Cae una red de radicalizaci¨®n en las c¨¢rceles con 25 presos yihadistas implicados

La Guardia Civil y la Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias han lanzado este lunes una amplia operaci¨®n antiyihadista en 17 de c¨¢rceles espa?oles. La Operaci¨®n Escribano -bautizada as¨ª porque los implicados se transmit¨ªan por carta mensajes e instrucciones- ha permitido desmantelar una red de radicalizaci¨®n en la que participaban 25 reclusos musulmanes, la mayor¨ªa encarcelados por actividades terroristas, aunque tambi¨¦n los hay presos por delitos comunes que hab¨ªan adoptado posiciones extremistas dentro de la c¨¢rcel precisamente por la actividad del grupo. Entre los arrestados hay varios ciudadanos espa?oles conversos o en proceso de conversi¨®n.

La operaci¨®n, dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, ha sido posible despu¨¦s de que los Grupos de Seguimiento y Control de las c¨¢rceles, integrados por funcionarios penitenciarios destinados a controlar a los presos m¨¢s peligrosos, detectase la actividad de proselitismo de un reo y sus contactos con otros presos a los que intentaba atraer a las posiciones radicales del Estado Isl¨¢mico (ISIS en sus siglas en ingl¨¦s). El seguimiento del mismo permiti¨® identificar a todos los integrantes de esa red, formada por un grupo de 25 presos musulmanes que manten¨ªan una fluida comunicaci¨®n entre ellos mediante correo postal -dentro de prisi¨®n est¨¢n prohibidos los tel¨¦fonos m¨®viles y el acceso a internet-.

Entre ellos, hab¨ªa numerosos reclusos encarcelados por terrorismo yihadista y, por tanto, catalogados como presos FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento) que, en ocasiones, utilizaban a otros reclusos ajenos a la red para hacer llegar sus mensajes a otros presidios y, as¨ª, evitar el control al que se encuentran sometidas todas sus comunicaciones. En el grupo hab¨ªa "dinamizadores" que, adem¨¢s de captar a internos, buscaban cohesionar a los presos encarcelados por yihadismo. Para los expertos antiterroristas, eran el embri¨®n de un futuro "frente de c¨¢rceles" a semejanza de lo que ha habido entre los presos de ETA para mantener cohesionado el colectivo.

Los funcionarios de prisiones trasladaron la informaci¨®n recopilada a los expertos antiterroristas de la Guardia Civil que este lunes procedi¨® al registro de las celdas de todos ellos en busca de documentaci¨®n incriminatoria y a tomarlos declaraci¨®n como investigados por actividades de radicalizaci¨®n. El Ministerio del Interior se?ala que es la primera operaci¨®n de estas caracter¨ªsticas que se realiza en Europa.

Fuentes de la lucha antiterrorista recalcan la importancia de este tipo de operaciones en lo ocurrido en otros pa¨ªses de nuestro interno y, en concreto, en Francia y B¨¦lgica. En 2016, en la prisi¨®n gala de Osny un interno atac¨® a varios funcionarios de prisiones. Este mismo a?o, en Lieja (B¨¦lgica) un preso de permiso que se hab¨ªa radicalizado en prisi¨®n asesin¨® a dos polic¨ªas y un civil. Interior destaca en una nota que estos hechos convert¨ªan la existencia del grupo ahora desarticulado en "un potencial riesgo para la seguridad" sobre todo porque varios de los investigados iban a ser puestos en libertad pr¨®ximamente.

El control estricto sobre los presos yihadistas se puso en marcha en julio de 2014 con un primer programa para ¡°la prevenci¨®n de la radicalizaci¨®n en los establecimientos penitenciarios¡±, seis meses despu¨¦s de que detectara que ya hab¨ªa 59 presos comunes que hab¨ªan abrazado la yihad durante su estancia en la c¨¢rcel. Entonces, los expertos penitenciarios dividieron a los presos islamistas en tres grupos, bautizados con las letras A, B y C, en funci¨®n de si hab¨ªan sido encarcelados por actividades terroristas, si se dedicaban al proselitismo con otros reclusos musulmanes o si hab¨ªan sido captados, respectivamente. El programa fue ampliado en octubre de 2016 con un plan en el que, adem¨¢s de detectar la radicalizaci¨®n, se fijaron instrumentos para intentar desvincular a los internos de los postulados yihadistas.

El pasado mes de febrero, Instituciones Penitenciarias puso en marcha un nuevo instrumento para frenar el fen¨®meno que denomin¨® ¡°instrumento de evaluaci¨®n del riesgo de radicalismo violento¡±. Se trata de un programa que pretende analizar la informaci¨®n que los funcionarios de Prisiones recopilen en el d¨ªa a d¨ªa tanto de los internos encarcelados por delitos de terrorismos como de aquellos que han mostrado signos de estar dando pasos hacia la radicalizaci¨®n. Con esa informaci¨®n, Prisiones cuantifica semestralmente el riesgo de que el recluso islamista ¡°reincida delictivamente o repita los comportamientos que le han llevado a prisi¨®n¡±.

El n¨²mero de presos yihadistas ha registrado un fuerte aumento en los ¨²ltimos a?os. As¨ª, de los 51 yihadistas que estaban encarcelados a finales de 2014 (42 de Al Qaeda y el resto de otros grupos islamistas, pero ninguno del ISIS) se pas¨® al a?o siguiente a 93, tras el ingreso en prisi¨®n de 51 miembros de este ¨²ltimo grupo terrorista. Una cifra que sigui¨® creciendo en los a?os siguientes hasta alcanzar en octubre de 2017 los 151 reclusos. Sin embargo, los doce meses transcurridos desde entonces han supuesto un ligero descenso. As¨ª, el pasado marzo eran 146, y a mediados del pasado mes de agosto, 134, ¨²ltima cifra disponible. De ellos, 93 (85 hombres y 8 mujeres) estaban vinculados de alg¨²n modo al Estado Isl¨¢mico. Otros 40, todos ellos varones, pertenec¨ªan a Al Qaeda y uno m¨¢s, al Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), organizaci¨®n del origen argelino.

A ellos hay que sumar el n¨²mero de presos comunes que se consideran radicalizados y a los que Instituciones Penitenciarias tambi¨¦n ha puesto bajo estrecho control. Son otros 118 reclusos, de los cuales 35 realizan labores de proselitismo, mientras que los 83 restantes han mostrado signos de radicalizaci¨®n. El plan de reinserci¨®n puesto en marcha por Interior estos ¨²ltimos a?os solo ha conseguido a 23 de estos presos.