¡°Europa paga para que nos maltraten¡±

Desde la carretera que sube de Castillejos se advierte el olor penetrante del vertedero de Mnzala. Cuando el coche se detiene a los pies de la monta?a de basura, el est¨®mago se desasienta de un vuelco. All¨ª se encuentra Abdul¨¢, que rebusca agotado entre en el estercolero. ¡°No he comido a¨²n¡±, dice este senegal¨¦s de 17 a?os, que ha conseguido, junto a dos compatriotas que lo acompa?an, hacerse con dos bolsas de mendrugos de pan, varias garrafas grasientas llenas de algo que parece agua y media botella peque?a con refresco de naranja. En ese momento, un guarda marroqu¨ª avisa de que hay vigilancia policial.

Los tres bajan entonces la ladera, de regreso al refugio de su campamento ¡ªentre los ¨¢rboles de la vaguada bajo el vertedero¡ª, a menos de cuatro kil¨®metros de la valla ceut¨ª que separa Marruecos de Espa?a. Una zona que efectivos de las fuerzas auxiliares, un cuerpo paramilitar dependiente del Ministerio del Interior marroqu¨ª, llevan semanas batiendo en busca de subsaharianos que se refugian en los pinares que cubren la regi¨®n fronteriza, desde Mnzala hasta Ben Yunesh. Los furgones se apostan en cada recodo de la carretera de monta?a que atraviesa la zona. Dos d¨ªas despu¨¦s del encuentro con Abdul¨¢, el mismo vigilante reconoce no haber visto de nuevo al joven.

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Marruecos se ha lanzado a la caza del migrante. Entre julio y agosto, las redadas han sido ¡°constantes¡± en campo abierto, en torno a la valla, y en barrios donde los migrantes esperan para embarcarse hacia costas espa?olas en T¨¢nger y Tetu¨¢n, cerca de Ceuta, en Nador, junto a Melilla, y puntos de distribuci¨®n como Rabat o Fez. Hasta 5.000 personas, seg¨²n c¨¢lculos de Amnist¨ªa Internacional y la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos, han sido detenidas y enviadas al sur del pa¨ªs. Solo en T¨¢nger ha habido entre 1.500 y 2.000 retenidos, de acuerdo con diversas asociaciones en defensa de los migrantes.

¡°Te quitan el tel¨¦fono, el dinero¡­¡±, denuncia Roland, camerunesa de 28 a?os. Hace unas semanas, en cuanto vio precintar la puerta de sus vecinos, cogi¨® sus b¨¢rtulos y se larg¨®. La polic¨ªa irrumpi¨® en plena noche, como muestra el v¨ªdeo donde se la ve con una maleta y la mirada perdida en su antigua barriada de T¨¢nger. ¡°Vimos que estaban desalojando la primera casa y nos fuimos¡±, dice echada en el sof¨¢ de un compatriota que logr¨® regularizar su situaci¨®n hace cuatro a?os.

Pero ni los migrantes con papeles se salvan de la persecuci¨®n que les ha infundido miedo. ¡°Hab¨ªa una casa aqu¨ª¡±, cuenta, ¡°de donde el due?o ech¨® a todo el mundo para no tener problemas con la polic¨ªa¡±. Eran, recuerda ¨¦l, 65 guineanos y cameruneses. ¡°Ahora mi vecino me ha dicho que la polic¨ªa vendr¨¢ aqu¨ª. ¡®Ten cuidado¡¯, me repite, ¡®coge todo tu dinero y ll¨¦valo encima¡±. Teme por ¨¦l y por su nueva coinquilina, que se niega a volver al ¡°bosque¡±, como llaman al descampado de Bresen, a las afueras de la ciudad. Su paso por esa tierra de nadie, asegura, le dej¨® de recuerdo un bocado en el moflete que ya casi ha cicatrizado, cortes¨ªa de un perro de los que usan las fuerzas marroqu¨ªes para rastrear y cazar a los subsaharianos. Con la herida abierta se fue al hospital. Otros dos no tuvieron tanta suerte y murieron tirados en mitad de la nada. Ella volvi¨® a la ciudad.

¡°Si la polic¨ªa quiere cogerme y devolverme, bien¡±, dice, ¡°pero no tienen por qu¨¦ herirnos, no son qui¨¦n para robar nuestras cosas¡±. ¡°No solo te cogen, se llevan todas tus pertenencias y, despu¨¦s, adi¨®s. Vuelves a estar como estabas¡±, a?ade. Amnist¨ªa Internacional ha denunciado la ¡°indignante ofensiva¡± que ha iniciado el Gobierno marroqu¨ª para limpiar el norte del pa¨ªs de migrantes subsaharianos. ¡°Marruecos tiene una pol¨ªtica violatoria de los derechos humanos de los migrantes y refugiados¡±, dice Esteban Beltr¨¢n, director en Espa?a de la ONG.

Seg¨²n datos de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones, 35.515 sin papeles han llegado a Espa?a en 2018. Casi el triple que el a?o anterior. Las ¨²ltimas 158 personas arribadas en patera fueron rescatadas ayer en el Estrecho. Esta semana tambi¨¦n se encontraron cinco cad¨¢veres a bordo de otra embarcaci¨®n Todas estas cifras colocan a Espa?a como primer pa¨ªs receptor del Mediterr¨¢neo, por delante de Italia y Grecia, que han recibido a 20.250 y 19.564 inmigrantes, respectivamente, este a?o.

Marcha ante el consulado

¡°La UE ha financiado a Marruecos para liberar la ciudad de T¨¢nger de migrantes¡±, se lamenta Bertrand Cameni, camerun¨¦s de 24 a?os: ¡°Ha pagado para que nos maltraten¡±. ¡°As¨ª que queremos que la Uni¨®n Europea se comprometa a que eso no va a ocurrir¡±, a?ade el joven, para explicar la protesta ante el consulado de Espa?a en T¨¢nger que sac¨® a cientos de personas a la calle el pasado 31 de agosto.

¡°Est¨¢bamos tranquilos en el bosque, cuando un helic¨®ptero nos sobrevol¨®. Justo despu¨¦s, llegaron a atraparnos¡±. ¡°Ya que no podemos estar en casas, pero tampoco podemos quedarnos en el bosque, decidimos marchar para que Europa escuche nuestra voz¡±, apostilla Cameni. Aquella manifestaci¨®n se sald¨® con 150 detenidos, a los que metieron en furgones y acabaron mandando lejos de la frontera norte.

El juego no es nuevo. Marruecos ha hostigado a migrantes cada vez que Espa?a o Europa han llamado a su puerta. Ya lo hizo en 2015, tras la regularizaci¨®n de miles de personas. Y ha repetido la operaci¨®n a?o tras a?o. Marruecos ha justificado estas acciones como un medio para acabar con el ¡°crimen organizado¡± y las ¡°redes de trata de seres humanos y de inmigraci¨®n irregular¡±. Abortaron m¨¢s de 54.000 intentos de entradas ilegales en 2018.

A Joaquin, tambi¨¦n camerun¨¦s, ya lo han interceptado dos veces. La ¨²ltima vez, apenas hab¨ªa regresado a T¨¢nger desde Tiznit por la ma?ana, cuando lo enviaron de nuevo al sur del pa¨ªs por la noche. Pero ¨¦l asegura que no piensa cesar en su empe?o: ¡°Si la frontera est¨¢ cerrada, muy bien. Pero que nos dejen en paz. Es cosa nuestra llegar a Espa?a¡±