M¨¢s largo que el pleito de Matrera: 270 a?os de pugna por unas tierras
Se cumplen dos siglos del fin del proceso judicial m¨¢s duradero de Espa?a que enfrent¨® al pueblo gaditano de Villamart¨ªn con Sevilla
¡°El referido pleito a 2 de abril del a?o pasado de 1558 fue bueno, justo y derechamente dado y pronunciado¡±. Como quien hace un gui?o al c¨¦lebre ¡®como dec¨ªamos ayer¡¯ de Fray Luis de Le¨®n, as¨ª termin¨® el pleito judicial m¨¢s largo de la historia de Espa?a. Hicieron falta 270 a?os, 10 meses y 27 d¨ªas para alcanzar esta sentencia, rubricada en 1818, en la que el modesto pueblo gaditano de Villamart¨ªn se enfrent¨® a la poderosa ciudad de Sevilla, a cuenta de unas tierras. Este a?o se cumplen dos siglos del veredicto en el que la villa necesit¨® transitar un tortuoso camino desde la Baja Edad Media hasta la Contempor¨¢nea para llegar a una victoria m¨¢s agridulce de lo esperado.
M¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota judicial, el conocido como pleito de Matrera es un emponzo?ado conflicto entre pobres sin tierras y adinerados ¨¢vidos de ellas. ¡°Es una historia penurias, hambrunas y revueltas que demuestran que para el pueblo de Villamart¨ªn no fue nada f¨¢cil arrancar¡±, cuenta Santiago Saborido, t¨¦cnico del Archivo Hist¨®rico Provincial de C¨¢diz. A trav¨¦s de las redes sociales de su instituci¨®n, el archivero ha sido el rescatador de un aniversario que hasta en el propio pueblo ¡ªde 12.200 habitantes¡ª hoy parece haber olvidado en la noche de los tiempos.
¡°Fue un proceso tan extenso y tan complejo que, en s¨ª, es dif¨ªcil de explicar. Ni est¨¢ estudiado al completo, solo hay an¨¢lisis parciales¡±, reconoce Jos¨¦ Mar¨ªa Guti¨¦rrez, director del Museo de Villamart¨ªn. Y eso que el pleito de Matrera est¨¢ ligado a la propia fundaci¨®n del pueblo. Harto de que los se?ores feudales del entorno le diezmasen el territorio que les don¨® el rey Alfonso XI, el 4 de febrero de 1503 el Concejo de Sevilla decide fundar una villa en torno a la zona del Castillo de Matrera, hoy c¨¦lebre por la pol¨¦mica restauraci¨®n. Los 200 colonos fundadores deb¨ªan asentarse en la zona, repartirse unas tierras que, originalmente, ten¨ªan una extensi¨®n de 371,8 kil¨®metros cuadrados y pagar por ellas un alquiler anual de un mill¨®n de maraved¨ªes.
La peste bub¨®nica pronto malogr¨® el acuerdo. Fueron a?os dif¨ªciles para los primeros villamartinenses, seg¨²n el director del museo: ¡°Cada vez que alguien se quer¨ªa marchar, ta?¨ªan las campanas de la iglesia para que el resto saliese a su encuentro porque si se iba tocaban a m¨¢s para pagar¡±. Finalmente, la diezmada poblaci¨®n no pudo hacer frente al canon, as¨ª que, en 1511, Sevilla desposee de las tierras a los colonos y las arrienda ¡°a particulares de fuera del pueblo con posibles¡±, rememora Guti¨¦rrez. Para cuando la villa se recupera de la epidemia, la capital sevillana quiere retomar el acuerdo de 1503, pero los vecinos se niegan.
El 22 de marzo de 1547 Villamart¨ªn denuncia a Sevilla ante la Real Chanciller¨ªa de Granada. Justo 11 a?os despu¨¦s llega la primera sentencia que da la raz¨®n al pueblo ¡ªa la que hace referencia el veredicto de 1818¡ª, pero Sevilla recurre. El conflicto se enreda y entran terceros actores, como el duque de Arcos que puja sin ¨¦xito con Sevilla por quedarse una parte del territorio o el rey Carlos III que desgaja zonas para fundar, en 1768, el n¨²cleo rural de Prado del Rey. En medio, siempre los vecinos, como asegura Saborido: ¡°Hubo parones e intereses de todo tipo, como cuando el Ducado de Arcos manda a alguaciles con varas para amedrentarlos y que testificasen a su favor¡±.
As¨ª fueron transitando las d¨¦cadas y los siglos en una dilaci¨®n que Guti¨¦rrez cree interesada: ¡°Se debi¨® a la influencia del poderoso, no se puede explicar de otra forma¡±. Hasta 1806 no se le vuelve a dar la raz¨®n a los vecinos de Villamart¨ªn. Para cuando Sevilla eleva la cuesti¨®n al Supremo Consejo de Castilla, Espa?a ya est¨¢ inmersa en la Guerra de la Independencia. Al fin de la contienda, aparece Vicente de los R¨ªos, un burgal¨¦s que promete al pueblo la victoria a cambio de hacer de apoderado. ¡°Era un noble de medio pelo que se erige en el palad¨ªn de la causa¡±, valora Guti¨¦rrez.
En efecto, el 18 de febrero de 1818 consigue la anhelada sentencia favorable a Villamart¨ªn. Pero nadie parece contarle al pueblo la letra peque?a, recordada el director del museo: ¡°Lo que viene despu¨¦s es casi peor. Unos 15 propietarios de dinero, entre ellos el propio De los R¨ªos, se reparten las mejores tierras¡±. El veredicto configura una sociedad local en la que unos pocos latifundistas poseen la mayor parte del territorio y una mayor¨ªa villamartinenses trabajadores poseen menos terreno. ¡°Con todo, fue una victoria porque, gracias a ello, el pueblo consigue t¨¦rmino municipal propio con tierras comunales¡±, a?ade Guti¨¦rrez.
Hoy, aquel pleito de casi 271 a?os y su agridulce victoria est¨¢ repartido en miles de documentos que atesora el Archivo de la Real Chanciller¨ªa de Granada, su hom¨®logo provincial en C¨¢diz o el Ayuntamiento de Villamart¨ªn, entre otras instituciones. Ni siquiera se conoce muy bien cu¨¢nta documentaci¨®n existe y, con ella, nuevos detalles que puedan descubrirse. ¡°Engloba un periodo hist¨®rico tan grande que encontrar a un especialista que lo estudie al completo se hace complicado¡±, zanja Saborido.
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