La marca Kichi vende en C¨¢diz
Tras el desgaste de tres a?os de poder, el alcalde reengancha a su electorado mientras sus detractores critican que lo suyo es solo imagen
No hace ni 12 horas que, entre la cr¨ªtica y guasa gaditana, Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez, Kichi, ha echado gasolina al fuego de Podemos con su carta abierta a Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias. Y ah¨ª est¨¢, impert¨¦rrito y relajado, ante una cerveza en la terraza de uno de sus bares de siempre, el Mari Tapaz, en pleno barrio de La Vi?a de C¨¢diz. Durante la ma?ana ha conseguido dar esquinazo a decenas de periodistas con un correcto "ya todo est¨¢ dicho", pero con su septuagenaria vecina Amalia no lo tendr¨¢ tan f¨¢cil. "?Pero t¨² tienes un chal¨¦ en El Puerto [una localidad cercana a C¨¢diz] como El Coleta o no? Mira que yo convenc¨ª a muchas amigas para que te votasen", le dispara sin miramientos.
"No, yo vivo en mi barrio, como siempre", contesta Gonz¨¢lez paciente. Pero Amalia quiere m¨¢s, se queja del nuevo carril bici y de la suciedad de su calle, agarra su bast¨®n y espeta un apocal¨ªptico "esto no va bien". Mientras se va, por la plaza Mac¨ªas Rete viene otro vecino y exclama: "?Bien alcalde! Monedero es un sieso".
De la medalla a la Patrona a las corbetas de Arabia Saud¨ª; del izado de la bandera tricolor al desencuentro con el c¨®nsul alem¨¢n que nunca ocurri¨®; Kichi ya est¨¢ curtido en tres a?os de alcald¨ªa entre pol¨¦micas y bulos. Esta, la de su oposici¨®n al chal¨¦ de 600.000 euros que Pablo Iglesias e Irene Montero se han comprado, le pilla en un momento dulce: a un a?o de las pr¨®ximas elecciones municipales, con su predecesora popular retirada y en pleno "reenganche de la opini¨®n p¨²blica", apuntan desde su entorno.
Poco tiene ya que ver el Kichi que encara esta nueva controversia ¡ªen este caso, interna¡ª con el Kichi carnavalero que cant¨® la letra "si yo fuese alcalde de C¨¢diz" de su comparsa, en la noche electoral de las Municipales de 2015. Nadie imaginaba que ese hijo de emigrantes (naci¨® en R¨®terdam en 1975, donde su padre trabajaba) profesor de Historia con plaza en Tabernas (Almer¨ªa), pero liberado por el sindicato Ustea, ser¨ªa capaz de desbancar a Te¨®fila Mart¨ªnez tras 20 a?os en el poder. No hac¨ªa ni un a?o y medio que ¨¦l, antiguo militante de Izquierda Anticapitalista, y su pareja Teresa Rodr¨ªguez, secretaria general de Podemos en Andaluc¨ªa, hab¨ªan fundado el C¨ªrculo de Podemos en C¨¢diz.
Con los ocho concejales de Por C¨¢diz S¨ª Se Puede, el acuerdo de gobierno con Ganar C¨¢diz y el apoyo del PSOE, Kichi se alzaba con el bast¨®n de mando de la ciudad un mes despu¨¦s. Lleg¨® con el compromiso de seguir los pasos del alcalde anarquista Ferm¨ªn Salvoechea (1842-1907) y, como rezaba la cuarteta de su comparsa, ofreci¨® trabajo, pan y fin del ¨¦xodo de gaditanos.
La capital del paro de Espa?a (ahora en un 28,6%) saludaba, entre la esperanza y la guasa, la singular mudanza de color pol¨ªtico en el Ayuntamiento. De paso, la concentraci¨®n de poder en la pareja se hizo evidente. ?l, alcalde de una de las capitales espa?olas del cambio; ella secretaria general de Podemos en Andaluc¨ªa y parlamentaria andaluza. Los Clinton de C¨¢diz, les llaman desde entonces por La Vi?a.
De las teles a la discreci¨®n
El nuevo perfil, m¨¢s institucional y discreto, llegaba tras una larga lista de pol¨¦micas, azuzadas por ¨¦l o surgidas por bulos. Es el caso de los izados de las banderas republicanas cada 14 de abril, el incremento de las ratas en las calles o su supuesta y desmentida mudanza a un adosado de una localidad cercana. Gonz¨¢lez ya se ha dado de bruces con la realidad social de C¨¢diz y su margen de maniobra como alcalde. "Los tiempos de la Administraci¨®n no son los de la gente de la calle", suele reconocer. No es el ¨²nico que lo ha percibido. En los plenos, algunos de los que antes gritaban en el turno de palabra contra Te¨®fila Mart¨ªnez, ahora le increpan a ¨¦l.
