Dos muertos sin respuestas en la caja del supermercado
La ¨²ltima pr¨®rroga para aclarar el asesinato de los empleados de un almac¨¦n mayorista en Lugo expira tras 24 a?os de estancamiento, chapuzas y la extra?a ausencia de papeles
Isabel L¨®pez acudi¨® con sus sobrinos, como cada s¨¢bado a ¨²ltima hora, a recoger a su hermana Elena, cajera del supermercado mayorista Cash Record en el pol¨ªgono de O Ceao, a las afueras de Lugo. Aguard¨® un buen rato fuera, en el coche, entreteniendo a los ni?os con el partido del Depor que sonaba por la radio. Pero Elena L¨®pez no sal¨ªa. El local estaba cerrado, aunque con las luces prendidas. Y se intu¨ªa una rara paz en el interior que la inquiet¨®. Isabel march¨® en busca de ayuda y cuando regres¨® con su padre y su marido, pasadas las nueve de la tarde del 30 de abril de 1994, en el almac¨¦n mayorista el hilo musical segu¨ªa sonando y la tele con la que el personal llenaba los tiempos de espera permanec¨ªa encendida. Frente al aparato apareci¨® muerto el reponedor Esteban Carballedo, de 26 a?os. Y a escasa distancia, al otro extremo de una hilera de huellas de calzado deportivo de la talla 42 manchado de sangre, yac¨ªa Elena, de 32 a?os y madre de dos ni?os, junto a la caja registradora.
Alguien se hab¨ªa llevado el dinero, probablemente m¨¢s de cinco millones de pesetas (30.000 euros), y hab¨ªa disparado a los dos empleados, en torno a las ocho de la tarde, con una pistola de 9 mil¨ªmetros parabellum. Mar¨ªa Elena y Esteban presentaban sendos tiros, certeros y a corta distancia, en la cabeza, y un tercer proyectil hab¨ªa rebotado derribando un bote. El arma de fuego empleada nunca lleg¨® a aparecer, pero las pruebas de bal¨ªstica determinaron que era un modelo como los usados por los cuerpos de seguridad del Estado. Casi un cuarto de siglo despu¨¦s del suceso, acaba de expirar el plazo de la ¨²ltima pr¨®rroga judicial que logr¨® el abogado de las familias de las v¨ªctimas para investigar un crimen que creen que alguien se esforz¨® en tapar.
Porque desde que empezaron las pesquisas, inicialmente a cargo de la Polic¨ªa Local, el sumario que con la divisi¨®n de juzgados acab¨® varado en el n¨²mero 1 de Primera Instancia de Lugo no ha acumulado m¨¢s que cuatro tomos y nunca llegaron a realizarse interrogatorios que la acusaci¨®n particular considera b¨¢sicos para resolver el caso. Entre los folios hay adem¨¢s ausencias flagrantes, como un posible an¨¢lisis de esas huellas ensangrentadas que hac¨ªan de cord¨®n umbilical entre los muertos o el acta de registro de un Volkswagen Passat blanco que un mes despu¨¦s apareci¨® abandonado en las inmediaciones con aparentes manchas de sangre. El due?o de un taller de coches que s¨ª lleg¨® a testificar hab¨ªa visto un veh¨ªculo id¨¦ntico, con tres personas a bordo, dando vueltas lentamente, como si vigilase algo, aquel fat¨ªdico 30 de abril en que jugaba el Depor. A?os despu¨¦s, pese al tiempo transcurrido, el mec¨¢nico lleg¨® a se?alar a uno de los supuestos ocupantes en una rueda de reconocimiento fotogr¨¢fica.
