Valencia ensaya la peatonalizaci¨®n del centro de la ciudad
La capital valenciana sigue los pasos de Madrid, que ha restringido al tr¨¢fico parte de su casco urbano
¡°?Alguien puede imaginarse la Puerta del Sol de Madrid atestada de coches? Pues algo as¨ª sucede en Valencia, que tiene una plaza del Ayuntamiento, la m¨¢s c¨¦ntrica de la ciudad, que parece m¨¢s a una rotonda para veh¨ªculos que una plaza para peatones¡±, describe gr¨¢ficamente una fuente del Gobierno local. Las ciudades no quieren tanto coche por sus calles: Madrid ha restringido al tr¨¢fico parte de su casco urbano para rebajar sus niveles de contaminaci¨®n y Barcelona se propone reducir el tr¨¢nsito incesante en Ciutat Vella. Valencia, tercera capital espa?ola, les va a la zaga y quiere aprovechar¨¢ la remodelaci¨®n de la plaza del Ayuntamiento para hacerla, en gran parte, peatonal. Unos 30.000 veh¨ªculos circulan a diario por el centro neur¨¢lgico de la capital, gran parte de ellos de paso.
Madrid Central, un ¨¢rea, en el centro de la ciudad, en la que se limita el acceso al veh¨ªculo privado de acuerdo a lo que contamina, se puso en marcha a finales de noviembre, en medio de cr¨ªticas furibundas de sus detractores. Pero el primer d¨ªa de aplicaci¨®n se desarroll¨® con normalidad y el tr¨¢fico se redujo entre el 5% y el 31%. Barcelona tambi¨¦n quiere poner coto al coche en Ciutat Vella. El distrito hist¨®rico concentra el 18% del tr¨¢fico de toda la ciudad, cuando solo representa el 4% de la superficie y el 6,3% de la poblaci¨®n.
En Valencia, el Ayuntamiento ha cerrado al tr¨¢nsito su plaza central y aleda?os durante 10 d¨ªas coincidiendo con las fiestas navide?as, lo que ha enfadado, sobre todo , a los comerciantes. ¡°Es absolutamente irresponsable e improcedente que los d¨ªas m¨¢s fuertes de ventas del a?o se causen estos problemas de acceso a nuestros clientes¡±, protesta Francisco Das¨ª, presidente de los vendedores del Mercado Central de Valencia, uno de los recintos de venta en fresco m¨¢s grandes de Europa. El aparcamiento inaugurado hace unos d¨ªas por el Consistorio cerca del mercado, con m¨¢s de 400 plazas y tarifas de 1,5 euros la hora, no convence a los vendedores, que temen que las dificultades de acceso espanten a los compradores. Los comerciantes piden al Gobierno local, que preside Joan Rib¨® (de Comprom¨ªs), que no corte el tr¨¢fico hasta las cuatro de la tarde. Hasta el momento, el Consistorio solo ha retrasado un d¨ªa los cortes.
Esta restricci¨®n temporal es importante para el Consistorio, que abri¨® el pasado noviembre un proceso de participaci¨®n p¨²blica para que los valencianos opinen sobre la remodelaci¨®n de su plaza central en una consulta que durar¨¢ seis meses y costar¨¢ 41.745 euros. El concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, anunci¨® en 2017 la peatonalizaci¨®n parcial de este espacio mediante una actuaci¨®n blanda, ¡°del mismo modo que hace ya muchos a?os se inici¨® la peatonalizaci¨®n de Time Square, en Nueva York¡±, pero a d¨ªa de hoy solo se llevan a cabo cortes puntuales y la reforma se pospone para el siguiente mandato. Ya no hay tiempo.
Seg¨²n el Gobierno local, el patr¨®n de movilidad de los valencianos justifica que se reserve cada vez m¨¢s espacio al peat¨®n, pues un 53% de los desplazamientos internos en la ciudad se hace a pie o en bicicleta [un porcentaje al alza pero todav¨ªa peque?o], otro 23% se hace en veh¨ªculo privado y otro 23% en transporte p¨²blico. Otra cosa es lo que sucede en el ¨¢rea metropolitana de Valencia, con otros 800.000 residentes, que llegan mayoritariamente a la capital en coche o moto.
El cambio de modelo de movilidad en Valencia, que abanderan con matices Comprom¨ªs, PSPV y Val¨¨ncia en Com¨² desde su llegada al Gobierno local en 2015, aunque lento, ha reducido la intensidad media diaria de la circulaci¨®n en la ciudad. ¡°La forma natural de desplazarse en la ciudad, la que exige protecci¨®n efectiva, es el caminar y el pasear. Todas las dem¨¢s funciones as¨ª lo han de entender¡±, defiende Joan Olmos, coordinador de la Mesa de la Movilidad, ¨®rgano consultivo municipal.
Olmos asegura que ¡°no se puede pretender un consenso entre los diferentes agentes econ¨®micos y sociales que operan en el espacio p¨²blico. Por la sencilla raz¨®n de que hay una serie de valores y derechos como la salud y la integridad f¨ªsica de las personas que no se pueden someter a discusi¨®n, y el Estado, y en primera instancia los ayuntamientos, tienen la obligaci¨®n de garantizarlos¡±.
El experto asegura que cuando la gente ocupa con mayor intensidad el espacio p¨²blico en estas fiestas -ni?os sin colegio, familias que salen a la calle a pasear o a comprar- es cuando son m¨¢s necesarias las medidas para ampliar la protecci¨®n, ¡°y ello se consigue con ciertas restricciones, por cierto, muy t¨ªmidas, aqu¨ª y en Madrid¡±, valora.
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