"Hab¨ªa tantas esperanzas puestas en ¨¦l que era imposible que no desencantara", reconoce otra persona de su entorno. Con una deuda heredada de 275 millones de euros y alg¨²n que otro traspi¨¦s en los presupuestos, Kichi espera que las cuentas de 2018 sean las que, por fin, le permitan sacar m¨²sculo de gesti¨®n. De hecho, tras el desgaste de estos tres a?os en el poder, en su entorno aprecian signos de reenganche en el electorado. "La marca Kichi est¨¢ muy asentada en la ciudad", reconocen.
Pero justo ese concepto propio de la mercadotecnia es el que Fran Gonz¨¢lez, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, le afea: "Su problema es que no tiene un proyecto de transformaci¨®n social. Su marca, como ellos dicen, no responde a una gesti¨®n sino a t¨¦cnicas populistas para crear una imagen y un relato". El socialista cree que Kichi act¨²a m¨¢s "como un buen relaciones p¨²blicas" que como un gestor. De hecho, hay quien le reprocha que haya cedido demasiado el peso de sus tareas a asesores como Jos¨¦ Vicente Barcia. "En general, existe la sensaci¨®n de que si Barcia no est¨¢ en la reuni¨®n que sea, esa cita no sirve para nada", apuntan otras fuentes municipales.
Con o sin asesores, Kichi deja indiferente a pocos. Tiene un a?o para convencer a los gaditanos de que lo suyo es algo m¨¢s que el ¨¦xito puntual de un vi?ero que lleg¨® a ser alcalde. El tiempo de descuento ha arrancado en el fragor del fuego cruzado ¡ªy amigo¡ª con Monedero e Iglesias. De momento, la jugada parece ir a su favor. "No ha parado de recibir felicitaciones de lo m¨¢s variadas, pol¨ªticamente hablando", apuntan fuentes cercanas.
A pocos pasos de la casa de currante del alcalde, el frutero Pep¨ªn S¨¢nchez se adhiere a los apoyos. "Le falla un poco el trabajo, pero se le ve un buen chaval, una persona normal que quiere hacer bien las cosas. F¨ªjate, hasta le ha echado cojones a Monedero. Ahora solo le falta que cumpla la promesa que me hizo de rebajar el escal¨®n de mi calle", remacha entre risas.
Un piso de 40 metros en un barrio de pescadores
En La Vi?a, un barrio de pescadores con la tasa de mortalidad m¨¢s alta de la ciudad de C¨¢diz (un 15% superior a la del resto de la capital), sigue viviendo la pareja formada por Jos¨¦ Manuel Gonz¨¢lez, Kichi, alcalde de la ciudad, y Teresa Rodr¨ªguez, secretaria general de Podemos en Andaluc¨ªa y diputada auton¨®mica. Comparten "un piso de currante", como ¨¦l mismo asever¨® en un comunicado de respuesta a la pol¨¦mica del chal¨¦ de Pablo Iglesias e Irene Montero. Es un bajo en alquiler, de apenas 40 metros cuadrados, en el que tambi¨¦n conviven temporalmente los dos hijos de Gonz¨¢lez, fruto de una relaci¨®n anterior.
El piso est¨¢ enclavado en pleno coraz¨®n del barrio que le vio crecer, el de las tardes de playa en La Caleta, de juegos de colegio y amor¨ªos de instituto. En el mismo barrio tambi¨¦n vive su madre, a la que cada Jueves Santo acompa?a en la penitencia de la procesi¨®n del Nazareno de Santa Mar¨ªa.
Comiendo un papel¨®n de pescado frito en la playa, arreglando los geranios de su calle o tomando una cerveza como este pasado mi¨¦rcoles, a Kichi le gusta hacer gala de esa normalidad. Y no dud¨® en mostrarla en los medios. Abri¨® su casa a fotoperiodistas y hac¨ªa conexiones diarias con programas de televisi¨®n. Pero un d¨ªa "¨¦l dijo 'se acab¨®' y prefiri¨® centrarse en su gesti¨®n de alcalde", reconoce una fuente pr¨®xima del partido. Hasta esta nueva pol¨¦mica, hac¨ªa seis meses que Kichi no sal¨ªa a la palestra nacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.