El regreso de la estrategia de la crispaci¨®n
Casado y Rivera resucitan para desgastar a Pedro S¨¢nchez la f¨®rmula de acoso y derribo que emple¨® hace diez a?os Rajoy en su oposici¨®n al Gobierno de Zapatero
¡°El Gobierno de Sanchez depende del secesionismo. Espa?a no puede estar descontrolada por los independentistas¡±, dice Pablo Casado, presidente del PP. Y Albert Rivera no le va a la zaga: ¡°S¨¢nchez por mantenerse en el poder ha entregado Espa?a al independentismo que quiere romperla. El Estado est¨¢ contra las cuerdas¡±. Sobre el Pa¨ªs Vasco, Rivera dice: ¡°S¨¢nchez concede privilegios a los presos de ETA para mantenerse en La Moncloa¡±. Casado no se queda atr¨¢s: ¡°S¨¢nchez premia al PNV y Bildu con el traslado de presos por su vergonzante apoyo a la moci¨®n de censura¡±.
Da igual que ese traslado de presos ya estuviera concertado con Mariano Rajoy o que S¨¢nchez responda al independentismo que no conceder¨¢ el derecho a la autodeterminaci¨®n. Como a Rajoy le dio igual, hace diez a?os, que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero no cediera en su di¨¢logo con ETA ni que el Estatuto de Catalu?a rompiera la unidad de Espa?a. Sigui¨® acus¨¢ndolo de ¡°traicionar a los muertos¡± y ¡°romper Espa?a¡±.
La verdad no importaba entonces ni ahora porque lo que hay y hubo hace diez a?os es una estrategia de la crispaci¨®n, dirigida por la derecha, caracterizada por la sustituci¨®n del debate de propuestas por el ruido medi¨¢tico, para erosionar al Gobierno socialista. As¨ª lo ve Ignacio S¨¢nchez Cuenca, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Carlos III de Madrid, que, hace una d¨¦cada, junto con Bel¨¦n Barreiro, analiz¨® el fen¨®meno para la Fundaci¨®n Alternativas. ¡°Es un mecanismo que el PP aplic¨® en la ¨²ltima legislatura de Felipe Gonz¨¢lez; en la primera de Zapatero y hoy con S¨¢nchez, acompa?ado de Ciudadanos. Consiste en insistir en que Espa?a est¨¢ amenazada como naci¨®n por la debilidad del PSOE, c¨®mplice de sus enemigos, y elige como campo temas sensibles como el terrorismo y la cuesti¨®n territorial. Adem¨¢s, como vemos estos d¨ªas, elude el debate pol¨ªtico al centrar la agenda en ataques personales a ministros y al presidente¡±, se?ala.
Seg¨²n el estudio, la estrategia de la crispaci¨®n, que no es un invento espa?ol sino estadounidense, trata de desmovilizar a parte del electorado progresista, la menos politizada, evitando los acuerdos; rompe el eje izquierda-derecha y lo sustituye por el choque ideol¨®gico en cuestiones de Estado, como el terrorismo y la cuesti¨®n territorial, que divide a la izquierda y moviliza a la derecha. Los expertos precisan que en Espa?a ¡°la derecha utiliza un lenguaje, muchas veces insultante y extremo, blande un fort¨ªsimo nacionalismo espa?ol, que patrimonializan, o salen a la calle, como sucedi¨® durante el di¨¢logo del Gobierno de Zapatero con ETA. Su pretensi¨®n ¨²ltima es que muchos ciudadanos pr¨®ximos al PSOE dejen de votarle porque les pese m¨¢s la estructura territorial que las pol¨ªticas sociales o de igualdad, d¨®nde gana a la derecha¡±.
Sin embargo, S¨¢nchez-Cuenca ve diferencias en el tratamiento de la crispaci¨®n con Casado y Rivera. ¡°Hace diez a?os fue un mecanismo de desgaste del Gobierno de Zapatero que Rajoy modulaba. Pero hoy es un mecanismo descontrolado por Casado y Rivera, que act¨²an como aprendices de brujo. Influye en su exacerbaci¨®n la competencia entre ellos por la hegemon¨ªa de la derecha, pero, a diferencia de Rajoy, son m¨¢s doctrinarios y radicales y, por tanto, m¨¢s peligrosos¡±. Adem¨¢s influye el entorno internacional. ¡°Entre 2004 y 2008 se viv¨ªa mejor que ahora, lo que dificultaba que calase la crispaci¨®n entre mucha gente que no entend¨ªa el lenguaje extremo. Pero hoy, con el poso de desigualdad y desafecci¨®n institucional que ha dejado la recesi¨®n, la gente es m¨¢s vulnerable a este discurso¡±.
La tercera diferencia es la irrupci¨®n de Podemos. ¡°No exist¨ªa cuando gobern¨® Zapatero. Por ello, adem¨¢s del terrorismo y Catalu?a, la derecha ha introducido como l¨ªnea de ataque al PSOE la acusaci¨®n de radicalizaci¨®n izquierdista, de subordinaci¨®n a los bolivarianos, de conversi¨®n de Espa?a en una Venezuela¡±. El PP, con su estrategia de la crispaci¨®n, no consigui¨® echar a Zapatero de La Moncloa. En las elecciones de 2008, Zapatero mejor¨® sus resultados. Pero s¨ª logr¨® dividir la sociedad e incluso enfrentar comunidades aut¨®nomas a cuenta de Catalu?a. En t¨¦rminos electorales, Zapatero gan¨® por la izquierda, pero perdi¨® por el centro, recuerda S¨¢nchez-Cuenca. ¡°Hoy S¨¢nchez tiene dif¨ªcil avanzar por la izquierda porque est¨¢ Podemos. Por el centro, Rivera con su derechizaci¨®n le ha dejado m¨¢s espacio¡±, apunta.
S¨¢nchez-Cuenca opina que para cerrar el paso al PSOE en su conquista del centro, PP y Ciudadanos han activado una nueva modalidad de crispaci¨®n. ¡°En vez de presentar alternativas de oposici¨®n, lo que hacen es atacar a los ministros personalmente, incluso con m¨¦todos esp¨²reos, como las cintas de Villarejo, coordinados con medios de comunicaci¨®n afines. Como este Gobierno sorprendi¨® muy favorablemente a la ciudadan¨ªa, tratan de deslegitimarlo no con el debate pol¨ªtico, sino present¨¢ndolo como el Gobierno de los l¨ªos. A diferencia de hace diez a?os, cuentan con el efecto digital que dificulta el debate y tiende a encerrar a la gente en un bucle¡±.
Pero la radicalizaci¨®n de las derechas ha encontrado obst¨¢culos inesperados. As¨ª, las asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo, movilizadas contra Zapatero por su di¨¢logo con ETA, se han opuesto hoy a los intentos de Casado y Rivera de utilizarlas contra el Gobierno por el acercamiento de presos. Cree S¨¢nchez-Cuenca que ¡°si el Gobierno logra aprobar cuatro o cinco propuestas de calado social y de reivindicaci¨®n democr¨¢tica, pueden ser una magn¨ªfica tarjeta de presentaci¨®n de cara a las elecciones que podr¨ªan neutralizar el intento de la derecha de deslegitimarlo¡±.
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