arles.
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