Tres bomberos y un destino: un juicio en Lesbos por ¡°tr¨¢fico de personas¡±
Comienza el proceso contra los profesionales espa?oles que ayudaron al rescate de centenares de sirios en el Egeo
Todo lo cambi¨® Aylan Kurdi. Un ni?o de tres a?os, que hab¨ªa huido de la ciudad siria de Kobane con sus padres y su hermano mayor con el objetivo de llegar a Canad¨¢. Su peque?o cuerpo, con una camiseta de manga corta roja, un pantal¨®n corto y con los zapatos puestos, mecido por las olas, fue encontrado en una orilla de una playa de la Isla de Kos el 2 de septiembre de 2015. Esa imagen, que cort¨® la respiraci¨®n de medio mundo e hizo girar la cabeza a otro medio, estableci¨® de un golpe la magnitud de la tragedia: la mayor crisis de refugiados vivida en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Y activ¨® el resorte que les faltaba a los bomberos sevillanos Manuel Blanco (47 a?os), Quique Rodr¨ªguez (32) y Julio Latorre (34) para tirarse al agua a salvar a toda esa gente que hu¨ªa de la guerra de Siria.
¡°Sali¨® esa imagen en la tele, mir¨¦ al sof¨¢ y vi a mi hijo de cuatro a?os: qu¨¦ desesperaci¨®n tendr¨ªan esos padres, nadie les ayud¨®, pens¨¦¡±, recuerda Blanco. Ese es el germen de la asociaci¨®n Proem-Aid (Professional Emergency Aid), fundada en noviembre de ese mismo a?o, poco despu¨¦s de que se conociera la terrible historia que hab¨ªa detr¨¢s de aquella imagen imborrable: de la familia Kurdi solo sobrevivi¨® el padre, Abdullah. Y la historia griega de esos tres bomberos continua este lunes, cuando est¨¢ previsto que se sienten en un banquillo de un juzgado de la isla de Lesbos acusados de un delito de ¡°tr¨¢fico de personas en grado de tentativa¡± penado con hasta 10 a?os de c¨¢rcel.
¡°Una acusaci¨®n muy vaga e imprecisa¡± a juicio de su abogado, Haris Petsikos. "Parece un escarmiento para criminalizar la ayuda a los inmigrantes, o iban a por los daneses y se toparon con nosotros en el medio", coinciden los acusados.
La noche del 14 de enero de 2016, el equipo, formado en ese momento por los tres bomberos (hac¨ªan relevos cada 15 d¨ªas), se subi¨® en un barco dan¨¦s para prestar ayuda a una embarcaci¨®n que supuestamente zozobraba a unas millas de la costa. No encontraron el barco de los inmigrantes pero, al regresar, fueron detenidos por los guardacostas griegos y acusados de tratar de introducir personas ilegalmente en su pa¨ªs. ¡°Nos detuvieron los mismos guardacostas que nos llamaban antes y nos llamaron despu¨¦s para prestarles ayuda en el rescate¡±, se?ala Rodr¨ªguez. Aquel era solo el tercer turno de hasta 33 relevos (15 meses de trabajos) en los que participaron bomberos de toda Espa?a coordinados desde esa ONG Sevilla de nueva generaci¨®n. Es decir, los rescates se siguieron realizando despu¨¦s de esa acusaci¨®n. Y lo m¨¢s parad¨®jico del asunto: se hizo siempre en colaboraci¨®n y con el benepl¨¢cito de las autoridades griegas, que hasta les asignaron una zona para trabajar; y en perfecta coordinaci¨®n con el consulado espa?ol, como muestran los correos electr¨®nicos y los mensajes telef¨®nicos intercambiados con ellos que ense?a Blanco.
Una ayuda profesional
Entrenados en el rescate a nado en la Costa da Morte gallega y sometidos a las bajas temperaturas de las heladas aguas de la Sierra de Gredos para habituar sus cuerpos a condiciones extremas, quisieron establecer como el distintivo de su ayuda ¡°la profesionalidad¡± de sus actuaciones, de ah¨ª el nombre de su organizaci¨®n, que subsiste desde su nacimiento a base de donaciones: ¡°Nosotros ponemos nuestro saber hacer y nuestro tiempo libre, si la gente dona dinero nosotros actuamos, eso es todo, no tenemos ni sede ¡ªla sede social es la casa de uno de nosotros¡ª ni tel¨¦fono (son los nuestros) ni nada, solo una p¨¢gina web ¡±, explica Blanco, erigido en una especie de portavoz de un grupo.
Con sus protocolos de actuaci¨®n, sus equipos homologados de rescate acu¨¢tico, y ¡ªeso s¨ª¡ª una embarcaci¨®n ¡°mejorable¡± cedida por Protecci¨®n Civil, ¡°los bomberos espa?oles¡± se hicieron famosos en toda la isla de Lesbos al poco de llegar. Eran reclamados por los guardacostas griegos cuando las cosas se pon¨ªan feas en el agua, ¡°porque ¨¦ramos de los pocos que no dud¨¢bamos en tirarnos al agua aunque hiciese mala mar¡±, dicen; y hasta la actriz Susan Sharandon quiso conocerlos cuando estuvo all¨ª, a finales de diciembre de 2015.
Los tres volver¨ªan a repetir lo que hicieron, ¡°y seguiremos haci¨¦ndolo ahora en Libia en cuanto logremos la financiaci¨®n suficiente para poder ayudar con garant¨ªas¡±, advierten. Reconocen que, pese a saber que iban a poner en pr¨¢ctica m¨¢s que nunca sus habilidades profesionales, jam¨¢s calcularon la dimensi¨®n de la tarea a la que se enfrentaban. ¡°Yo empec¨¦ a hacerme una idea cuando vi que ven¨ªa a recogernos el compa?ero al aeropuerto con el traje de neopreno puesto¡±, recuerda Blanco, que asegura tener un silencio grabado en la memoria: ¡°All¨ª los ni?os no lloraban, es como si supieran: pa qu¨¦?¡±. ¡°El primer rescate lo hicimos con lo puesto, sin equipo ni nada, a los diez minutos de bajarnos del Ferry ya est¨¢bamos sacando a gente del agua¡±, recuerda Rodr¨ªguez. "Las caras, los olores, los ruidos, la noche, todo se amplifica", dice Latorre.
La idea original de pasar a la acci¨®n, impulsada desde el sal¨®n de la casa del bombero Jos¨¦ Antonio Reina (Onio), era la de evitar que se siguiera ahogando gente en un trayecto mar¨ªtimo de 20 kil¨®metros, que se cruza de manera segura en Ferry por diez euros en algo m¨¢s de una hora y que cientos de miles de personas lo hac¨ªan en embarcaciones precarias al borde del naufragio y previo pago a las mafias de cerca de mil euros. Hoy tres de esos profesionales que sacaron a cientos de personas del mar, "a veces remolcando embarcaciones a nado", se sientan en el banquillo de los acusados.
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