Amarillo, la construcci¨®n de un color para una causa
La multiplicaci¨®n en Catalu?a de los lazos amarillos se ha producido en apenas un a?o y recupera un tono con tradicional mala fama
El amarillo es un color que nunca ha tenido demasiada buena fama en Occidente. Sin embargo, los lazos amarillos han inundado las calles de Catalu?a como s¨ªmbolo del movimiento independentista y para pedir la liberaci¨®n de los pol¨ªticos presos. Su presencia es tan machacona que casi da la sensaci¨®n de que responde a una vieja tradici¨®n, pero solo empezaron a generalizarse en oto?o del a?o pasado. Este martes se celebrar¨¢ la primera Diada en la que estar¨¢n en la calle. Su multiplicaci¨®n representa una muestra en directo de c¨®mo el independentismo construye su relato y lo adorna hasta convertirlo en mitolog¨ªa.
¡°En 15 d¨ªas, el color se transform¨® en algo que parec¨ªa que llevaba all¨ª toda la vida¡±, explica el historiador Jordi Canal, profesor de l¡¯?cole des Hautes ?tudes en Ciencias Sociales de Par¨ªs y autor, entre otros ensayos, de Con permiso de Kafka. El proceso independentista en Catalu?a (Ariel), una obra que dedica un cap¨ªtulo a la simbolog¨ªa del proc¨¦s. ¡°Hemos visto c¨®mo se construye un color y c¨®mo ese color construye significados, como se le da un nuevo sentido. Cuando comenz¨® a triunfar, se le empez¨® a buscar tradiciones y se dijo que ven¨ªa del siglo XVIII, que en la ¨¦poca de la Guerra de Sucesi¨®n se dieron casos de personas detenidas porque se hab¨ªan colocado un lazo amarillo en el sombrero como protesta contra las autoridades borb¨®nicas. No es imposible, lo que es evidente es que no hubo continuidad¡±, prosigue Canal, quien tambi¨¦n ha escrito una Historia m¨ªnima de Catalu?a (Turner).
Utilizado desde el 17 de octubre de 2017, cuando se pidi¨® que se luciese para pedir la libertad de los l¨ªderes independentistas Jordi S¨¤nchez y Jordi Cuixart, el origen del lazo amarillo no est¨¢ claro. En otras ocasiones, sobre todo en 2014, ya se hab¨ªa intentado que encarnase la aspiraci¨®n de independencia de Catalu?a, pero el s¨ªmbolo no hab¨ªa llegado a cuajar entre los soberanistas. Cuando comenz¨® a multiplicarse en las calles, entonces surgi¨® un pasado remoto. ¡°Muchas tradiciones son invenciones del siglo XIX o del XX. Las cosas se reasignan y se les da otra lectura. Es algo que ocurre en muchos lugares del mundo¡±, explica Canal.
En su libro, este historiador aventura tres hip¨®tesis sobre su origen: porque se trata de un s¨ªmbolo asociado en Estados Unidos y Canad¨¢ con los soldados ausentes ¡ªah¨ª est¨¢n las canciones tradicionales The yellow rose of Texas (La rosa amarilla de Texas) y She wore a yellow ribon (Ella luc¨ªa un lazo amarillo), popularizada en La legi¨®n invencible de John Ford¡ª y porque era uno de los pocos colores que quedaban libres para defender una causa con un lazo en la solapa. Sin embargo, s¨ª hab¨ªa encarnado otras causas: por ejemplo se utiliza en el d¨ªa mundial contra la espina b¨ªfida y en Corea del Sur se asocia con la defensa de la justicia para las mujeres esclavizadas sexualmente por el Ej¨¦rcito japon¨¦s durante la Segunda Guerra Mundial. El tercer motivo que apunta Canal en Con permiso de Kafka es que se trata de un emoticono que estaba libre, sin una asignaci¨®n simb¨®lica clara.
El amarillo tiene, adem¨¢s, una presencia importante en la bandera independentista, la estelada, y permite una rotundidad crom¨¢tica en las manifestaciones. En la Diada de 2017 el color elegido para la movilizaci¨®n fue el amarillo brillante, pero luego no tuvo una traducci¨®n en las calles. La pregunta es si se mantendr¨¢ el amarillo como color independentista una vez que pase el proceso por el Tribunal Supremo. Este a?o, parad¨®jicamente, el calor de la Diada es un naranja intenso.
¡°Estamos viviendo en vivo lo que nos cuenta Pastoureau en sus libros¡±, prosigue Canal. Se refiere al gran historiador franc¨¦s Michel Pastoureau, que es el mayor exponente de una rama de la historia que se dedica a estudiar los colores y c¨®mo se cargan de significado hasta transformarse en s¨ªmbolos. Autor de numerosos libros, el ¨²ltimo que se ha publicado en castellano es Los colores de nuestros recuerdos (Perif¨¦rica, traducci¨®n de Laura Salas Rodr¨ªguez).
