Podemos: del j¨²bilo al desencanto

Podemos cumple cinco a?os en medio de un terremoto, tal vez el m¨¢s fuerte de su corta pero convulsa historia. La formaci¨®n que sacudi¨® el mapa pol¨ªtico espa?ol est¨¢ al borde del precipicio despu¨¦s de que su ex n¨²mero dos ??igo Errej¨®n anunciara por sorpresa que se presentar¨¢ a las elecciones auton¨®micas madrile?as bajo el cartel de M¨¢s Madrid y provocara con ello la dimisi¨®n de todos sus cargos del l¨ªder regional del partido, Ram¨®n Espinar. Es solo la ¨²ltima crisis de una formaci¨®n que logr¨® ilusionar a m¨¢s de cinco millones de votantes en 2015 y que hoy vive en la zozobra permanente.

¡°Ven¨ªamos del 15-M, de las mareas, de una ola de movilizaci¨®n muy importante en Espa?a que yo creo que supuso un antes y un despu¨¦s¡±, recuerda la eurodiputada Tania Gonz¨¢lez. ¡°Sent¨ªamos que todo eso no se ve¨ªa representado en las instituciones y que ten¨ªamos que ser capaces de llevar todas esas demandas de una mayor¨ªa social muy castigada por la crisis a las instituciones¡±. Muchos llegaban de militancias anteriores, en la universidad o en movimientos sociales, algunos se conoc¨ªan de eso y otros eran amigos, pero tambi¨¦n hab¨ªa quien se acercaba a la pol¨ªtica por primera vez. Eran d¨ªas vertiginosos. Los c¨ªrculos en los que se reun¨ªan eran efervescentes. En unos meses, lograron cinco eurodiputados que nadie esperaba y todo se aceler¨®: 69 esca?os en las generales del a?o siguiente, presencia en parlamentos aut¨®nomos, en los Ayuntamientos... el fin del bipartidismo.

El fil¨®sofo Santiago Alba Rico, que particip¨® en el primer manifiesto de Podemos y hoy es un votante a rega?adientes, recuerda vivir todo aquello con incredulidad, ¡°ese momento es muy particular y est¨¢ condenado a desaparecer o a convertirse en otra cosa¡±.

Podemos, que hab¨ªa surgido de m¨²ltiples sensibilidades progresistas, se transform¨® en un partido en el primer Vistalegre. Con una direcci¨®n clara y una estructura centralizada. ¡°Ese es el pecado original¡±, opina Miguel Urb¨¢n, que est¨¢ en Podemos antes de que existiera, actualmente es eurodiputado y lidera la corriente anticapitalista.

Las m¨²ltiples guerras internas desgarran a la organizaci¨®n y el ¨¢nimo de sus inscritos casi desde el primer d¨ªa. Muchas de ellas con trasfondo personal. ¡°Cuando todos los medios de comunicaci¨®n te disparan, claro que te debilita¡±, dice Juan Carlos Monedero, que aunque hace tiempo que se alej¨® de la direcci¨®n sigue cercano a ella. ¡°Pero aparte de eso, lo que supon¨ªa un valor inicial, que ¨¦ramos un grupo de amigos, se convierte en un problema cuando una parte no entiende que su amigo ya no es su amigo sino su secretario general¡±.

¡°Todo se vive siempre muy intensamente en Podemos¡±, reconoce la diputada ?ngela Ballester. ¡°Como si siempre estuvi¨¦ramos ante el abismo, cada momento fuera decisivo. El vivir todo tan emocionalmente lo hace m¨¢s bonito pero tambi¨¦n m¨¢s duro. Es importante ser autocr¨ªtico sin estar todo el d¨ªa fustig¨¢ndose¡±. Su compa?ero de bancada Alberto Rodr¨ªguez ¡ªconocido en el partido como El Rastas¡ª es de los que mantienen intactas las ganas del primer d¨ªa: ¡°Para m¨ª ahora mismo es el momento de mayor ilusi¨®n y de mayores ganas porque veo que, sobre todo desde la moci¨®n de censura, que es cuando de verdad estamos impulsando medidas que mejoran de manera tangible la vida de la gente¡±.

La mayor¨ªa de los consultados conf¨ªa en que la crisis que abri¨® Errej¨®n se reconduzca. Otros, como Alba Rico, creen que ya no tiene remedio: ¡°Podemos yo creo que est¨¢ muerto, pero lo que ocurri¨® en 2011 y en 2014 no lo est¨¢. Hay que recuperar a los que se han quedado por el camino y Podemos ya no puede ser la respuesta¡±. Urb¨¢n no va tan lejos, pero reconoce que el partido ¡°debe mutar¡±. ¡°Debemos recuperar elementos del pasado y comprendiendo que muchas otras cosas las hicimos mal¡±, dice. ¡°Personalmente vuelvo a tener ilusi¨®n ahora¡±, explica Jorge Moruno, otro de los que estaban desde antes de que Podemos tuviera nombre y hoy se alinea con Errej¨®n. ¡°Eso no quiere decir que sea una r¨¦plica de 2014, pero creo que hay una tecla que se ha vuelto a tocar. Ya no es solo ilusi¨®n y entusiasmo, sino madurez y confianza. Todos hemos aprendido un poco y sabemos lo que hay¡±.