El ¡®mitin¡¯ judicial de Vox
Javier Ortega Smith convertir¨¢ su papel de acusaci¨®n popular en un espacio de propaganda
M¨¢s que ponerse una toga, Javier Ortega Smith (Madrid, 1968) podr¨ªa comparecer en el juicio con la boina verde ajustada al cr¨¢neo. No solo porque ser¨ªa la manera de evocar su pasado en la Compa?¨ªa de Operaciones Especiales del Ej¨¦rcito, sino porque la indumentaria demostrar¨ªa que el juicio a los traidores de Espa?a consolida los t¨¦rminos de un consejo de guerra.
Deben frustrarle al secretario general de Vox las limitaciones del C¨®digo Penal ¡ªsu partido reclama la cadena perpetua¡ª, pero debe congratularle el protagonismo que le concede a ¨¦l y a su partido el papel de abogado de la acusaci¨®n popular. Tres meses de campa?a electoral entre las paredes del Supremo que permitir¨¢n al subcomandante de Vox tutear a los acusados ¡ªde Junqueras para abajo¡ª y a los testigos ¡ªRajoy, Urkullu¡ª camino de los comicios del 26 de mayo.
No cabe calendario m¨¢s propicio a su expectativa electoral ni argumento m¨¢s favorable a la sensibilidad inflamable de sus partidarios. A ¨¦l corresponde poner en aprietos a los art¨ªfices del proc¨¦s. Y corresponder¨¢ a la estrategia soberanista demostrar que el consenso de Vox y de la acusaci¨®n respecto al delito de rebeli¨®n sobrentiende una conspiraci¨®n oscurantista de la Espa?a viejuna y revanchista.
Carism¨¢tico, repeinado, encorbatado, tiene delante de s¨ª el teatro m¨¢s id¨®neo al discurso de la patria demolida por el independentismo. Y no le falta cualificaci¨®n. Sus pasiones castrenses pudo compaginarlas con sus estudios en Derecho en la Universidad de Alcal¨¢ y en las elites acad¨¦micas de ICAI-ICADE. Es nieto e hijo de abogados. Trabaja en la Fundaci¨®n para la Defensa de la Naci¨®n Espa?ola. Y se ha fogueado en las principales causas de profanaci¨®n patri¨®tica. Empezando por sus querellas a los que abuchearon el himno de Espa?a en las finales coperas de 2012 y 2015.
Los colores de Ortega son el rojo y el gualda, como demuestra aquella proeza natatoria de cruzar el estrecho de Gibraltar para izar en el Pe?¨®n la bandera de Espa?a. No le estaba permitida la entrada a Ortega en el territorio brit¨¢nico, pero transgredi¨® las ¨®rdenes en un homenaje al hero¨ªsmo de Johnny Weissm¨¹ller: Operaci¨®n Tarz¨¢n denomin¨® aquella experiencia de aguas fr¨ªas e ideas calientes.
Le sorprende este proceso de notoriedad y de protagonismo en el umbral de los 50 a?os. Es madrile?o, pero no puede recrearse demasiado en ejercicios de pureza racial porque su madre naci¨® en Argentina y su segundo apellido denota un linaje anglosaj¨®n. No lo oculta Ortega, ni recela de la doble nacionalidad. Es un hombre de buenos modales y de sanas costumbres. Practica tantos deportes ¡ªnataci¨®n, equitaci¨®n, k¨¢rate, monta?ismo¡ª que podr¨ªa convertirse en un geyperman posmoderno, aunque el mejor modo de definirlo es el lema de su cuenta de Twitter: ¡°En pol¨ªtica por defender la vida, la libertad y la naci¨®n. ?Rendirse, jam¨¢s!¡±.
No hace tanto que se dedica a ella, a la pol¨ªtica, con demasiado ¨¦xito. Estuvo en las listas de Foro ¡ªun agrupaci¨®n vinculada a Punset¡ª en las europeas de 1994 y desempe?¨® un papel marginal como candidato de Vox a la Alcald¨ªa de Madrid en 2015. Cuatro a?os despu¨¦s, se erige en la expresi¨®n de una Espa?a de orden, confesional, que recela del sanchismo y del soberanismo, que abjura del Islam y que evoca con nostalgia el catecismo, el Imperio y el destello de los sables.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.