La Europa que est¨¢ en nuestras manos
En las pr¨®ximas elecciones europeas nos jugamos m¨¢s que otras veces porque nunca antes los eur¨®fobos, euroesc¨¦pticos, populistas y extremistas hab¨ªan ganado tanto terreno
Europa sue?o o pesadilla, Europa solidaria o amenazante, Europa de oportunidades o de riesgo... Eso es lo que nos jugamos en las pr¨®ximas elecciones europeas.
Esta vez nos jugamos m¨¢s que otras veces porque nunca antes los eur¨®fobos, euroesc¨¦pticos, populistas y extremistas hab¨ªan ganado tanto terreno: la Liga Norte en Italia, Alternativa para Alemania, el Frente Nacional en Francia, Jobbik en Hungr¨ªa, Amanecer Dorado en Grecia, UKIP en Reino Unido, Nuevos Dem¨®cratas en Suecia¡ Y el ¨²ltimo asalto lo ha protagonizado Vox?con su entrada en el parlamento de Andaluc¨ªa.
Fuerzas pol¨ªticas que agitando las banderas del miedo, del odio al extranjero y de Mi pa¨ªs First quieren irrumpir en las instituciones cual caballo de Troya. A esta corriente se han sumado algunos partidos a los que se les llena la boca de europe¨ªsmo pero que no tienen ning¨²n pudor en utilizar la tragedia de la inmigraci¨®n y el refugio para ara?ar votos a la ultraderecha, como est¨¢ ocurriendo en Espa?a con l¨ªderes que culpan a los inmigrantes de desbordar nuestro pa¨ªs o de hacer insostenible nuestro Estado del Bienestar.
Tenemos que reflexionar por qu¨¦ quienes se han sentido abandonados en los momentos m¨¢s duros de la crisis est¨¢n dando su confianza a movimientos que prometen devolverles todo aquello que la crisis les arrebat¨® y m¨¢s; algo muy alejado de la realidad.
Pero los ¨²nicos que pueden pararles los pies son los ciudadanos y ciudadanas con su voto. Y nosotros, los dem¨®cratas y europe¨ªstas, tenemos que recuperar la confianza perdida, cargarnos de razones y argumentos que desmonten esas mentiras y, sobre todo, ofrecerles las soluciones que leg¨ªtimamente reclaman a sus dirigentes pol¨ªticos.
En esta tarea, los argumentos de la socialdemocracia son los m¨¢s s¨®lidos para desmontar esas recetas milagrosas. Est¨¢ en nuestra mano frenar a quienes quieren poner el punto final al proyecto europeo, y tenemos que hacerlo con voluntad pol¨ªtica y con respuestas.
La buena noticia es que la inmensa mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa europea es europe¨ªsta. Como indican los ¨²ltimos Eurobar¨®metros, no se ha dejado llevar por los cantos de sirena ni se ha cre¨ªdo que el mayor de sus problemas es la inmigraci¨®n ni su principal enemigo es el extranjero. Por el contrario, cuando se les pregunta por los temas que les preocupa y los que debe priorizar el Parlamento Europeo, ponen en primer lugar las cuestiones econ¨®micas y sociales. Para el 41%, la lucha contra la pobreza infantil y la exclusi¨®n social debe ser una prioridad de la Uni¨®n Europea, y un 33% se?ala como una de sus principales preocupaciones el paro juvenil.
Europeos y europeas que nos reclaman que trabajamos a favor de pol¨ªticas sociales, que nos preocupemos de sus empleos, de su salud y la de sus hijos e hijas, de la educaci¨®n de los j¨®venes, de que no pierdan sus viviendas, de que haya justicia social y progreso...
Cuestiones todas ellas que son la esencia de la socialdemocracia. Desde instituciones comunitarias como la Euroc¨¢mara tenemos que seguir emple¨¢ndonos a fondo en la defensa de empleos de calidad que acaben con los trabajadores y trabajadoras pobres y con la pobreza infantil, en la lucha contra la violencia de g¨¦nero, en el trato humanitario a los inmigrantes, en la acogida e integraci¨®n de los refugiados, en la defensa decidida del medioambiente¡ Porque estamos convencidos y convencidas de que una base fuerte y consolidada de derechos y justicia social es el mejor dique de contenci¨®n para pararle los pies a los enemigos de la Uni¨®n Europea y continuar construyendo este proyecto que un d¨ªa so?amos y que con mucho esfuerzo y voluntad hicimos realidad. Est¨¢ en nuestras manos seguir avanzando en esa Europa solidaria, justa y de oportunidades.
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