Espa?a a¨²n gasta en defensa menos que hace una d¨¦cada
Las Fuerzas Armadas celebran este s¨¢bado su d¨ªa en Logro?o "en situaci¨®n cr¨ªtica"
El presupuesto de Defensa, aprobado esta semana en el Congreso, experimentar¨¢ en 2018 un aumento del 10,7% (el 6,3% en t¨¦rminos reales), el m¨¢s fuerte de los ¨²ltimos a?os y el segundo mayor de todos los departamentos ministeriales. Aun as¨ª, Espa?a gastar¨¢ este a?o en Defensa en torno a un 13% menos que en 2008, al inicio de la crisis, y se quedar¨¢ en el 0,91% del PIB, muy lejos del 1,53% prometido a la OTAN para 2024. Una d¨¦cada de recortes han dejado a las Fuerzas Armadas, que este s¨¢bado celebran su d¨ªa en Logro?o, en situaci¨®n cr¨ªtica.
La Armada decidi¨® en 2013 dar de baja su ¨²nico portaaviones, el Pr¨ªncipe de Asturias, con solo 25 a?os de servicio. La vida operativa de los buques de guerra se estima en tres d¨¦cadas y puede prolongarse aun m¨¢s con unas obras de modernizaci¨®n. Pero el buque insignia de la flota espa?ola no fue modernizado cuando tocaba y mantenerlo a flote costaba 30 millones al a?o, un lujo inasumible en un momento en que barcos m¨¢s modernos se amarraban en puerto para ahorrar combustible.
El caso del Pr¨ªncipe de Asturias no es ¨²nico. Las fragatas F-80 tampoco han sido modernizadas y la Armada hace encajes de bolillos para que sigan navegando, aunque con limitaciones, hasta que lleguen sus sustitutas, las F-110, a partir de mediados de la pr¨®xima d¨¦cada. Lo mismo sucede con los viejos submarinos de la clase S-80, a los que se prolongar¨¢ la vida ¨²til m¨¢s all¨¢ de lo previsto por su dise?ador, o los helic¨®pteros Sea King, que ser¨¢n reemplazados por aparatos de segunda mano a la espera de los NH-90 de la versi¨®n naval, que a¨²n no existe. Y es que la tijera de los recortes no ha pasado en balde. En palabras del jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Fernando Alejandre: ¡°Diez a?os sin invertir dejan a las Fuerzas Armadas en una situaci¨®n cr¨ªtica¡±.
En 2008, el Ministerio de Defensa dispuso de un presupuesto final (incluidas las ampliaciones de cr¨¦dito) de 9.810,7 millones de euros y este a?o ser¨¢n, seg¨²n las previsiones, 9.255,9 millones; es decir, unos 500 millones menos. Eso a precios corrientes, pues a precios constantes la diferencia ronda los 1.300 millones, un 13%.
Pasada la recesi¨®n econ¨®mica, el PIB de Espa?a ha vuelto a crecer y supera ya el previo a la crisis, pero el peso de los gastos militares no ha amentado. Si en 2014, cuando la cumbre de la OTAN en Gales aprob¨® el objetivo de destinar el 2% del PIB a Defensa, el gasto espa?ol representaba el 0,92%, este a?o se quedar¨¢ en el 0,91% (0,93 si se incluyen las pensiones militaresI. Espa?a es uno los cinco pa¨ªses aliados que no ha aumentado su inversi¨®n en Defensa y, en estas condiciones, no solo es imposible que en solo seis a?os llegue al 2% que reclama Trump, sino que es improbable que cumpla el 1,53% prometido por la ministra Mar¨ªa Dolores de Cospedal.
