Un Borb¨®n en el pa¨ªs de sus antepasados
Los reyes ensalzan en Luisiana las ra¨ªces espa?olas de Estados Unidos
En el barrio franc¨¦s de Nueva Orleans hay una calle que se llama Bourbon, como el whisky. Un azulejo en una esquina explica que cuando la ciudad pertenec¨ªa a la corona espa?ola, entre 1763 y 1803, la calle se llamaba Borb¨®n. No aclara si era en homenaje al entonces rey de Espa?a, Carlos III, o a su antepasado franc¨¦s Luis XIV, que dio nombre a la Luisina.
Aunque la flor de lis, s¨ªmbolo de la dinast¨ªa, figura en la bandera de Nueva Orleans, ning¨²n rey Borb¨®n hab¨ªa pasado por aqu¨ª en sus 300 a?os de existencia. Al menos hasta el jueves.
Por eso no es extra?o que la ciudad recibiera a la pareja real espa?ola, Felipe VI y la reina Letizia, entre curiosa y alborozada y que hasta la alcaldesa, la afroamericana LaToya Cantrell, se arrancara con unos pasos de baile a ritmo de jazz para darle la bienvenida en el aeropuerto Louis Armstrong.
El tercer centenario de la fundaci¨®n de Nueva Orleans ¡ªuna ciudad que se ha reconstruido varias veces desde las cenizas, la ¨²ltima tras el paso del hurac¨¢n Katrina, en 2005¡ª es una buena ocasi¨®n para recuperar una historia que se remonta a un siglo antes de la llegada del May Flower cargado con peregrinos anglosajones a las costas de Massachusetts, cuando los conquistadores espa?oles exploraron el delta del Misisipi.
"La presencia de Espa?a aqu¨ª en Luisiana no es suficientemente conocida, a pesar de la abundancia de meticulosas investigaciones por parte de historiadores y acad¨¦micos. Debemos trabajar para que esta herencia espa?ola y, sobre todo, su perdurable legado aqu¨ª, sea m¨¢s ampliamente conocidos", ha asegurado el Rey en su discurso en el Gallier Hall, donde recibi¨® las llaves de la ciudad.
El empe?o por situar a Espa?a en el imaginario colectivo de este pa¨ªs viene de lejos. El estadounidense medio identifica a brit¨¢nicos, franceses, italianos o irlandeses, pero confunde a espa?oles con hispanos o mexicanos. Ya en 2015, los Reyes visitaron San Agust¨ªn (Florida), la primera ciudad en el actual territorio de Estados Unidos, para subrayar sus ra¨ªces espa?olas.
El prop¨®sito de la exposici¨®n Memorias Recobradas, visitada por los Reyes en el Cabildo de Nueva Orleans, un edificio construido a finales del siglo XVIII como sede de la Administraci¨®n colonial, no es solo poner en valor una etapa en la que la ciudad pas¨® de tener 3.500 a 50.000 habitantes y se convirti¨® en una urbe "integradora y mestiza" en palabras de Felipe VI, como no lo ser¨ªan en mucho tiempo los 13 estados fundadores del pa¨ªs.
M¨¢s importante, por desconocida, seg¨²n el comisario de la exposici¨®n, Jos¨¦ Manuel Guerrero, es subrayar la decisiva contribuci¨®n espa?ola a la independencia de los Estados Unidos, primero de manera encubierta, a trav¨¦s del comerciante vasco Diego de Gardoqui; y luego ya abiertamente, con un ej¨¦rcito multirracial formado por espa?oles, canadienses, indios y negros libertos comandado por el gobernador de Luisiana Bernardo de G¨¢lvez, que derrotar¨ªa a los brit¨¢nicos en Baton Rouge, Mobile y Pensacola. La exposici¨®n, patrocinada por Iberdrola, completar¨¢ su periplo estadounidense en Washington y Miami.
Con todo, el principal legado de Espa?a en EE UU no es historia sino que est¨¢ vivo, Son los m¨¢s de 50 millones de hispanos que, en palabras de Felipe VI, "quieren preservar su idioma y est¨¢n orgullosos de hablarlo". Con un presidente que ha eliminado el castellano de su web oficial y ha demonizado la inmigraci¨®n hispana no parece el momento m¨¢s propicio pero, como subrayan fuentes diplom¨¢ticas, este empe?o empez¨® antes de que Trump llegase a la Casa Blanca y continuar¨¢ despu¨¦s de que se vaya. A fin de cuentas, el magnate estadounidense acaba de celebrar sus primeros 500 d¨ªas en el cargo, mientras que los Borbones tomaron posesi¨®n de estas tierras hace m¨¢s de 300 a?os.
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