La igualdad de g¨¦nero cumple 20 a?os en el Alarde de Ir¨²n

Hace 22 a?os se arm¨® la marimorena en Ir¨²n (Gipuzkoa) cuando un grupo de 57 mujeres intent¨® participar en igualdad de condiciones que los hombres en el Alarde de San Marcial, un desfile de armas en el que estaba vetada la presencia femenina como soldados. Fueron rechazadas a golpes, salivazos y con gritos de "putas" y "bigotudas". Pero aquellas mujeres no flaquearon y, pese al desprecio que recibieron de la mayor¨ªa del pueblo, consiguieron organizar un alarde mixto en 1998, el primero en el que unos y otras pod¨ªan actuar en pie de igualdad. Inma Landa apoy¨® en su origen la reivindicaci¨®n feminista en el alarde y hoy, dos d¨¦cadas despu¨¦s, ha dirigido a las tropas del desfile mixto en Ir¨²n: "Ha merecido la pena. Celebramos 20 a?os de alarde igualitario y hemos ganado en democracia y en tolerancia".

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La fiesta mantiene a¨²n dividida a la poblaci¨®n, aunque aquella discurre ahora por unos cauces m¨¢s civilizados. La tensi¨®n y el enfrentamiento social que se daban a finales de los 90 se han rebajado much¨ªsimo en la actualidad, y ya no es necesario que la Ertzaintza escolte el desfile de las mujeres para evitar incidentes, como suced¨ªa entonces. La divisi¨®n se plasma hoy en la imposibilidad de conciliar los intereses de ambos bandos, de ah¨ª que desde 1998 se celebren dos desfiles separados. Por un lado, el alarde tradicional, formado por m¨¢s de 8.000 soldados (todos hombres) y 19 mujeres vestidas de cantineras al frente de cada una de las compa?¨ªas. Y por otro, el alarde mixto, que re¨²ne a unas 1.500 personas y admite que las mujeres vayan vestidas de soldado.

Los desfiles conmemoran la victoria de las milicias forales sobre el ej¨¦rcito franc¨¦s en el enfrentamiento que se produjo la madrugada del 30 de junio de 1522 en la Pe?a de Aldabe (hoy monte San Marcial) de la localidad. Desde el a?o 1881 se ha venido celebrando en Ir¨²n (uno similar se desarrolla en la vecina Hondarribia en el mes de septiembre) el Alarde de San Marcial de acuerdo con una tradici¨®n centenaria: los hombres marchan como soldados y las mujeres solo puede hacerlo como cantineras.

En 1998, despu¨¦s de dos intentos abortados de malas maneras, se organiz¨® por primera vez un desfile sin distinci¨®n de g¨¦nero. Dos sentencias de ese a?o del Tribunal Superior de Justicia vasco declararon el derecho de las mujeres a desfilar en los alardes de Ir¨²n y Hondarribia en igualdad de condiciones que los varones. En el fallo, los magistrados argumentaron que el respeto a la costumbre del Alarde no puede estar en oposici¨®n con el principio de igualdad.

"Ya no existe una fractura social como al principio. Solo hay partidarios de un alarde o del otro, pero en el d¨ªa a d¨ªa no existe el enfrentamiento permanente que se daba entonces. La sociedad es transversal y ha quedado demostrado que la ciudadan¨ªa va por delante de los pol¨ªticos", afirma Landa, en alusi¨®n al "ninguneo" que el alcalde de Ir¨²n, el socialista Jos¨¦ Antonio Santano, dedica al alarde mixto, el ¨²nico que es oficial y organizado precisamente por el Ayuntamiento. El regidor solo ha presenciado el desfile tradicional, algo que ya es costumbre y motivo de cr¨ªtica de otras autoridades.

La directora de Emakunde (Servicio vasco de la Mujer), Izaskun Landaida, y la instituci¨®n del Ararteko (Defensor del Pueblo vasco) vienen insistiendo en la "obligaci¨®n" que tienen los poderes p¨²blicos de "eliminar los obst¨¢culos y dar pasos" para que la igualdad entre hombres y mujeres se consolide en celebraciones festivas como el Alarde de Ir¨²n. As¨ª lo exige precisamente la ley auton¨®mica de Igualdad, aprobada en 2005, en uno de cuyos art¨ªculos dice textualmente: "Se proh¨ªbe la organizaci¨®n y realizaci¨®n de actividades culturales en espacios p¨²blicos en los que no se permita o se obstaculice la participaci¨®n de las mujeres en condiciones de igualdad con los hombres".

El diputado foral de Cultura de Gipuzkoa, el socialista Denis Itxaso, recuerda, al hilo de la divisi¨®n que genera el Alarde, que "son muchos los pueblos y ciudades de Gipuzkoa que mantienen fiestas y representaciones tradicionales con gran arraigo durante siglos, y la mayor parte de ellas han evolucionado para incorporar en pie de igualdad a hombres y mujeres sin que ello haya ocasionado p¨¦rdida alguna en ese patrimonio com¨²n".

Los defensores del modelo tradicional reprochaban a las mujeres que su reivindicaci¨®n escond¨ªa un intento de "acabar con la fiesta", algo que a la postre no ha sucedido, pues el alarde igualitario ha conseguido cumplir 20 a?os. "Y cumpliremos otros 20 a?os, porque las nuevas generaciones empatizan con nosotras. Yo tengo esa esperanza", afirma Landa, general del alarde p¨²blico y mixto, una convencida de que la ola feminista que estall¨® el 8M va a dar alas a los partidarios del alarde igualitario de Ir¨²n.