Ir¨²n boictotea a las mujeres soldado y las de a solas en el desfile festivo del Alarde
Las 20 compa?¨ªas formadas s¨®lo por hombres realizaron un recorrido alternativo
Las 20 compa?¨ªas de hombres que participan tradicionalmente en el Alarde de San Marcial de Ir¨²n (Guip¨²zcoa), no aceptaron marchar armados junto a una formaci¨®n integrada por mujeres, pese a que un auto judicial del Tiribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco les obligaba a hacerlo. Organizaron un Alarde alternativo que parti¨® a la misma hora pero de distinto lugar y realizaron un recorrido diferente al habitual que, sin embargo, fue el m¨¢s festejado por el p¨²blico. Al desfile oficial s¨®lo acudi¨® la compa?¨ªa mixta -unas 300 personas-, que adem¨¢s de soportar insultos, abucheos e incluso agresiones f¨ªsicas que causaron tres heridos leves, vio c¨®mo el mismo Ayuntamiento le boicoteaba.
Oficialmente no hubo Alarde, porque el alcalde decidi¨® suspender el desfile por una "alteraci¨®n sustancial por inasistencia de las compa?¨ªas a la concentraci¨®n de las fuerzas en la plaza de Urdanibia para someterse a las ¨®rdenes del comandante". Pero en la pr¨¢ctica fueron dos las marchas militares que recorrieron las calles de la localidad fronteriza para conmemorar la muestra de Armas y Revistas de Gentes de 1512.Fue una soluci¨®n inesperada, despu¨¦s de que el, alcalde y 15 mandos de las compa?¨ªas decidieran, hace dos d¨ªas, acatar ¨¦l auto del tribunal y aceptar desfilar con las mujeres.
El Alarde tradicional, en el que participan 8.000 soldados y 19 cantineras, transcurri¨® con absoluta normalidad y reuni¨® a una abrumadora mayor¨ªa de la ,poblaci¨®n. P¨ªfanos y tambores amenizaron el recorrido de las compa?¨ªas de artiller¨ªa, infanter¨ªa, caballer¨ªa y hacheros, que efectuaron, como si no hubiera nada anormal, fuertes descargas al aire con sus escopetas. La ilusi¨®n emocionada de ni?os y mayores, que llevaban tiempo preparando el Alarde, les ampar¨® en su recorrido. Era la primera vez en la historia que no cumpl¨ªan el trayecto que iniciaron sus antepasados en 1881.
Sin embargo, el desfile inicialmente oficial, el de las mujeres, se encontr¨® desde el principio a las 8.15 horas con obst¨¢culos para cumplir con la tradici¨®n. Los primeros incidentes, en los que varias personas resultaron heridas se registraron ya en la plaza de Urdanibia. Volaron botellas, piedras y otros objetos. Adem¨¢s, partidarios del Alarde tradicional, en el que la mujer s¨®lo puede participar como cantinera, y defensores de la integraci¨®n de las mujeres en el desfile armado se cruzaron insultos. Todo se resum¨ªa en gritos contrapuestos de ?mujeres fuera! y ?mujeres al Alarde!
Protegidas por una cadena humana, recorrieron los escasos 300 metros que les separaban del Ayuntamiento. All¨ª el alcalde les recibi¨®, pero se neg¨® a entregarles la bandera de la ciudad y a acompa?arles a recoger el voto religioso a la iglesia del Juncal, como hace cada a?o. En el Consistorio se encontraba tambi¨¦n una nutrida representaci¨®n de las instituciones vascas que quiso, con su presencia, mostrar su apoyo a las mujeres; la directora del Instituto vasco de la Mujer, Txaro Arteaga, las parlamentarias vascas Kati Guti¨¦rrez (IU), Enriqueta Benito (UA) y Esther Larra?aga (EA) y la adjunta del Ararteko -defensor del pueblo vasco- Merche Ag¨²ndez.
A pesar del varapalo recibido en el Ayuntamiento, las mujeres persistieron en realizar el recorrido habitual, acompa?adas tan s¨®lo por miembros de la Corporaci¨®n de Herri Batasuna e Izquierda Unida y el apoyo de Eusko Alkartasuna. Los grupos municipales del PSE-E E, PNV y PP se negaron a respaldar a la compa?¨ªa mixta. Tambi¨¦n secundaron la marcha junto al Alarde de mujeres los miembros de la Mesa Nacional (le HB, Joseba ?lvarez, Juan Mar¨ªa Olano, Itziar Aizpurua y Rufi Etxeberria.
Al t¨¦rmino del desfile, el colectivo Bidasoaldeko Emakumeak (Mujeres del Bidasoa) interpuso ante la Ertzainta una denuncia contra el alcalde Alberto Buen Lacambra y los mandos de las otras compa?¨ªas. La asessora jur¨ªdica de las mujeres, Mar¨ªa Luisa Agirretxe, asegur¨® que ¨¦stos alupoyar la otramarcha cometieron un presunto delito contra la seguridad colectiva porque "se han reunido 8.000 personas sin tener la autorizaci¨®n que requiere un desfile armado de ese tipo". La abogada del colectivo denunci¨® que "los mandos y el alcalde no han acatado el auto del TSJPV y Alberto Buen Lacambra se ha inhibido en la responsabilidad que le confiere su cargo al omitir cualquier orden de Suspensi¨®n contra esas personas que se reunieron en un lugar previamente no autorizado".
Pidieron la dimisi¨®n del alcalde, que, pese a suspender el Alarde, subi¨® a la misa de campa?a en el monte de San Marcial en la que s¨®lo participaron partidarios del Alarde tradicional. Deleg¨® adem¨¢s en Jos¨¦ Antonio Etxeberria, concejal del PNV, la responsabilidad de portar la bandera de la ciudad durante el cumplimiento del voto, despu¨¦s de hab¨¦rselo negado a las mujeres.
Esta fue la soluci¨®n a la pol¨¦mica que, desde hace un ano, vive el pueblo de Ir¨²n y mantiene enfrentados a vecinos e incluso miembros de una misma familia, aunque la discusi¨®n viene de antiguo. Insultos y empujones se convirtieron el pasado a?o en tristes protagonistas de la fiesta cuando mujeres del colectivo Bidasoaldeko Emakurneak intentaron sumarse al desfile armado.
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