Contradicciones pol¨ªticas entre el centro y la derecha
La batalla de Casado y Rivera por liderar la oposici¨®n y encarnar la mano dura en Catalu?a provoca una escalada de incongruencias y rectificaciones
Pablo Casado se ha enfrascado en una batalla con Albert Rivera para liderar la oposici¨®n al Gobierno y encarnar la mano dura en Catalu?a. El l¨ªder del PP lanza mensajes a favor de la vuelta al bipartidismo ¡ª ¡°Esto de cuatro partidos da para mucha foto, pero para pocos resultados¡±¡ª; recuerda que Ciudadanos pact¨® con Pedro S¨¢nchez y reivindica la patente de sus ideas ¡ª ¡°Muchas de las cosas que est¨¢n diciendo las estamos haciendo hace muchos a?os¡±¡ª. Pero en esa carrera con Rivera, los populares, que llevan meses denunciando las rectificaciones del Ejecutivo, han incurrido en sus propios bandazos.
Independentismo. El PP es la primera fuerza a escala nacional y la ¨²ltima en Catalu?a, donde Ciudadanos gan¨® las pasadas elecciones auton¨®micas. Para los populares, los votos independentistas son, adem¨¢s, el gran punto d¨¦bil de S¨¢nchez y disparan casi toda su munici¨®n en esa direcci¨®n. Han insistido en pedir el 155 en Catalu?a y para distanciarse de Ciudadanos, se?alaron que la ¨²ltima vez, el partido de Rivera pidi¨® que fuera un mecanismo ¡°instrumental¡± ¡ªsolo para convocar elecciones¡ª, y que ellos quieren aplicarlo de forma duradera y m¨¢s all¨¢ ¡ª¡°tomando TV3, los Mossos y la Educaci¨®n¡± y desembarcando en la Generalitat con consejeros propios¡ª. Esta semana, sin embargo, los populares se han enredado con la ilegalizaci¨®n de los partidos independentistas.
¡°Solicitamos una modificaci¨®n de la ley de partidos para que se pueda actuar ya contra aquellos partidos u organizaciones en Catalu?a que est¨¢n alentando la violencia. No es admisible que haya partidos como la CUP, ERC o el PDeCAT que no est¨¦n condenando estas agresiones intolerables y mucho menos que haya un presidente de la Generalitat que dice que lo aplaude¡±, declar¨® Casado al inicio de un almuerzo informativo organizado por Abc. Despu¨¦s del postre, matiz¨®: ¡°Yo no he propuesto la ilegalizaci¨®n de ning¨²n partido¡±. Ante la confusi¨®n, fuentes del PP aclararon que su l¨ªder hablaba de retirarles la financiaci¨®n. La ley establece que solo el Gobierno y la fiscal¨ªa pueden promover la ilegalizaci¨®n de un partido, aunque las Cortes pueden instar a su deliberaci¨®n. La confusi¨®n se prolong¨® al d¨ªa siguiente. Los portavoces hablaron de ¡°kale borroka¡± en Catalu?a, pero unos se refirieron a la ilegalizaci¨®n y otros a la financiaci¨®n. Finalmente, la direcci¨®n del PP concluy¨® que ya exist¨ªan ¡°motivos suficientes¡± para ilegalizar a la CUP.
La tesis de S¨¢nchez. Los populares pasaron de decir esto: ¡°Desviar el foco de lo que est¨¢ pasando en el Gobierno a quien menos le interesa es a la oposici¨®n. Si hablamos de la tesis de S¨¢nchez no hablamos de lo que pasa en Catalu?a o la desaceleraci¨®n econ¨®mica¡±, a forzar la comparecencia del presidente en el Senado por un asunto ¡°grave¡±. En el medio, Rivera hab¨ªa acaparado el protagonismo en el hemiciclo al enzarzarse con S¨¢nchez por su tesis doctoral.
Aforamientos. En su programa, el PP se comprometi¨® a ¡°reducirlos¡±, pero Ciudadanos se adelant¨® con una moci¨®n al respecto y la v¨ªspera de su debate en el Congreso, S¨¢nchez quiso, a su vez, adelantar a Rivera anunciado una reforma constitucional para suprimirlos. El n¨²mero dos del PP, Teodoro Garc¨ªa, vincul¨® la iniciativa del presidente al ¡°pacto oculto¡± con los independentistas para que no les juzgara el Supremo (la reforma nunca afectar¨ªa a esos casos). Luego, condicion¨® su apoyo a que afectara a parlamentarios auton¨®micos y a que se eliminara la acusaci¨®n popular. Casado dijo que no iban a ¡°morder el anzuelo¡± y que el PP rechazaba una reforma constitucional. Esa noche, el vicesecretario de Organizaci¨®n, Javier Maroto, anunci¨® el apoyo del PP a la moci¨®n de Ciudadanos
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