Las p¨¢ginas que dedica al amarillo dejan en muy mal lugar al color de los girasoles de Van Gogh, de las oficinas de correos en Francia y los buzones en Espa?a, de la camiseta del ganador del Tour, de los primeros post-it, de los taxis de Nueva York o del personaje de dibujos animados Piol¨ªn... Y eso que Pastoureau ni siquiera cita que el amarillo trae mala suerte en el teatro, porque el color maldito en un estreno en Francia es el verde ¨Cen Espa?a se dice que Moli¨¨re iba vestido de amarillo cuando muri¨® en escena, mientras que en Francia se atribuye el maleficio al verde, un color que se obten¨ªa con productos t¨®xicos y que, por lo tanto, era peligroso¨C.
Los c¨®micos no son los ¨²nicos que huyen del amarillo: la encuesta Global Automotive que mide la popularidad de los colores de los coches indicaba que en 2016 solo un 3% de los consumidores hab¨ªan escogido un coche amarillo ¡ªtampoco es que sorprenda a nadie¡ª. En Europa era un 1%, mientras que en Asia, donde s¨ª es un color que tiene connotaciones positivas, era el 5%. Una encuesta del a?o 2000, citada por Eva Heller en Psychologie de la couleur ¨C effets et symboliques, aseguraba que solo el 6% de los europeos eleg¨ªa el amarillo como color favorito frente, por ejemplo, al 45% el azul y el 15% el verde.
En Los colores de mis recuerdos, Pastoureau escribe: ¡°La historia del color amarillo en Europa es el relato de una larga desvalorizaci¨®n¡±. ¡°En Grecia y Roma se trata de un color apreciado. Pero en la Edad Media el amarillo se deval¨²a, se convierte en el color de la mentira y la cobard¨ªa, luego en el de la felon¨ªa y la infamia. Es el color de los traidores que aparecen en las canciones de gesta. Tambi¨¦n es el color impuesto a los excluidos y a los reprobados (jud¨ªos, herejes, leprosos, condenados), en forma de marcas infamantes o de insignias indumentarias¡±, escribe el historiador franc¨¦s, quien asegura que tambi¨¦n se asocia con la enfermedad, los esquiroles, los celosos y los traidores. ¡°Solo existe un buen amarillo para la sensibilidad medieval: el oro¡±, se?ala.
El maillot amarillo del Tour de Francia sirvi¨® para recuperar un poco la mala fama de este color. Ahora, regresa con un nuevo pasado m¨ªtico y se ha convertido este verano en el centro de la divisi¨®n pol¨ªtica en Catalu?a, se?alando espacios y personas que no lo llevan o que lo quieren quitar, desatando enfrentamientos. ¡°Identificarse y reconocerse resultan tan importante como politizar privadamente lo p¨²blico¡±, escribe Canal. ¡°El paisaje urbano catal¨¢n est¨¢ mutando. La estrategia de ocupaci¨®n visual del espacio p¨²blico resulta evidente¡±. Y los lazos no llevan ni un a?o en la calle.
Colores y banderas
El amarillo siempre hab¨ªa tenido un cierto protagonismo en las Diadas, las grandes manifestaciones independentistas que se celebran el 11 de septiembre. El s¨ªmbolo de 2016 fue un c¨ªrculo amarillo, rodeado de blanco, que no lleg¨® nunca a tener el predicamento popular del lazo. El a?o pasado muchos manifestantes luc¨ªan camisetas amarillas reflectantes, pero la variedad crom¨¢tica era muy diversa porque el amarillo compet¨ªa con los otros colores de la estelada: el rojo, el azul y el blanco de la estrella en su versi¨®n cl¨¢sica. Existe otra versi¨®n de la bandera independentista exclusivamente amarilla y roja. Parad¨®jicamente, comparten los colores fundamentales con la bandera espa?ola.
El asunto de las banderas es especialmente peliagudo porque, como explica Pastoureau en su libro Una historia simb¨®lica de la Edad Media (Akal), "las banderas modernas y contempor¨¢neas han suscitado un silencio de los historiadores dif¨ªcilmente comprensible". "?Por qu¨¦?", se pregunta el historiador. "Solo existe una respuesta: porque dan miedo a los investigadores". Su teor¨ªa es que, dadas las pasiones que siguen despertando, es mejor no meterse demasiado a investigar sus or¨ªgenes porque, al ser reinterpretaciones de los siglos XIX y XX de tradiciones muchas veces inventadas, pueden esconder muchas decepciones. En el caso de la estelada, su origen est¨¢ claro: su inspiraci¨®n se encuentra sobre todo en la bandera cubana.
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