"Cada hilo del que se tira acaba en un abismo", resume Gerardo Pardo de Vera, el ¨²ltimo letrado de estas dos familias que claman justicia ante la "pasividad de la fiscal¨ªa". Y esto, a pesar de que ese peque?o sumario re¨²ne importantes indicios contra un hostelero relacionado con el narcotr¨¢fico y las armas que regentaba un bar en la ciudad y era cliente habitual del Cash Record. Este hombre, que termin¨® march¨¢ndose de Galicia, cumpli¨® prisi¨®n por otros asuntos, en 1996 neg¨® saber nada del crimen y nunca m¨¢s volvi¨® a declarar. Un toxic¨®mano ya fallecido hab¨ªa testificado espont¨¢neamente ¡ªtras una redada por drogas en el local del sospechoso¡ª que poco antes del crimen el hostelero le hab¨ªa paseado en su Talbot por delante del supermercado; le hab¨ªa puesto una 9 mil¨ªmetros en la mano y le hab¨ªa planteado dar un golpe al establecimiento. Una tarea f¨¢cil en s¨¢bado a ¨²ltima hora, le dijo supuestamente, porque "solo est¨¢ la cajera". El interlocutor se neg¨® a hacerlo.
El abogado calcula que el delito todav¨ªa no habr¨ªa prescrito para el sospechoso, porque el plazo de "20 a?os por asesinato del C¨®digo Penal de la ¨¦poca" deja de correr en el momento en que se acuerdan resoluciones que suponen una imputaci¨®n impl¨ªcita: "La prescripci¨®n se interrumpe cuando la causa se dirige contra el culpable".
¡°No se pudo hacer peor. Si se falla en la inspecci¨®n ocular y en la toma de huellas en las primeras actuaciones, toda la investigaci¨®n se ve viciada¡±, declaraba a EL PA?S un mando de la Polic¨ªa Nacional cuando en 2014, 20 a?os despu¨¦s, pareci¨® reactivarse el caso con el desembarco, sin mucho ¨¦xito, de la UDEV (Unidad para la Delincuencia Especializada y Violenta). Ahora Pardo de Vera lamenta el silencio del juzgado, que a¨²n no ha respondido a las ¨²ltimas diligencias solicitadas antes del fin de la pr¨®rroga ni se ha pronunciado sobre el esperable sobreseimiento de un caso que ya hab¨ªa sido archivado antes. La causa fue reabierta en 2010 despu¨¦s de que Isabel, la hermana de Elena L¨®pez, se encadenase en la calle y protagonizase huelgas de hambre.
Entre las diligencias que reclama la acusaci¨®n particular est¨¢n la de que se investigue "el destino del acta de inspecci¨®n ocular del veh¨ªculo sospechoso", el Passat blanco, y de "los resultados de las pruebas cient¨ªficas practicadas". Pero para el abogado lo m¨¢s importante es que el juez cite a declarar "al guardia civil que, supuestamente, ten¨ªa amenazado al ¨²nico investigado si hablaba". Un agente que presuntamente "le prove¨ªa de armas y lo proteg¨ªa de la polic¨ªa para que pudiese trapichear en su bar". Exist¨ªan dudas sobre la identidad de esta persona, que aparec¨ªa citada con el alias de El Paleto en unas cuartillas mecanografiadas, con el sello de la polic¨ªa cient¨ªfica pero sin firma, que irrumpieron en noviembre de 2011 en la instrucci¨®n tras aparecer por sorpresa en la comisar¨ªa de Lugo. Estos papeles no estaban incorporados al sumario. "Hab¨ªa tres guardias civiles que pod¨ªan ser, pero ahora creemos tenerlo identificado", comenta Pardo de Vera.
Aquellas hojas fechadas entre 1995 y 1998 semejaban una especie de seguimiento cronol¨®gico de alg¨²n agente interesado en dejar constancia de unos hechos que consideraba relevantes, y en los que otros polic¨ªas parec¨ªan no reparar. En ellas, adem¨¢s de reveladores encuentros por la calle y detalles como la entrevista televisiva a familiares por parte de Mar¨ªa Teresa Campos, o la nueva boda del viudo de Elena, figuraban novedosas declaraciones del hostelero en la c¨¢rcel lucense de Bonxe sobre ese misterioso Paleto. Seg¨²n estas cuartillas el preso parec¨ªa vivir atemorizado por las amenazas del guardia civil, hoy exguardia, y afirmaba que "muchos comerciantes" del centro ten¨ªan pistolas Star BM 9 mil¨ªmetros Parabellum, supuestamente gracias a los turbios negocios del agente. "Aqu¨ª se est¨¢ encubriendo a alguien; hay un oscurantismo enorme", protesta el abogado de las familias.
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