Juicio a la mecha del 15-M
La Fiscal¨ªa pide 70 a?os de c¨¢rcel para 14 detenidos tras la manifestaci¨®n que origin¨® el movimiento
[Actualizaci¨®n: Los acusados del 15-M aceptan las multas de la Fiscal¨ªa]
Para un grupo de 14 j¨®venes, casi siete kil¨®metros y ocho a?os separan la madrile?a Puerta del Sol ¡ªdonde una placa rememora el 15-M desde el pasado diciembre: ¡°Dormimos, despertamos¡±¡ª de la calle de Juli¨¢n Camarillo, sede del Juzgado de lo Penal n¨²mero 30 de la capital, que los ha citado a las diez de la ma?ana de este lunes. All¨ª, a partir de esa hora, arranca el juicio abierto por los ¡°altercados¡± cometidos tras la manifestaci¨®n que dio origen al inesperado movimiento social que sacar¨ªa a las calles de Espa?a a decenas de miles de personas en 2011 y que lograr¨ªa abrir las primeras grietas en el, hasta entonces, predominante bipartidismo.
Una cita convertida en hito, que ahora llega a los tribunales. Seg¨²n el escrito de acusaci¨®n de la Fiscal¨ªa, cuando acababa la manifestaci¨®n convocada aquel 15 de mayo, los 14 procesados se enfrentaron a la polic¨ªa y participaron en el ¡°lanzamiento de botellas¡±, ¡°destrozo de escaparates y mobiliario p¨²blico¡±, ¡°incendio de papeleras¡±, ¡°colocaci¨®n de barricadas¡± e, incluso, ¡°pu?etazos¡± y ¡°patadas¡± a agentes. Por todo ello, les imputa los delitos de des¨®rdenes p¨²blicos, da?os, resistencia, lesiones y atentado a la autoridad. Y les pide, en total, m¨¢s de 70 a?os de c¨¢rcel.
El relato del ministerio p¨²blico comienza a las seis de la tarde del 15-M, cuando una manifestaci¨®n discurre por el centro de Madrid bajo el lema No somos mercanc¨ªa en manos de pol¨ªticos y banqueros. En plena crisis, con el paro disparado y el malestar social in crescendo, la marcha de los primeros indignados?hab¨ªa partido de la plaza de Cibeles y se hab¨ªa dirigido hasta la Puerta del Sol. Y a su t¨¦rmino, sobre las nueve de la noche, empezaron los disturbios.
¡°Un grupo de unas 300 personas trat¨® de provocar altercados con las fuerzas policiales all¨ª presentes¡±, detalla la Fiscal¨ªa, que describe en su escrito cada uno de los hechos que se les imputa a los acusados. Por ejemplo, a H¨¦ctor F., para el que piden seis a?os de c¨¢rcel por un delito de des¨®rdenes p¨²blicos y ocho delitos de atentado a la autoridad, se le atribuye el lanzamiento de dos botellas de cristal a los agentes que proteg¨ªan el edificio de la Presidencia de la Comunidad de Madrid ¡°sin llegar a alcanzarles¡±.
A David M., en cambio, le piden menos pena. Dos a?os y medio de prisi¨®n por ¡°subir por la calle de Preciados hasta la Plaza del Callao con el torso descubierto y la cara cubierta, arrojando una botella de cerveza grande contra los agentes, quemando papeleras y levantando una reja del alcantarillado situada en la calle del Carmen para lanzarlo contra la luna de un establecimiento¡±.
Tras los incidentes, la polic¨ªa arrest¨® aquella noche a cerca de una veintena de personas. Y prend¨ªa as¨ª la mecha del 15-M. ¡°Otra veintena decidi¨® acampar en la Puerta del Sol para mostrar su solidaridad con los detenidos y exigir su liberaci¨®n. Tras un brutal desalojo de los acampados, cientos de personas volvieron a acampar al d¨ªa siguiente y miles se acabaron encontrando en la plaza¡±, detalla el manifiesto lanzado por m¨¢s de medio centenar de colectivos en apoyo a los 14 acusados, para los que piden la absoluci¨®n. Un texto que, adem¨¢s, afirma que la vista oral tiene por objetivo ¡°la represi¨®n¡±: ¡°Asegurarse de que todo el mundo sepa que por manifestarse, protestar, organizarse y luchar se puede acabar apaleado, detenido y encarcelado¡±.
Denuncias de maltrato
Tras quedar en libertad con cargos despu¨¦s de su arresto, los acusados denunciaron en 2011 que hab¨ªan sufrido maltrato policial. ¡°A un compa?ero, dentro del furg¨®n y con las manos atadas, le cogieron de la cabeza y le dieron golpes con el asiento, dici¨¦ndole que llevar rastas es anti-higi¨¦nico¡±, afirmaban en plena ebullici¨®n del movimiento social. ¡°Si luchas puedes perder, pero si no luchas est¨¢s perdida¡±, dec¨ªan entonces. Ahora, casi ocho a?os despu¨¦s, su voz volver¨¢ a escucharse. Esta vez, en un tribunal.
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