Esta legi¨®n no es lugar para madres
Relato de la militar castigada y acosada por no obedecer la orden de participar en un desfile para no dejar sola a su hija menor de dos a?os


"Estar en la Legi¨®n no es un camino de rosas, pero si cumples no tienes por qu¨¦ tener problemas. Mis compa?eras me dicen que soy muy militar. He tenido dos menciones honor¨ªficas. La responsabilidad con el deber cumplido siempre la tuve presente. Llevo casi 10 a?os en el Tercio. Mi hija tiene dos".
Con estas palabras comienza el escrito que una legionaria de 38 a?os, destinada en la Brigada de La Legi¨®n (BRILEG), con base en Viator (Almer¨ªa), ha remitido a su abogada. Describe en primera persona c¨®mo su carrera militar se torci¨® con el nacimiento de su hija. De las felicitaciones pas¨® a sufrir una sanci¨®n disciplinaria, recurrida ante los tribunales, y a tener que presentar un parte por acoso contra algunos de sus superiores, sin m¨¢s resultado que el archivo de la investigaci¨®n y uno de los presuntos acosadores condecorado. As¨ª prosigue el relato, al que ha tenido acceso EL PA?S.
"Estando de permiso de maternidad me llamaron para firmar mi IPEC [Informe Personal de Calificaci¨®n]. Mis notas hab¨ªan bajado de manera vertiginosa. De estar por encima de la media a quedar por debajo.
¡ª Entre el embarazo y el permiso de maternidad has estado mucho tiempo ausente. El capit¨¢n dice que no mereces igual calificaci¨®n que los que han venido a trabajar cada d¨ªa.
Me doli¨®, pero lo entend¨ª.
Cuando me incorpor¨¦, ped¨ª la reducci¨®n de jornada para atender a la peque?a. Su padre era tirador en la misma bandera y yo trabajaba en la oficina. No ten¨ªamos a nadie con quien dejarla.
Al capit¨¢n no le gustaba la reducci¨®n de jornada. Prefer¨ªa disponer de la gente y eximirla como favor, no como derecho.
Se acercaba La Inmaculada [patrona de Infanter¨ªa] y ped¨ª un d¨ªa de asuntos propios. Era festivo y la guarder¨ªa cerraba.
Me llam¨® el sargento.
¡ª?Qu¨¦ te crees? Si hay que desfilar te buscas la vida. Dejas a la ni?a con la vecina, la llevas con tu madre o pagas a alguien.
¡ª Mi sargento, mi madre est¨¢ convaleciente de c¨¢ncer, vive a 300 kil¨®metros, mi hija tiene menos de dos a?os y no voy a dejarla con un desconocido.
Fuimos a ver al capit¨¢n. Me dijo que siempre falto yo, que pidiera el d¨ªa mi marido.
A ¨¦l tambi¨¦n se lo negaron. Le dijeron que su mujer ten¨ªa reducci¨®n de jornada para eso.
Mi cabo 1? pregunt¨® al capit¨¢n si yo pod¨ªa subir m¨¢s tarde para que la ni?a no pasara tanto fr¨ªo. Le respondi¨® que no era posible porque deb¨ªa desfilar.
El brigada intent¨® que el capit¨¢n entrara en raz¨®n, pero no hubo manera. Cuando recog¨ªa a la ni?a de la guarder¨ªa me llam¨® para decirme que no me daba el d¨ªa. Mi respuesta fue: lo siento mi brigada, pero no voy a subir, no voy a dejar a mi hija sola.
A la ma?ana siguiente, me estaba esperando el sargento.
¡ª Lo que has hecho es una deslealtad absoluta. El capit¨¢n va a arrestarte y yo me encargar¨¦ de que te ponga la m¨¢xima pena, lo que m¨¢s da?o te haga. Si haces esto para faltar a un desfile, qu¨¦ har¨¢s cuando haya una guerra. Si fueras civil te echaba a la calle y tu hija se morir¨ªa de hambre. Y olv¨ªdate de estudiar para cabo. Eso es para gente que cumple.
El capit¨¢n me dijo que le hab¨ªa desobedecido y me puso de ejemplo a un compa?ero que subi¨® con su hijo de ocho meses liado en una manta y lo dej¨® en las gradas con una se?ora.
¡ª Eso est¨¢ muy bonito, mi capit¨¢n, subir a un beb¨¦ a que pase fr¨ªo y dejarlo con un extra?o.
¡ª ?Prefieres que te arreste a que tu hija pase fr¨ªo?
¡ª Por supuesto, mi capit¨¢n.
Le dije que si me arrestaba presentar¨ªa alegaciones.
¡ª De ti depende cumplir [el arresto] y dejarlo aqu¨ª o alegar y seguir tensando la cuerda.
Ese d¨ªa empez¨® mi pesadilla. Me trataban como a una delincuente. El sargento me hac¨ªa llamar a ¨²ltima hora, cuando estaba saliendo para ir a por la ni?a.
