Chuletas inteligentes para aprobar los ex¨¢menes
La tecnolog¨ªa revoluciona la manera de copiar en los ex¨¢menes, por ello la comunidad educativa busca maneras de controlar la presencia de dispositivos de todo pelo en las aulas
¡°Bol¨ªgrafo con bluetooth para ex¨¢menes¡±. ¡°Pinganillo para ex¨¢menes¡±. ¡°Reloj chuleta¡±. Todos estos artilugios, con precios entre los 20 y los 160 euros, forman parte del cat¨¢logo de Amazon. Y con la selectividad y los ex¨¢menes finales, la b¨²squeda de los mismos se acelera. Las chuletas de toda la vida hace tiempo que se volvieron m¨¢s sofisticadas: de ir escondidas en cualquier recoveco del estuche o en el reverso del t¨ªpex han pasado a estar integradas en dispositivos m¨®viles o directamente a usar un sistema de transmisi¨®n. En la Tienda del Esp¨ªa, que tiene varias sedes por toda Espa?a, no tienen datos exactos del aumento de la venta de pinganillos en estas fechas, pero constatan que en ¨¦poca de ex¨¢menes o de oposiciones experimentan una fuerte subida de ventas.
Algunos alumnos graban el examen con una c¨¢mara o le hacen una foto y se la mandan a un c¨®mplice que est¨¢ fuera del aula. El c¨®mplice responde las preguntas y se las comunica v¨ªa pinganillo al que est¨¢ examin¨¢ndose. La figura del ayudante es clave: en realidad es el que va a contestar el examen por lo que, en algunos casos, no lo hace un mero compa?ero sino que se paga a alguien (un profesor particular, un alumno aventajado...) para que chive bien. Para hacer esto, la gente usa el denominado e-pinganillo, de diminuto tama?o y muy dif¨ªcil de detectar. Los relojes inteligentes son otra pr¨¢ctica en auge.
Desde las instituciones educativas, los profesores se muestran preocupados y algo impotentes por el crecimiento de estos mecanismos de copia: ¡°En algunos casos, por mucho que revises, son muy complicados de detectar¡±, dice Luis Agudo, profesor en un instituto de Madrid. ¡°Algunos pinganillos son min¨²sculos, no los ves. Tampoco puedes cachear a todos los alumnos ni pasarte 10 minutos revis¨¢ndoles a todos¡±, a?ade.
Por eso, se han ideado otras maneras de detecci¨®n. Se prob¨® con los inhibidores de frecuencia, pero este a?o, en las pruebas de Selectividad, un grupo de inspectores apareci¨® por sorpresa en algunas aulas. Con ellos llevaban un peque?o aparato, un detector de ondas que percibe si hay alg¨²n mecanismo de emisi¨®n en los alrededores. Con el sensor se paseaban por las clases para detectar si alguien estaba usando alg¨²n tipo de dispositivo. El barrido es r¨¢pido, pero por si alg¨²n alumno est¨¢ ojo avizor para apagar el dispositivo, los profesores tambi¨¦n vigilan los gestos y movimientos sospechosos. En breve, quiz¨¢ esta pr¨¢ctica se extiende a todas las convocatorias de ex¨¢menes y las chuletas de toda la vida vuelven. Una web (Chuletator) permite dise?arlas para luego hacerlas peque?as y f¨¢cilmente ocultables con la finalidad de sacarlas en medio de la prueba.?
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