Una muerte que evit¨® una tragedia mayor
El accidente que cost¨® la vida al soldado de Infanter¨ªa de Marina Antonio Carrero Jim¨¦nez, el pasado d¨ªa 18 en Mali, pudo acabar en una tragedia a¨²n peor. El veh¨ªculo Lince en el que viajaban el fallecido y otros tres militares, dos de los cuales resultaron heridos, se cruz¨® en una carretera, a 40 kil¨®metros al sur de Sevare, en el centro del pa¨ªs, con un autob¨²s atestado de pasajeros, incluidas numerosas mujeres y ni?os. El autobus invadi¨® el carril por el que circulaba el Lince, seg¨²n fuentes militares. El conductor del veh¨ªculo lo esquiv¨® y se ech¨® al arc¨¦n, pero cay¨® en una zanja que le hizo volcar. Carrero viajaba en la escotilla del veh¨ªculo, a cargo de la ametralladora, y recibi¨® un golpe mortal. Si el blindado hubiese chocado frontalmente contra el autob¨²s, el n¨²mero de v¨ªctimas habr¨ªa sido probablemente muy superior.
Diez a?os de sequ¨ªa inversora han tenido efectos devastadores, seg¨²n altos mandos militares. Los stocks de repuestos y reservas de combustible est¨¢n exang¨¹es, d¨ªas de mar y horas de vuelo se han reducido al m¨ªnimo, muchos veh¨ªculos se han inmovilizado y otros se canibalizan para que los menos funcionen. El estado de numerosas instalaciones militares es calamitoso y sus condiciones de habitabilidad poco recomendables. La partida que se destina al sostenimiento de los ej¨¦rcitos, los gastos de funcionamiento, es la mitad que en 2008. Y los militares son los profesionales de la seguridad peor pagados en Espa?a.
Las misiones en el exterior, financiadas al margen del presupuesto, han servido de bal¨®n de ox¨ªgeno. Con sus fondos no solo se han pagado las dietas de los militares y el desplazamiento de las unidades, sino que han servido para sufragar las adquisiciones m¨¢s urgentes. El problema es que este sistema impide planificar a m¨¢s de un a?o y acaba creando dos clases de ej¨¦rcito: los que participan en operaciones, para los que no se escatiman medios, y los que se quedan en casa, ayunos de lo indispensable.
El sostenido aumento del presupuesto de Defensa desde 2016 deber¨ªa haber supuesto el fin de estos problemas, pero el jefe de la c¨²pula militar, el general Alejandre, no ocult¨® su preocupaci¨®n cuando compareci¨® en el Congreso el pasado 16 de abril. ¡°Tengo mis dudas de que [los presupuestos] sean sufiecientes para que las Fuerzas Armadas puedan recuperar en breve sus capacidades¡±, dijo. ¡°La operatividad¡±, remach¨®, ¡°se encuentra desgraciadamente por debajo del nivel que demandan nuestros aliados y tal vez de lo que exige la situaci¨®n de seguridad¡±.
La inquietud del jefe operativo de las Fuerzas Armadas se explica porque el aumento de los gastos militares est¨¢ hipotecado por la deuda de los denominados Programas Especiales de Armamento (PEA), car¨ªsimos sistemas de armas encargados en los a?os ochenta y noventa del pasado siglo (como el Eurocaza, las fragatas F-100 o los carros de combate Leopardo) que siguen lastrando los presupuestos. Aunque la deuda se ha reducido de 30.000 a 20.000 millones de euros, este a?o absorver¨¢n m¨¢s de 2.000 millones, frente a los menos de 100 disponibles para nuevas adqusiciones, lo que se traduce en falta de flexibilidad e innovaci¨®n en el equipamiento.
Las Fuerzas Armadas de la OTAN se miden con las llamadas tres C: cash (dinero), capabilities (capacidades) y contributions (contribuciones). El Ej¨¦rcito espa?ol presume de que sus capacidades, al menos en algunos campos, no tienen que envidiar a sus socios europeos. Tampoco se les puede reprochar que no contribuyan: Espa?a es el pa¨ªs que m¨¢s aporta a las misiones de la UE y un socio muy activo de la OTAN. La gran asignatura pendiente sigue siendo el cash.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.