¡ª Hay que tener muy poca verg¨¹enza para llegar tarde.
¡ª Sabe que lo tengo concedido y desde que llego hasta que me voy estoy trabajando, no me ver¨¢ en el mes¨®n como a otros.
As¨ª cada d¨ªa, una persecuci¨®n implacable.
El 13 de enero hab¨ªa desfile de nuevo. Era s¨¢bado, estaba en la misma situaci¨®n que el 8 de diciembre y se lo dije al capit¨¢n. Me dijo que no me preocupara.
Pero el sargento vino a la oficina y anunci¨® ante todos: "Habl¨¦ con el capit¨¢n y no te da el d¨ªa. Ya te est¨¢s buscando la vida".
Cuando sali¨® me derrumb¨¦ y me ech¨¦ a llorar. Me sent¨ªa impotente. Me quitan casi 200 euros del sueldo para poder atender a mi hija, pero no sirve de nada.
Exig¨ª que me denegaran el permiso por escrito, para llevarlo a un abogado. Le dije a mi subteniente que el sargento no se acercara a m¨ª, que no me tratase como una mierda, que no me persiguiera m¨¢s.
Me dieron el d¨ªa. La palabra abogado les asust¨®.
Cuando recurr¨ª la sanci¨®n, me llam¨® un cabo mayor.
¡ª Es mejor que pares. El capit¨¢n dice que si cursas el recurso te atengas a las consecuencias. Ir¨¢n a por ti. Te pueden arrestar por cualquier cosa.
Al lunes siguiente anunciaron que, debido a los "nuevos acontecimientos", todos los que ten¨ªamos reducci¨®n de jornada saldr¨ªamos m¨¢s tarde. Nadie sab¨ªa qu¨¦ acontecimientos eran esos. Se lo expliqu¨¦ a mis compa?eros, les ped¨ª perd¨®n. Algunos lo entendieron; otros, no tanto.
Un sargento 1? reuni¨® a la secci¨®n: "Gracias a la se?orita esa, bueno a esa hija de... que no le sali¨® cumplir una orden y desfilar, no tenemos mes¨®n en la compa?¨ªa, porque dio parte y estas son las consecuencias".
Elev¨¦ un parte de acoso a la ministra de Defensa. El capit¨¢n fotocopi¨® mi escrito y reuni¨® a los testigos. La reuni¨®n dur¨® cinco horas. Una por cada folio. Al salir, algunos compa?eros ya no ve¨ªan las cosas tan claras.
Me llamaron para firmar el IPEC. Por segunda vez mis notas eran peores que la media. Ahora no estaba de permiso de maternidad, no hab¨ªa tenido un solo d¨ªa de baja, hab¨ªa cumplido a rajatabla. Pero estaba se?alada".
La legionaria sancionada y el presunto acosador premiado
La conciliaci¨®n de la vida laboral y familiar es una de las asignaturas pendientes de las Fuerzas Armadas. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha convocado una reuni¨®n con las asociaciones profesionales para abordar este problema despu¨¦s del verano. Los militares tienen reconocidos los mismos derechos (maternidad, reducci¨®n de jornada para el cuidado de hijos, etc¨¦tera) que los dem¨¢s funcionarios, pero su disfrute, incluida la exoneraci¨®n de guardias y maniobras, est¨¢ condicionado a "las necesidades del servicio" y qu¨¦ se entienda por tales depende de la sensibilidad, y el sentido com¨²n, de cada mando.
Los jefes del Tercio ratificaron la sanci¨®n de tres d¨ªas de multa impuesta a la legionaria con el argumento de que era su "responsabilidad organizarse como estimara conveniente para poder cumplimentar mandatos relativos a las necesidades del servicio que aparecen plenamente justificados en este caso [participar en el desfile de la fiesta de La Inmaculada] sin trasladar su deber de cuidado [de su hija de dos a?os] a la instituci¨®n castrense".
La sanci¨®n est¨¢ recurrida ante el Tribunal Militar Territorial Segundo, no tanto por su importe econ¨®mico (unos 40 euros, mucho menos de lo que le costar¨¢ el recurso), sino por la mancha que supone en su expediente y porque la afectada lo considera injusto. Mientras tanto, la informaci¨®n previa que el Estado Mayor del Ej¨¦rcito abri¨® despu¨¦s de que ella presentara un parte por acoso fue archivada el 21 de junio sin ninguna responsabilidad disciplinaria para los presuntos acosadores. Incluso uno de ellos, el sargento al que alude en su relato, ha sido condecorado en junio con la cruz del m¨¦rito militar con distintivo blanco a propuesta del capit¨¢n, tambi¨¦n denunciado. Por su parte, el marido de la legionaria, cabo profesional con 12 a?os de experiencia, ha abandonado el Ej¨¦rcito tras este episodio.
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